Poecílidos y gyrodactílidos: organismos con mucha madre
Natalia Tepox Vivar1, Miguel Calixto Rojas2, Ismael Guzmán Valdivieso1, Miguel Rubio Godoy1, Carlos Daniel Pinacho Pinacho2
1Red de Biología Evolutiva
2Red de Estudios Moleculares Avanzados
Resumen: Los peces poecílidos y los gusanos gyrodactílidos son un buen ejemplo de relación hospedero-parásito, pero también son muestra de lo beneficioso de la viviparidad.
Palabras clave: viviparidad; placenta; parásito
¿Podrías nombrar dos organismos vivíparos que no sean el ser humano o algún otro mamífero? Para responder la pregunta seguramente tendrías que recordar tus clases de ciencias naturales y caer en cuenta que existen dos grandes grupos de organismos: los ovíparos, aquellos que nacen de un huevo como las gallinas; y los organismos vivíparos, aquellos que nacen directamente de la madre como nosotros los seres humanos. Con esa aclaración ¿te atreves a responder la pregunta? Si aún no te quieres arriesgar, no te preocupes, después de leer esta nota podrás responder sin problema.
La viviparidad es una estrategia reproductiva que se caracteriza por el desarrollo de embriones dentro del cuerpo de la madre quien suministra nutrientes mediante una placenta o un saco vitelino o yema. En particular, la placenta es un órgano extraordinario que permite la unión biológica de las madres con sus hijos, ya que posibilita el intercambio de oxígeno, nutrientes y anticuerpos entre las madres y sus crías al tiempo que elimina los desechos durante el embarazo.
Como toda estrategia en la naturaleza, la viviparidad ha tenido sus ventajas y desventajas a través de la historia. Por un lado, permitió que algunos organismos explotarán nuevos ambientes, principalmente aquellos que eran muy fríos o secos, lo que facilitó la reproducción fuera del agua. Las madres vivíparas también pudieron proteger mejor a sus crías de los depredadores y regular las condiciones óptimas para su desarrollo. Sin embargo, un embarazo implica otra clase de costos y esfuerzos -aquí le pueden preguntar a sus mamás para confirmar-; y por supuesto las madres vivíparas deben cargar por más tiempo con sus crías lo que limita su movimiento y a veces las hace vulnerables a la depredación.
Dicho lo anterior, tal vez siga costándote trabajo pensar en un organismo vivíparo que no se trate de un mamífero, pero lo cierto es que la viviparidad es una estrategia que ha aparecido en mamíferos, reptiles, anfibios y peces; aunque también la presentan moluscos, insectos, estrellas de mar y algunos gusanos planos. Es justo este último grupo, el de gusanos planos y los peces poecílidos quienes lideran el número de especies vivíparas con 219 y 18475 especies respectivamente.
Los poecílidos son peces pequeños, tropicales y de agua dulce con algunos miembros bien estudiados y demandados en la acuariofilia como los mollys o topotes (especies del género Mollienesia), colas de espada (género Xiphophorus), gambusias (género Gambusia) y el guppy (Poecilia reticulata). Los platelmintos o gusanos planos, por otro lado, son en su mayoría parásitos, es decir, viven de otros organismos (llamados hospederos). Casualmente estos dos grupos además de compartir la viviparidad, mantienen otra interesante relación ya que los poecílidos son parasitados por un grupo de estos gusanos planos del género Gyrodactylus.
Los gyrodactílidos son parásitos externos conocidos como muñecas rusas (Matrioskas doll killer) ya que un gusano contiene una hija completamente desarrollada en el útero, que a su vez alberga un embrión en desarrollo encerrados uno dentro del otro, ¿te lo imaginas? Esta increíble característica se denomina hiperviviparidad. Gracias a esta característica y a que los gyrodactílidos no requieren de otro organismo o un momento particular para transmitirse, sus poblaciones crecen exponencialmente, favoreciendo su transmisión en condiciones de acuacultura. De esta forma, los gyrodactílidos se han convertido en uno de los grupos de parásitos más exitosos, capaces de infectar a una amplia variedad de peces que viven en diferentes condiciones ambientales.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que escuches hablar de organismos vivíparos puedes recordar varias cosas. Primero, que la viviparidad es una estrategia reproductiva con bastante presencia en el mundo animal; segundo, que ha conferido costos como el desarrollo de la placenta, pero también grandes ventajas evolutivas como asegurar la supervivencia de las crías; y tercero, que algunos ejemplos de increíbles organismos vivíparos además de los mamíferos son los poecílidos y sus hipervivíparos parásitos, los gyrodactílidos.
Fig. 1. Parásitos vivíparos parasitando peces vivíparos. a) Gyrodactylus ticuchi con su hija completamente desarrollada en su interior; b) embriones extraídos del interior de un poecílido; c) aleta de un poecílido parasitada por Gyrodactylus; d) hembra de poecílido. El abultado vientre de las hembras de estos peces, hace que en algunos lugares se les conozca coloquialmente como “tripones”. Créditos: a, Ismael Guzmán Valdivieso y Miguel Calixto Rojas; b y c, Juan José Palacios Márquez; d, Natalia Tepox Vivar.
Fig. slider. Guayacón de Chimalapa (Priapella intermedia), pez vivíparo endémico de México. Foto: Miguel Calixto Rojas.
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