México. 26 de agosto del 2024 .-Compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, el agua es una sustancia indispensable y vital para el ser humano, así como para otros organismos vivos.

 

Aunque se recomienda que una persona beba de dos a tres litros diarios de este vital líquido, el agua no está exenta de la frase ‘todo en exceso es malo’, pues el consumo en abuso de dicha sustancia podría ser perjudicial para la salud.

Ciertamente el beber agua con regularidad nos protege de sufrir algún episodio de deshidratación, sin contra que es mucho más sano que cualquier otra bebida, sin embargo, el exceso también podría provocarnos hiperhidratación.

¿Qué es la hiperhidratación?

Aunque no es común que la hiperhidratación se de por el beber agua en exceso, debido a que los riñones se encargan de excretarla. Pero, existen los casos donde se puede dar esta situación, sobre todo si se padece de alguna enfermedad que comprometa el proceso de evacuación de nuestro organismo.

El problema con la hiperhidratación es que puede llegar a desequilibrar los niveles de electrolitos y minerales en nuestro organismo, es decir que puede llegar a afectar severamente el sistema nervioso o el funcionamiento de los músculos, lo que en situaciones críticas puede provocar enemas cerebrales, comas e incluso, en el peor de los casos, la muerte.

Algunos síntomas de la hiperhidratación son fatiga, dolor de cabeza, nauseas, calambres musculares y nauseas, además de surgir la intensa necesidad de estar consumiendo agua cuando no se tiene sed.

Entonces, ¿Cuánta agua debo beber al día?

De acuerdo a un artículo publicado en Mayo Clinic, Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos recomiendan que para un hombre adulto se debe ingerir un promedio de 3,7 litros al día, es decir el aproximado a 15 tazas de agua. Mientras que para las mujeres se recomienda 2,7 litros diarios, equivalente a 11 tazas.

Por supuesto, el total de consumo de agua varia según la condición y actividades de la persona, ya que, por ejemplo, en el caso de hacer ejercicio o practicar algún deporte, es muy probable que el cuerpo exija más agua debido a los líquidos perdidos.

Por otra parte, si se padece de alguna enfermedad y estás experimentando síntomas como fiebre, diarrea o vómitos, también será necesario compensar la perdida de líquidos.

De igual manera en otras situaciones como lo puede ser el entorno en el que se habita, lugares donde hace bastante calor y son secos, o también si se está embarazada o se padece de cierta enfermedad crónica, el consumo de agua también puede ser mayor al promedio.