Las plumas de las aves y la proporción de sexos en las poblaciones silvestres.
Luis Roberto Morales Cid. Estudiante de Posgrado INECOL.
Carolina Valdespino Quevedo. Red de Biología y Conservación de Vertebrados, INECOL
El estudio de poblaciones de animales silvestres requiere, en ocasiones, del uso de herramientas que no interfieran con los resultados que se están buscando. En el caso particular de aves que no tienen coloración distintiva entre hembras y machos, la cuantificación de testosterona en plumas ha permitido diferenciar el sexo de animales capturados.
Las plumas son estructuras hechas de queratina que cubren la piel y son propias de las aves, protegen todo el cuerpo y ayudan al vuelo. Existen plumas que son impermeables y permiten nadar y sumergirse como en el caso de los patos y aves acuáticas (Figura 1), mientras que otras protegen del frío como en el de los pingüinos. Las plumas son importantes para el cortejo, y regularmente en los machos presentan coloraciones vistosas para atraer a las hembras y reproducirse.
En las plumas se pueden medir concentraciones de hormonas para estudiar poblaciones de aves y conocer más sobre su fisiología. Las hormonas son compuestos químicos que regulan procesos fundamentales en los organismos, son secretadas por glándulas y se distribuyen por todo el cuerpo. Un grupo de hormonas son los esteroides, dentro de los cuáles se encuentran la testosterona. La testosterona influye en la coloración del plumaje reproductivo de los machos y tiene efecto sobre conductas como la defensa del territorio, la búsqueda de pareja y el cortejo. La testosterona está asociada a la producción de espermatozoides y es fundamental para la reproducción.
Secretada desde las glándulas sexuales de los machos, la testosterona entra al torrente sanguíneo y llega hasta el plumaje. Durante el trabajo de campo, en el caso de especies de aves en las que no hay dimorfismo sexual, es decir, en las que no hay diferencia en la coloración entre hembras y machos, sólo se puede diagnosticar la especie, pero no el sexo del ave. Asimismo, en algunos zoológicos o unidades de manejo, por ejemplo, es necesario conocer el sexo de los individuos para programas de reproducción y para su conservación. En estos casos, el análisis de hormonas en plumas sirve como un método de sexado en aves.
La testosterona es obtenida mediante un proceso en el cual se extrae de las plumas. Esto se logra triturando las plumas y agregando algunos compuestos químicos para obtener una muestra líquida que es llevada a un dispositivo que, mediante quimioluminiscencia, cuantifica la cantidad almacenada en la pluma. La presencia de testosterona permite diagnosticar que se trata de un individuo macho. Cuando la hormona está ausente, se trata de una hembra. Las concentraciones de la hormona varían también permitiendo diagnosticar otras actividades de la hormona en los individuos.
El análisis de hormonas con plumas es un método no invasivo, es decir que no causa un daño significativo a los animales. Además, las plumas proporcionan información de largo plazo, pues en las plumas se va acumulando información durante el tiempo que tarda en desarrollarse y crecer la pluma, que es de varios meses, dependiendo del estado de salud, la edad y la especie. En contraste con este método la toma de sangre o la colecta de excretas brindan información sobre las concentraciones de un individuo en un corto plazo.
Utilizando la presencia de testosterona en plumas de machos, durante un estudio de aves silvestres, fue posible conocer las especies y la proporción de sexos en tres sitios de estudio (Figura 2). Encontramos que las proporciones entre hembras y machos fueron variables por sitios. Las proporciones de hembras a machos fueron de 1 a 3.5 en Tlalnelhuayocan, de 1 a 1 en Rancho Viejo y de 1 a 1.6 en El Santuario (Figura 3).
Es importante y de gran utilidad conocer el sexo de los individuos para los análisis e investigaciones que apoyan a la conservación de las poblaciones de aves.
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