- Los gobiernos de estos países han fallado al atender la situación generada por el coronavirus, expresó el investigador de la Universidad Veracruzana
- Impartió la charla virtual “La pandemia, el populismo y los nuevos retos de la sociedad civil”
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver.- Los gobiernos de enfoque populista han tenido las peores respuestas nacionales ante la situación provocada por la pandemia de enfermedad Covid-19, apuntó Alberto Olvera Rivera, académico del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH–S) de la Universidad Veracruzana (UV).
Así lo detalló al impartir la charla virtual “La pandemia, el populismo y los nuevos retos de la sociedad civil”, invitado por Gobierno y Análisis Político, A.C., organización que brinda consultoría en la materia.
Al iniciar su participación, el investigador destacó que el mundo vive una crisis inédita en la historia de la humanidad ya que es la primera pandemia a escala global, que se suma a una crisis económica que también es global y genera un escenario nunca visto precisamente por la simultaneidad de estos dos procesos.
Señaló que la pandemia encuentra al mundo en interconexiones globales que permiten su propagación en pocos meses y limita las capacidades de respuesta de los estados-nación.
En los sistemas de salud de los países europeos se da una respuesta precaria a la situación. Igual ocurrió en Estados Unidos (EEUU) y en América Latina, como fue el caso de Brasil, pero en México también se negó, al inicio, la pandemia.
Previo al surgimiento de ésta ya se enfrentaba un problema político global: la ausencia de un sistema político de referencia alterno al capitalismo, que provocó en los partidos de izquierda la pérdida de un poder simbólico importante, además de enfrentarse a un neoliberalismo presente en más países.
“Los partidos dejan de tener una relación orgánica con la sociedad, generando una crisis de representación, tanto política como social, que afecta el cómo los ciudadanos se representan a sí mismos en una sociedad cada vez más fragmentada, que carece de vínculos internos que la asocie”, comentó.
Olvera Rivera precisó que el populismo no es una peculiaridad latinoamericana, sino un fenómeno global; “no es una mala palabra, es un concepto que define una forma de ejercer la política funcional para ciertas circunstancias políticas como las crisis de legitimidad”, y agregó que no tiene que haber una crisis económica para que surja el populismo, como lo evidencian el primer ministro Boris Johnson en Reino Unido y Donald Trump en EEUU”.
Por otra parte, recordó que “en México vivimos una hegemonía neoliberal desde antes de la transición democrática con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia, cuando se consolida este modelo”.
Sin embargo, este neoliberalismo no fue exitoso en términos de generar una economía estable, “pero tuvo un impacto social terrible, se acentuó la división histórica entre el norte y el sur del país, tenemos un fracaso del proyecto neoliberal y se abandonó la educación básica y el sistema de salud”.
Explicó que el populismo es una forma de llegar al poder cuando hay grandes vacíos de representación y ofrece unidad a una sociedad fragmentada mediante una dinámica vertical, de arriba hacia abajo, que se produce a partir de la identidad de un líder político para un pueblo.
“El líder viene a corporeizar ese pueblo, a unificarlo, se supone entonces que el líder toma a un sector de la población que define como ‘el pueblo’ y se convierte en una entidad abstracta; por consiguiente, el presidente gobierna solamente para un sector de la población, no hay mediación entre el líder y la base, ya no hay una ciudadanía y no estamos hablando de sujetos con derechos sino de seguidores.”
El gran problema de este modelo radica en que el líder decide y concede, lo que provoca un debilitamiento de la condición ciudadana y un ataque sistemático a la sociedad civil y sus formas de representación, añadió.
“Para poder construir el mundo de la política, los líderes populistas recurren al mecanismo de establecer amigos y enemigos; por tanto, este tipo de política no conduce más que a la polarización, que es indispensable para el populismo, sustituyendo la lógica de la representación y de las instituciones.”
El académico subrayó que los países con gobiernos populistas son los que peor han respondido a la pandemia por Covid-19, como Reino Unido, EEUU, Brasil y México, donde la falta de acción estatal está conduciendo a que no logre controlarse la pandemia a escala nacional.
“Cuando vienen crisis monumentales como la que estamos viviendo, los gobernantes populistas carecen de medidas para enfrentarlas porque el Estado no es funcional y además ya viene debilitado por el neoliberalismo”, abundó.
La respuesta gubernamental a la pandemia es exactamente una situación similar a otras áreas de la política pública en México, porque los gobiernos populistas no tienen un programa de gobierno sino decisiones que se implementan a partir de un Estado dúctil a las decisiones del líder, a lo que se suman las decisiones de orden electoral, sostuvo el ponente.
“Con el decreto de hace un mes ya tenemos a todo el ejército haciendo labores de seguridad pública, parte de varias decisiones desesperadas que provocan una desinstitucionalización del Estado, ya de por sí frágil a causa de administraciones pasadas.”
Olvera Rivera planteó como “tarea indispensable en la que todos deberíamos cooperar: la democratización de los sindicatos y las organizaciones gremiales, ya que si algo no ha cambiado del régimen priísta en nuestro país son los sindicatos, que es una tragedia”.
Debemos entender que hay nuevos actores de la sociedad civil distintos a los anteriores y éstos son los gestores del cambio, principalmente los movimientos feministas, que plantean demandas esenciales ante un Estado patriarcal, los grupos de familiares de las víctimas de desaparición forzada y un movimiento juvenil que enfrentará desempleo; todos ellos tienen demandas y ocupan un papel peculiar en la vida pública nacional exigiendo derechos y construyendo ciudadanía.
Sin embargo, agregó que al día de hoy el gobierno no puede cumplir esas demandas porque no ha reformado el sistema de justicia ni ofrece las condiciones para brindar legalidad a los ciudadanos.