LA RATA NOPALERA UN ROEDOR SUI GENERIS  

Por: Alberto González-Romero y Perla D. Ventura-Rojas

Red de Biología y Conservación de Vertebrados, Instituto de Ecología, A.C.

 

Resumen:

En este texto se resalta la importancia ecológica, biológica e histórica de un grupo de ratas pertenecientes al género Neotoma, conocidas como ratas nopaleras y de las cuales 14 se encuentran en México, algunas de ellas se han adaptado a vivir en ambientes muy áridos gracias a la estrategia de construir grandes madrigueras que las protegen del clima extremoso de las zonas áridas.

 

Palabras clave: Madrigueras, Roedores, Zonas áridas

Figura 1. Ejemplar de rata nopalera del Desierto Chihuahuense (Neotoma leucodon) nótense las orejas grandes y desnudas y la cola larga y cubierta de pelo ambas características de los roedores de este grupo (fotografía de A. González-Romero).

En las zonas áridas de México existe una rata que la gente de campo conoce como rata nopalera ya que tiene una afinidad muy marcada por estas plantas. Esta rata es consumida por los campesinos en muchas áreas de la República Mexicana. La rata nopalera o cambalachera como también se le conoce, pertenece al género Neotoma que es un grupo de ratas de la familia Cricetidae y ocupan diversos hábitats, pesan entre 100-400g y están ampliamente distribuidas en Norte América, aunque solamente dos especies llegan a Centro América. De las 23 especies que integran este grupo, 14 se encuentran en México, de éstas ocho especies son endémicas y cuatro se encuentran protegidas por las leyes mexicanas, 3 bajo la categoría de amenazadas (A) y una bajo protección especial (Pr).

Este grupo de ratas presentan dos características peculiares dentro de los roedores: la primera es que construyen grandes madrigueras utilizando diversos materiales que encuentran en su hábitat como ramas secas, cortezas, pencas secas de cactáceas, semillas grandes, huesos y otros materiales como excremento seco de los carnívoros o del ganado, todos estos materiales los apilan formando montículos debajo de arbustos y árboles que protegen y aíslan a sus nidos que se encuentran bajo tierra. La otra peculiaridad de estas ratas es que son atraídas por los objetos brillantes o de color como latas, pedazo de vidrio, bolígrafos, etc. Incluyendo las trampas de los investigadores que apilan también en sus montículos, este hecho hace que en algunas partes le llamen rata cambalachera.

Figura 2. Madriguera de rata nopalera en la base de un mezquite arbustivo. Note las pencas de cholla que forman parte del montículo y proporcionan protección de los depredadores (fotografía de A. González-Romero).

En las zonas áridas habitan en cerros rocosos y en planicies con abundante vegetación en donde sus montículos son parte del paisaje, algunas se les localiza en las laderas de cerros rocosos, en donde pueden hacer las madrigueras utilizando grietas u oquedades entre las rocas, sin embargo, en estas la acumulación de materiales, aunque no en montículo, está presente rellenando las grietas y las entradas a las madrigueras. Otra característica de estos roedores es que heredan las madrigueras y normalmente vive un individuo o una hembra con sus crías por madriguera, este hecho, hace que en algunas cuevas secas en zonas áridas se hayan encontrado placas muy grandes que constituyen restos de viejos madrigueras en donde los materiales orgánicos sementados por la orina de las ratas han hecho que estos materiales se compacten formando unas placas semifósiles parecidas al ámbar conocidas en inglés como “packrat midden”,  término arqueológico que significa literalmente pila de basura en las cuales se han encontrado semillas, huesos y otros restos animales y vegetales que han servido a los científicos para reconstruir los ambientes pasados y poder entender como han cambiado los ecosistemas a lo largo del tiempo. El estudio de estos “middens” o basureros antiguos de las ratas es toda una línea de investigación en la actualidad que nos ayudan a comprender el cambio climático entre otros fenómenos naturales, ya que se han encontrado algunos de estos depósitos de hasta 50,000 años de antigüedad estimados con radio carbono.

Figura 3. Gran nido de rata nopalera (Neotoma leucodon) en la base de un mezquite. El montículo está construido básicamente por ramas y excremento de vaca (fotografía de A. González-Romero).

A pesar de vivir en zonas áridas, estas ratas son incapaces de conservar el agua, por lo que para mantener el balance hídrico, deben de consumir plantas y alimentos frescos, sin embargo muchas hojas y tallos pueden contener químicos defensivos que reducen la digestibilidad, por lo que la selección natural a privilegiado las adaptaciones que favorecen la conservación de energía como es la construcción de grandes madrigueras que protegen los nidos y evitan las temperaturas extremas y la pérdida de calor de las ratas en reposo, además de una actividad primordialmente nocturna para no exponerse al calor del día y por ende evitar la pérdida de agua que es el recurso más importante en los desiertos.

Muchas de las madrigueras de estas ratas en las zonas áridas están construidas en las bases de plantas perennes como los mezquites, palos verdes, gobernadoras y suculentas como las cactáceas teniendo una gran afinidad por las chollas y los nopales que además de proporcionarles protección, en épocas difíciles cuentan con alimento a la puerta de la casa ya que consumen estas plantas y llegando el caso pueden literalmente comerse su casa.

Al amparo de las grandes madrigueras de estas ratas, viven muchos otros animales que se protegen dentro de los montículos, entre los que se cuentan insectos, anfibios, reptiles y otros roedores que encuentran refugio y alimento.

Además de ser especies ecológicamente muy importantes por lo ya descrito, son excelentes recursos alimentarios para muchos depredadores desde serpientes y aves de presa diurnas y nocturnas, hasta para muchos de los carnívoros que habitan los desiertos como coyotes, zorras, zorrillos entre otros incluyendo al hombre que las consume.

Figura 4. Madriguera típica de la rata nopalera en un nopal, nótese en el centro los pedazos frescos de nopal que la rata ha estado cortando de una penca fresca (abajo derecha) para comer (fotografía de A. González-Romero).