- Juan Sandoval Vilchez, doctor en Psicología, habló de las complicaciones que enfrentan especialistas en este contexto
- Impartió la charla “Perspectivas de la psicología de la salud en tiempos de pandemia por la Covid-19”
Juan Sandoval Vilchez impartió la ponencia “Perspectivas de la psicología de la salud en tiempos de pandemia por la Covid-19”
Claudia Peralta Vázquez
Xalapa, Ver.- Juan Sandoval Vilchez, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Privada de San Juan Bautista (UPSJB), con sede en Lima, Perú, dio a conocer que para los especialistas de su país ha sido difícil brindar un soporte familiar a los pacientes hospitalizados en las unidades de Covid-19, debido al alto índice de contaminación y contagio.
Esta afirmación tuvo lugar dentro del Simposio Internacional Psicología y Salud, realizado el miércoles 23 de junio por el Instituto de Salud Pública (ISP) de la Universidad Veracruzana (UV) y la UPSJB, derivado de la vinculación entre ambas instituciones.
En este marco, el Doctor en Psicología impartió la ponencia “Perspectivas de la psicología de la salud en tiempos de pandemia por la Covid-19”, donde habló de los efectos y reacciones emocionales, especialmente estrés, ansiedad y duelo psicológico asociado a las pérdidas de amigos y familiares.
También, mencionó los cambios radicales en la forma de vida de un gran número de familias a partir de la cuarentena, lo cual ha propiciado múltiples problemas en niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad.
“En este año y medio se han visto afectados los aspectos psicológico, social, laboral, económico, familiar, así como actitudes y costumbres de las personas.”
Señaló que los pacientes diabéticos, hipertensos, renales, oncológicos y de otros padecimientos, generan cambios psicológicos importantes como ansiedad, estrés y depresión.
Sin embargo, en el ámbito de la pandemia, algunos psicólogos de su país brindan soporte en el medio hospitalario sólo a pacientes que ya están fuera del rango de contagio.
El psicólogo clínico del Hospital Nacional “Arzobispo Loayza”, subrayó que la rehabilitación psicológica y física del paciente post-Covid permite mejorar y fortalecer la parte anímica después de haber enfrentado una crisis de hospitalización con dificultad respiratoria, angustia y estrés significativo.
Es decir, si el cuadro clínico del paciente mejora es probable que después del décimo día pase a una etapa de recuperación y se considere la intervención psicológica para trabajar el aspecto de las emociones.
Expuso que si bien ha sido crítico el colapso de unidades hospitalarias por la demanda de pacientes de Covid-19 y, por ende, el abordaje psicológico, actualmente se trabaja el tema de teleconferencias y comunicación virtual de las familias con los pacientes hospitalizados.
En la plática virtual transmitida por Facebook y Zoom, Sandoval Vilchez comentó el caso de una pareja de esposos contagiados que permanecían en la misma unidad.
Al cabo de unos días el señor falleció por las complicaciones del virus, hecho que no se le notificó a su esposa, por el contrario, le dijeron que había sido trasladado a otra sala por la gravedad de su salud. Después de 20 días de ver mejoría en ella, se le preparó psicológicamente para comunicarle el fallecimiento de su ser querido.
Por lo anterior, manifestó que muchas veces el médico no aborda esa situación y lo delega al psicólogo.
“En esta percepción del ámbito hospitalario hemos cambiado de una concepción de salud mental asociada al ámbito psicopatológico, hacia la psicología clínica netamente de un abordaje casi individual, y a lo actual que es la psicología de la salud.”
Desde esta perspectiva, dijo, deben tomarse en cuenta los padecimientos psicopatológicos, psicosis o algunos trastornos de personalidad que se han agudizado durante la pandemia.
Es el caso de pacientes obsesivos compulsivos con los protocolos de limpieza, higiene, lavado, desinfección de manos y cuerpo, por citar sólo algunos.
“Actualmente tenemos estrés, angustia, depresión, obsesión, compulsividad y ansiedad dentro de una realidad de pandemia normal, por así decirlo.”
No obstante, cabría la posibilidad de que esta situación pase a un grado de neuroticismo que permita sintomatologías neuróticas sin serlo.