USOS PREHISPANICOS DE LOS BAMBÚES MEXICANOS
Por: Ma. Teresa Mejia – Saulés
Red de Biología Evolutiva, Instituto de Ecología A.C.
Resumen
Aunque desde la época prehispánica ya se utilizaba el bambú, no se le había dado la importancia que merecen los bambúes nativos, que son 100% Mexicanos. El otate (Otatea acuminata) que es un bambú mexicano, presenta amplia distribución en México y está documentado en los códices que desde la época prehispánica se utilizaba para elaborar el chimalli (escudo), bahareque (paredes), penachos, icpalli (asientos) y un poco más reciente el teponaztli (instrumento musical) elaborado con el bambú llamado guadua.
Palabras claves
bambúes mexicanos, usos prehispánicos, chimalli.
Cuando escuchamos la palabra bambú, ¿qué es lo que nos viene a la mente? ¿Qué nos imaginamos? Tal vez pensamos en un osito panda comiendo bambú (Figura 1), nos imaginamos que todo bambú procede de China, que los brotes de bambú se comen y forman parte de platillos chinos, que tenemos ropa elaborada con fibras de bambú, etc.
PERO oh sorpresa! en México tenemos más de 57 especies nativas o sea tenemos bambúes 100% Mexicanos!. Claro que también hay especies introducidas principalmente de Asia que son las que conocemos como plantas ornamentales en parques y jardines como el bambú amarillo (Bambusa vulgaris var. vittata) (Figura 2).
¿Y desde cuando se usa el bambú en México?. Se tienen registros de que de los bambúes nativos se han utilizado desde la época prehispánica, ya que se mencionado en el Códice Florentino y en el Códice Mendocino que en Mesoámerica un grupo de pueblos encabezado por el de Tepeyácac (actualmente Tepeaca, Puebla) tributaban a México-Tenochtitlán, entre otras cosas 8,000 cañas de otate para elaborar lanzas y 4,000 fardos o cargas de cañas o carrizos. Los comerciantes mexicas en sus viajes siempre llevaban báculos de otate, representación viva de su dios Yacatecuhtli (Dios de los viajeros y comerciantes) y al cual realizaban diversas ofrendas. También el otate era utilizado para pulir piedras preciosas y espejos.
Otro uso prehispánico es el chimalli (del náhuatl escudo), el cual se elaboraba para dos usos diferentes: el de batalla o yaochimalli y el ornamental o māhuizzohchimalli, el cual era otorgado como premio e insignia a logros en batalla o eran para los gobernantes o personas de alto rango. El chimalli consistía de una base circular elaborada con culmos o tallos de bambú u otate (probablemente Otatea acuminata) Figura 3, fibras de maguey y de algodón entretejidos. La cara de enfrente estaba decorada con mosaicos de jade, plumas y cuerdas de colores y para los gobernantes o altos rangos recubrimiento de plumas, pieles, placas de aleaciones de plata y oro con bronce (Figura 4a). Del escudo colgaba una cortina de tiras de cuero a su vez decoradas, cuya función era la de proteger las piernas de proyectiles. Para que el escudo tuviera resistencia, en el reverso tenía cuatro cañas de otate verticales atravesadas por dos cañas de otate horizontales y para sostener el escudo, tenía un par de asas hechas de fibras entretejidas de maguey o henequén cubiertas por cuero de venado (Figura 4b).
En el códice Florentino se menciona que el otate era utilizado en la construcción de paredes utilizando la técnica del bahareque o bajereque. El cual es una técnica constructiva que consiste en armar un enrejado a base de cañas de otate (probablemente Otatea acuminata) (Figura 5a), el cual es embarrado con una mezcla de lodo con zacate picado hasta lograr una homogeneidad total (Figura 5b). El embarre se hace por una o las dos caras del enrejado, dándole un acabado con un pulido de lodo diferente al empleado en el embarre. Este tipo paredes aún se pueden encontrar tanto en la zona del Pacífico como en el Golfo de México. En los 80´se encontró en el sitio arqueológico de Loma Iguana, Veracruz impresiones de bahareque arqueológico del postclásico temprano y se identificó botánicamente que el bambú utilizado fue otate (Otatea acuminata), especie nativa y con amplia distribución en el estado de Veracruz en vegetación de selva baja caducifolia.
Otro uso que prevalece desde la época prehispánica son los penachos que forman parte del vestuario tradicional en la danza de los quetzales o cuetzalines y la danza de los voladores de la zona del totonacapan, donde el “penacho” forma parte de su vestuario. El penacho es de forma de medio circulo y su estructura está formada por varillas finamente cortadas de bambú verde (alguna especie de Guadua), insertadas a un circulo de madera (Figura 6a). A esta base se le entreteje papel brillante de colores y en la orilla se adorna con plumas blancas (Figura 6b y c). Esta artesanía sobrevivirá mientras estas danzas se realicen para los turistas.
Otro objeto de origen prehispánico es el icpalli (tradicional asiento entre los mexica), el cual estaba destinado solo para los Dioses, realeza y curanderos y era un atributo reconocido del poder real en Mesoámerica. Los españoles castellanizaron la palabra icpalli como equipal que significa asentadero. Este asiento estaba elaborado de juncos y cañas o carrizo de bambú, con respaldo de madera o de junco y del que tenemos numerosas representaciones en los códices (Figura 7). Los icpallis destinados al emperador o altos jefes estaban recubiertos de telas o pieles y adornados de oro. Cuauhtitlán tenía fama por los magníficos icpallis fabricados en esa ciudad, al grado de que debían entregar cuatro mil anualmente. Al menos hay dos regiones donde el icpalli o equipal fue considerado como asiento de los Dioses, la Provincia mixteca de Oaxaca, en el Siglo XVI según la “Relación de Ixcatlan” en 1579 y en el área de los huicholes, donde todavía se usaban a fines del Siglo XIX. En la actualidad los huicholes que viven en Jalisco y en la parte alta y escarpada de Nayarit, es el grupo de Occidente que más ha conservado las antiguas costumbres y todavía elaboran el equipal, que es considerado como una artesanía o mueble tradicional de la región.
Recientemente el teponaztli (idiófono prehispánico, tallado en un tronco de madera, en una sola pieza y con dos lengüetas acústicas se toca con baquetas con cabeza de hule) se elabora con bambú (alguna de las especies del género Guadua) en lugar de madera y es una artesanía típica de Oaxaca. (Figura 8).
La cestería también ha sido importante desde la época prehispánica y ha prevalecido hasta la actualidad. El bambú más sutilizado, tal vez por su amplia distribución y facilidad de obtener la materia prima es de otate (Otatea acuminata) (Figura 9).
Aunque desde la época prehispánica ya se utilizaba el bambú, no se le había dado la importancia que merecen los bambúes nativos. Actualmente sus usos se han diversificado no solo en construcción, sino en implementos útiles, artesanías, objetos personales, muebles, como planta ornamental, etc. En el INECOL contamos con la Colección Nacional de Bambúes Nativos de México, única en américa y la cual ha sido la base para realizar estudios diversos sobre los bambúes mexicanos: taxonomía, filogenia, sistemática molecular, anatomía, propagación manejo y aprovechamiento, conservación, propiedades físicas y mecánicas, usos, etc. pero aún nos falta mucho por estudiar.
Referencias
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