LA HABANA, Cuba.— Este miércoles, barcos de guerra de la Marina de Rusia, incluidos una fragata y un submarino nuclear, llegaron al puerto de la capital de Cuba luego de realizar maniobras de práctica en el océano Atlántico que fueron monitoreadas por Estados Unidos.
Los dos primeros buques, un petrolero y un remolcador, atravesaron lentamente la boca de la bahía de La Habana a primera hora de la mañana bajo un aguacero. Las embarcaciones navegaban acompañadas por guías, pequeños botes que dirigían su avance por el estrecho canal de entrada.
Poco después los siguió una fragata que saludada por 21 salvas de cañón disparadas por sus colegas militares cubanos desde la fortaleza militar de La Cabaña. La embarcación pintada de gris ingresó a la rada local con marineros vestidos de gala y adornada con las banderas de Rusia y Cuba. Finalmente se produjo el ingreso del submarino.
El paso por Cuba de una flota compuesta por la fragata Gorshkov, el submarino nuclear Kazan y dos naves de apoyo —el petrolero Pashin y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker— había sido confirmado por la Cancillería cubana la semana pasada en un comunicado, que indicó que el atraque se produciría entre el 12 y el 17 de junio.
La víspera el Ministerio de Defensa ruso indicó que las embarcaciones pertenecientes a la Flota del Norte estuvieron realizando maniobras en el Atlántico. Según esa dependencia la fragata Gorshkov y el submarino de propulsión nuclear Kazán llevaron a cabo el ejercicio, el cual tenía por objeto simular un ataque con misiles contra un grupo de buques enemigos.
Las maniobras consistieron en un supuesto ataque contra objetivos marítimos situados a más de 600 kilómetros de distancia.
La semana pasada funcionarios de la administración del presidente estadounidense Joe Biden dijeron que seguirían de cerca las maniobras en aguas internacionales del Caribe aunque no las consideraron ofensivas.
Expertos destacaron, en tanto, la importancia de la visita naval rusa en áreas aledañas a Estados Unidos.
Ryan Berg, director del Programa de las Américas del Center for Strategic & International Studies con sede en Washington, dijo en un correo electrónico que “la doctrina militar y de defensa rusa mantiene a América Latina y el Caribe en una posición importante. La región es vista como una esfera de influencia estadounidense y, por tanto, es el contrapeso a la proyección de poder estadounidense en el teatro europeo, especialmente en el exterior cercano de Rusia”. Agregó que “si bien esto probablemente no sea más que una provocación por parte de Moscú, envía un mensaje sobre la capacidad de Rusia para proyectar poder en el hemisferio occidental con la ayuda de sus aliados y ciertamente mantendrá al ejército estadounidense en alerta máxima mientras esté en el teatro de operaciones”.
El arribo de las naves se produce además en momentos en que el canciller cubano Bruno Rodríguez se encuentra de visita oficial en Moscú, adonde se entrevistó con su homólogo Sergei Lavrov hoy miércoles. El país euroasático es un fuerte aliado de la isla tanto en el plano ideológico como económico.
Medios de prensa rusos indicaron que Lavrov reafirmó —durante una conferencia de prensa posterior al encuentro con Rodríguez— la intención de Moscú de apoyar a Cuba en reacción a los desastres naturales, las repercusiones por la pandemia de Covid-19 de la cual no ha logrado recuperarse, así como el “efecto drásticamente negativo” de las sanciones de Estados Unidos contra la isla.