FAUNA, CALENDARIOS Y RELOJES
Por: Felipe A. Toro-Cardona y Octavio Rojas-Soto
Red de Biología Evolutiva, Instituto de Ecología A.C.
Resumen: El tiempo es uno de los conceptos más estudiados, desde la física hasta la filosofía y toda persona es capaz de percibirlo, pero ¿cómo lo hacen los animales? la respuesta está en el ambiente y en un reloj interno que poseen todos los seres vivos.
Palabras clave: Tiempo, Ambiente, Fauna
Artículo
Desde el punto de vista de la física, el tiempo se define como la duración de un evento o el flujo de sucesos, por medio del cual, podemos organizar los eventos de una manera secuencial, dándoles un inicio y un final. En particular, para los seres humanos, las escalas de tiempo como los años, los meses, los días, las horas, etc., nos indican el momento ideal para realizar todo tipo de actividades; desde las horas para comer, dormir, trabajar, e incluso, hasta para planear las vacaciones. De una u otra forma nuestra existencia está condicionada o definida por el tiempo, de tal forma, que en la actualidad muy pocas personas podrían vivir sin mirar su reloj, celular o agenda para dar orden a su cotidianidad.
En la naturaleza los seres vivos no tienen un sentido del tiempo de la misma forma que nosotros, de hecho, el filósofo y científico Immanuel Kant, planteó que el tiempo es una virtud que le pertenece únicamente al hombre. Entonces, ¿cómo perciben los seres vivos el tiempo en la naturaleza?, ¿cómo saben cuándo es el momento de aparearse, de hibernar o migrar?; la respuesta está en el medio ambiente, ya que los animales han adaptado su comportamiento con relación a las variaciones ambientales; por ejemplo, si hace calor o si hace frío, ya que todas las especies tienen la capacidad de percibir estos cambios de una u otra forma, e incluso, son capaces de tomar decisiones con base en sus experiencias pasadas. Todas las especies perciben los cambios ambientales a partir de la variación en intensidad de la luz, la temperatura y la humedad; esta percepción les ayuda modular su comportamiento y sus actividades a diferentes escalas temporales, dependiendo de sus necesidades y de sus rangos de tolerancia a las diferentes condiciones del entorno. Por ejemplo; algunas especies de ranas sienten los cambios de la humedad del aire, permitiéndoles saber cuando se acercan las lluvias, lo cual hace que comiencen a cantar con mayor intensidad antes de este periodo. Por otro lado, los reptiles se guían en la variación de la temperatura ambiental para poder salir a alimentarse, o bien, buscar un refugio; este comportamiento se debe a que su temperatura corporal depende del ambiente, pues son organismos que no pueden regular su propia temperatura, condición conocida como ectotermia (del griego ecto que significa “afuera” y therme “calor”).
Muchos animales también sincronizan sus temporadas de apareamiento con relación a las estaciones del año; por ejemplo, en las regiones templadas las especies aprovechan los meses de primavera y verano para buscar pareja y tener sus crías, los meses de otoño para alimentarse y prepararse para la temporada de invierno, en la cual son menos activos, entrando en hibernación o migrando a sitios más cálidos. Por otro lado, en el trópico, donde la temperatura es relativamente más constante, las especies sincronizan sus épocas reproductivas con las temporadas de lluvias, esto es debido a que durante estas temporadas la cantidad de alimento es significativamente mayor, por lo tanto, pueden alimentar a las crías con mayor facilidad.
Un ejemplo sorprendente de cómo algunas especies responden a las condiciones del medio ambiente, es el caso del monstruo de Gila (Heloderma suspectum), también conocido como “Escorpión” en algunas partes del México. Este uno de los pocos lagartos venenoso de América (solo existen 5), y mientras que las serpientes como las víboras o cascabeles producen y almacenan su veneno en la mandíbula superior, los “escorpiones” la almacenan en la inferior. Al igual que el de muchas serpientes, su veneno es usado en investigación para tratar enfermedades como la diabetes, VIH y Alzheimer, por lo tanto, su conservación es fundamental para el desarrollo de medicinas y beneficio de la humanidad. Habita los desiertos de Norteamérica y no solo ajusta su época reproductiva a los meses de primavera, sino también, modifica la hora en que inician y finalizan su actividad diaria dependiendo de la estación del año. En primavera, el monstruo de Gila está más activo a las 10:00 am; sin embargo, al llegar el verano, la mayor actividad se presenta más temprano; es decir, a las 9:00 am, e incluso tiene otro periodo de actividad justo antes del anochecer, a las 8:00 pm. Este comportamiento es debido a que la temperatura de los desiertos es muy alta durante el verano, superando el rango máximo de temperaturas que puede tolerar, por lo tanto, comienza su actividad más temprano, se refugia durante gran parte del día, y posteriormente, sale nuevamente justo antes del anochecer. En el otoño y en el invierno, cuando la temperatura es menor, estos lagartos se ven más activos al medio día, pues las mañanas son muy frías para realizar sus actividades.
Los animales no pueden interpretar un reloj u organizar sus actividades con base en un calendario; sin embargo, todos los seres vivos poseemos algo llamado reloj biológico, este se encuentra en el cerebro, más exactamente en el hipotálamo. Este mecanismo interno está estrechamente relacionado con el medio ambiente, y algunas de las funciones, como el dormir o el despertar, pueden ser alteradas dependiendo de cómo fluctúe las condiciones ambientales; por ejemplo, la intensidad lumínica. Algunos investigadores estudian cómo se ven modificados los ciclos naturales (circadianos) de las especies (actividad, reproducción, migración, etc.) cuando se modifica el medio en el que se encuentran. En respuesta a estos cambios, algunas especies han logrado cambiar el momento en están activas o inactivas, e incluso, adelantando su época reproductiva. Estas respuestas nos muestran directamente, que los cambios en el medio ambiente producidos por causa del calentamiento global, podría modificar la conducta y los ciclos naturales de las especies en el futuro, pudiendo generar un cambio tan drástico que muchas de las especies no logren adaptar sus relojes biológicos y sean drásticamente afectadas.
Pies de fotos:
Figura 1. Distribución del Monstruo de Gila. Fuente: UICN (https://www.iucnredlist.org/species/9865/13022716)
Foto 2: Milan Zygmund – Obtenida a través de Canvas pro
Foto 2: Jason (Flickr) – Gila climbing