- En la VII Edición Premio “Arturo Warman” 2018, por su trabajo “La significación de la naturaleza en los procesos formativos comunitarios. Los casos de Santiago Tilantongo y La Trinidad, Xiacuí, Oaxaca”, dirigido por Edgar González Gaudiano, investigador del IIE
Paola Cortés Pérez
Xalapa, Ver.- Raquel Aparicio Cid, académica adscrita al Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV), recibió Mención Honorífica en la VII Edición Premio “Arturo Warman” 2018 por su tesis doctoral “La significación de la naturaleza en los procesos formativos comunitarios. Los casos de Santiago Tilantongo y La Trinidad, Xiacuí, Oaxaca”, que fue dirigida por Edgar González Gaudiano, investigador del IIE.
La ceremonia virtual de entrega de reconocimientos a los ganadores y menciones honoríficas del Premio “Arturo Warman”, de la Cátedra Interinstitucional “Arturo Warman”, en las categorías de licenciatura, maestría y doctorado, se transmitió por Facebook Live por parte del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Asistieron de manera virtual los representantes de las instituciones que conforman la Cátedra: Teresa Rojas Rabiela y Patricia Torres Mejía, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS); José del Val, director PUIC-UNAM; Alejandro Agudo Sanchíz, de la Universidad Iberoamericana; Sergio Eduardo Carrera, de El Colegio de México; Aída Castilleja González, secretaria Técnica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Martha Patricia Castañeda, presidenta del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C., y Antonio Zirión, de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Asimismo, por medio de videoconferencia estuvieron presentes los tres galardonados y los cuatro acreedores a menciones honoríficas, de las tres categorías.
Patricia Torres destacó la importancia de la obra de Arturo Warman en la investigación social, quien inspiró la creación de dicho premio, que tiene por objetivo alentar los campos y los temas de discusión nacional e internacional que desarrolló el insigne antropólogo durante su actividad académica y social.
Este premio es entregado a las mejores investigaciones originales que se realizan en las ciencias sociales, particularmente en los temas y problemáticas que se definen para la convocatoria que se lanza cada dos años. El tema de la séptima edición fue “Articular la complejidad: alternativas y resistencias ante el neocolonialismo”.
Las tesis premiadas en esta edición analizan situaciones que se producen a lo largo del país y en América Latina, en las que poblaciones mestizas e indígenas despliegan diversas estrategias de resistencia de carácter cultural para la defensa de sus territorios y los elementos de la naturaleza de que disponen.
En el caso del trabajo de investigación desarrollado por Raquel Aparicio tuvo por objetivo entender la forma en que las relaciones socioambientales inciden en la visión del mundo y de la naturaleza en sociedades indígenas campesinas rurales, que tienen una perspectiva vasta y diversa del territorio, asociada con sus prácticas culturales y con sus identidades colectivas.
Buscó obtener dicha comprensión a través del estudio de los procesos formativos comunitarios, que propician la construcción social de los significados sobre la naturaleza en dos comunidades indígenas del estado de Oaxaca, con realidades sociales y ambientales contrastantes.
Dichas pedagogías sociales, asociadas con la diversidad ontológica y ecosistémica de las poblaciones, fueron estudiadas bajo un enfoque sociológico, antropológico y educativo en un contexto de colonialidad y hegemonía del modelo civilizatorio moderno capitalista predominante. El uso de métodos etnográficos fue la base para la recolección de información y la elaboración de datos.
La investigación ofrece resultados significativos para enriquecer la visión acerca de las prácticas educativas sociales, así como de los significados y valores culturales que determinan en este tipo de sociedades una ética y unas relaciones socioambientales, en las que la tierra (referente concreto de la naturaleza) continúa siendo considerada como la matriz vital para la reproducción social.
Por otro lado, muestra que las prácticas educativas de una sociedad permiten visibilizar las prioridades del colectivo, puesto que la educación social reproduce los elementos culturales de una sociedad privilegiada. De dichas prácticas se pueden inferir las construcciones sociales sobre la naturaleza y la disposición social hacia el medio ambiente en determinado momento histórico, así como los vínculos existentes entre sí.
Por último, Raquel Aparicio dijo que la tesis es producto de un trabajo colectivo en el que colaboraron habitantes de las comunidades de La Trinidad Ixtlán, de la Sierra Norte, y del municipio de Santiago Tilantongo, en la mixteca alta oaxaqueña, así como compañeros y maestros del IIE de esta casa de estudios.