LA LAMPREA, AUTÉNTICO CHUPASANGRE

Por: Alberto Rísquez Valdepeña

Secretario Técnico, Instituto de Ecología A.C.

 

Los peces se clasifican en tres clases, las dos principales son los osteíctios (peces óseos) y los condríctios (peces cartilaginosos); la tercera clase es la de los ciclóstomos o agnatos, que son los conocidos como peces sin mandíbula, este, es el caso de las lampreas.

Los agnatos fueron los primeros vertebrados que aparecieron en el planeta hace alrededor de 400 millones de años, durante la era Paleozoica. Dentro de los ciclóstomos o agnatos, tenemos dos órdenes: los mixinos y los petromizóntidos, de este último, la especie más común es la lamprea marina (Petromyzon marinus).

En cuanto a su distribución geográfica, estos organismos habitan en las costas del norte del océano Atlántico, tanto en las costas de América como en las de Europa, la mayor densidad se encuentra en el noroeste de la península Ibérica (Portugal y España) y suroeste de Francia, (cabe mencionar que estas regiones poseen las principales pesquerías de lamprea marina) y dentro del Mar Mediterráneo oeste, pero muy rara vez en el Mediterráneo este. En América del norte hay presencia desde la costa de Labrador hasta la Florida y Golfo de México (la postura en este lado del Atlántico es que se combaten como un parásito que perjudica tanto a la industria pesquera como a los proyectos de acuacultura).

 

Fig. 1 – Boca de Lamprea – Acuario de la Coruña

 

Describiendo estos organismos, se trata de peces primitivos, los cuales carecen de mandíbula, su cuerpo es cilíndrico anguiliforme, gelatinoso, sin escamas, esqueleto cartilaginoso simple, poseen siete hendiduras branquiales en cada uno de sus costados, son ovovivíparos, es decir, que incuban sus huevos dentro de su propio cuerpo, ahí eclosionan y nacen vivos, además cuenta con una boca circular en forma de ventosa provista de dientes córneos (Fig. 1). Son hematófagos (se alimentan de sangre y fluidos corporales), por ello esta estructura en la boca, la cual le permite fijarse a las presas que parasitan, lijarles la piel y succionar su sangre y fluidos corporales de la cual se alimentan, además de apoyarse con una sustancia anticoagulante que ellas mismas producen, en muchas ocasiones la succionan hasta provocar la muerte en las víctimas. La lamprea es un verdadero chupasangre. En el océano, se puede ver pegada a una amplia gama de grandes peces (Fig. 2), e incluso se llega a ver sobre algunos mamíferos marinos. Una Lamprea marina adulta, en su máximo nivel, es capaz de consumir o matar 10 kg de peces, una sola es capaz de matar una trucha en 4 horas.

 

Fig. 2 – Lamprea marina (Petromyzon marinus) Linnaeus, 1758 – Jesús de la Torre Bermejo

 

También utilizan la ventosa de su boca para acomodar piedras en el lecho de los ríos para formar sus nidos en el frezadero (lugar donde los animales acuáticos acuden a desovar o tener sus crías). Las tres especies frecuentes son la Lamprea marina (Petromyzon marinus), Lamprea de río (Lampreta fluviatilis) y la Lampreilla (Lampreta planeri)

En cuanto a su ciclo de vida, estos peces son anádromos, es decir, que parte de su vida la desarrollan en el mar por no más de tres años (fase adulta) y migran hacia las aguas dulces de los ríos para procrear (después de ello mueren), la fase larvaria de la lamprea tiene una duración de entre 3 a 6 años, es decir, en esa etapa son individuos juveniles, en donde llegan a alcanzar hasta 20 cm de longitud y su hábitat se limita a zonas poco profundas de ríos (menos de 30 cm con fondo arenoso y baja velocidad de corriente). Posteriormente, como muchas otras especies, sufren una metamorfosis, en la que ocurren las adaptaciones necesarias para poder migrar al mar, aquí es donde se convierten en hematófagos por excelencia, esta etapa es de 1 a 2 años, y es cuando alcanzan una talla entre 80 y 90 cm.

Importancia gastronómica

Se pesca en las llamadas “pesqueiras” (en gallego), que son una especie de muros en donde disponen de redes alargadas en posición oblicua al curso de los ríos (Fig. 3).

 

Fig. 3 – Pesqueiras, para la pesca de lamprea – Diario de Gastronomía

 

Sin duda alguna la lamprea en este aspecto tiene una gran demanda para consumo humano, siendo un platillo gourmet especialmente en Galicia, Norte de Portugal y Francia. Su sabor se define como fuerte y muy fino a la vez, muy apreciado en la cocina gallega, resultando un platillo caro (Fig. 4).

 

Fig. 4 – Lampreas listas para cocinar – CIFP Manuel Antonio

 

Pies de figuras:

 

  • Fig. 1 – Boca de Lamprea – Acuario de la Coruña

 

  • Fig. 2 – Lamprea marina (Petromyzon marinus) Linnaeus, 1758 – Jesús de la Torre Bermejo

 

  • Fig. 3 – Pesqueiras, para la pesca de lamprea – Diario de Gastronomía

 

  • Fig. 4 – Lampreas listas para cocinar – CIFP Manuel Antonio

 

  • Slider: Foto: Empresa PESBAMI

 

Referencias:

Applegate, V. C. (1950). Natural history of the sea lamprey (Petromyzon marinus) in Michigan. US Department of the Interior, Fish and Wildlife Service Special Scientific Report, Fisheries 55.

Araújo, M. J., Silva, S., Stratoudakis, Y., Gonçalves, M., Lopez, R., Carneiro, M., Martins, R., Cobo, F., Antunes, C. (2016). Sea lamprey fisheries in the Iberian Peninsula. Pp. 115-148. En: Jawless Fishes of the World, Volume 2. Orlov A., Beamish, R. (Eds.). Cambridge Scholars Publishing: Newcastle upon Tyne, UK.

Bruslé, J., Quignard, J. P. (2001). Biologie des poissons d’eau douce européens. Collection Aquaculture-Pisciculture, Editions TEC, DOC/Lavoisier. 740 pp.

Cobo F. (2009). Estado de conservación y pesquería de la lamprea de mar (Petromyzon marinus) en Galicia. Foro dos Recursos Mariños e da Acuicultura das Rías Galegas, 11: 43-48.

Cobo, F., Silva, S., Vieira-Lanero, R., Servia, M. J., Sánchez-Hernández, J., Barca, S., Rivas, S., Couto, M., Gómez, P., Nachón, D., Morquecho, C., Lago, L., Cobo, M. C. (2010). Estado de conservación das poboacións de lamprea mariña en ríos de Galicia. Xunta de Galicia, Consellería do Medio Rural. 124 pp.

Rodríguez-Muñoz, R., Nicieza, A. G., Braña, F. (2001). Effects of temperature on developmental performance, survival and growth of sea lamprey embryos. Journal of Fish Biology, 58 (2): 475-486.