Retos urgentes de las costas mexicanas

  1. Luisa Martínez*, Jorge López-Portillo, Red de Ecología Funcional, INECOL

Octavio Pérez-Maqueo, Red de Ambiente y Sustentabilidad, INECOL

Rodolfo Silva, Instituto de Ingeniería, UNAM

 

* Autora para la correspondencia, marisa.martinez@inecol.mx

Figura 1. Riviera Maya, Quintana Roo (México). La restauración de humedales costeros ha incrementado la plusvalía, servicios ecosistémicos y calidad del turismo de los hoteles. (Fotografía, Rodolfo Silva)

 

Resumen: Necesitamos acciones urgentes para conservar la diversidad única de las costas mexicanas y proteger de los riesgos ambientales a los asentamientos humanos.

 

Palabras clave: Biodiversidad, costa, heterogeneidad, riesgo.

 

México es un país privilegiado, ya que cuenta con más de 11,000 km de costa, ubicándolo en el lugar 15 a nivel mundial. Las costas mexicanas son muy heterogéneas: contamos con playas arenosas, playas rocosas e incluso acantilados. Así mismo, existe una gran diversidad de ecosistemas costeros: pastos marinos y arrecifes de coral en la zona marina, y playas, dunas costeras, humedales, manglares y marismas en la zona de transición terrestre y marina. Esta variedad de ecosistemas contribuye de manera importante a la biodiversidad del país. Los ecosistemas marino-terrestres de la costa aportan servicios ambientales a la sociedad que son únicos y de gran relevancia: filtración de grandes volúmenes de agua, protección contra tormentas, recreación y belleza escénica, filtración de contaminantes, fuente de arena, pesquerías, y hábitats para especies amenazadas, entre otros.

Figura 2. Bosque maduro de mangle en el Río San Pedro en Tabasco, en la Laguna del Cometa. (Fotografía: J. López-Portillo).

En la actualidad, nuestros valiosos ecosistemas costeros se enfrentan a presiones de diferentes orígenes. Por un lado, la dinámica natural y los contextos ambientales de las costas se están haciendo más extremas y exceden las condiciones a las que los ecosistemas están adaptados: han aumentado los procesos de erosión de origen natural y antropogénica, y las tormentas son más intensas y frecuentes. Por otro lado, la urbanización de la zona costera, la pérdida y degradación de ecosistemas y el exceso de construcciones en el litoral aumentan aceleradamente. En particular, el turismo de arena-sol-playa es cada vez más popular y ha crecido importantemente en los últimos 50 años, sobre todo en las costas con playas arenosas. El resultado combinado de los factores de tensión de origen natural y humano lleva a la zona costera a una situación cada vez más vulnerable.

¿Estamos llegando a una situación de no retorno, de la que ya no podremos regresar a mejores condiciones ambientales para las costas de México? Necesitamos acciones urgentes para revertir esta tendencia de deterioro extremo e irreversible. El manejo de la zona costera debe buscar reconocer la necesidad de combinar las necesidades ecológicas con las socioeconómicas. Por ello, es fundamental conservar (o recuperar) la biodiversidad de la zona costera, y proteger a los asentamientos humanos contra el impacto de las tormentas por medio de ecosistemas saludables, conservados y restaurados.

Figura 3.Puerto Morelos, Quintana Roo (México). Dos estrategias de construcción: Hoteles con y sin duna vegetada frente a sus instalaciones. La protección es mayor cuando existe una duna con vegetación. (Fotografías: M.L. Martínez).

En investigaciones recientes realizadas en colaboración entre el INECOL y el Instituto de Ingeniería de la UNAM, estamos proponiendo dos conjuntos de acciones que ayudarían a los humanos a vivir en la zona costera de manera más sostenible: vivir con la naturaleza (y no en contra de ella), así como hacer de las costas lugares sostenibles para vivir.

Para vivir con la naturaleza, necesitamos reconocer que la costa es dinámica y aceptar que no la podemos controlar. Los asentamientos humanos deben estar adaptados a dicha dinámica. Así mismo, es importante modificar los esquemas de protección contra la erosión y las inundaciones. Normalmente, se utilizan construcciones rígidas en playas, como diques y escolleras, que frecuentemente generan problemas adicionales de erosión. Alternativamente, las barreras diseñadas con ecosistemas naturales (construcciones suaves) pueden contribuir a proteger contra estos fenómenos. Es así como la conservación y la restauración de los ecosistemas naturales costeros pueden ayudar a la protección de los asentamientos humanos.

Figura 4. Puerto Morelos, Quintana Roo (México). Dos estrategias de construcción: Hoteles con y sin duna vegetada frente a sus instalaciones. La protección es mayor cuando existe una duna con vegetación. (Fotografías: M.L. Martínez).

Por último, si queremos lograr que las costas sean lugares sostenibles para vivir, necesitamos, primero, construir los asentamientos humanos de manera adecuada, evitando las zonas de alto riesgo de erosión e inundación. Los nuevos destinos turísticos deben desarrollarse combinando la conservación de los ecosistemas y las mejores posibilidades de desarrollo socioeconómico de la región. Además, estos nuevos destinos turísticos ofrecen la oportunidad única de ser un modelo de sostenibilidad con uso de energía renovable, transporte público eléctrico y muchas opciones sostenibles más. Es importante reconocer que estas medidas requieren la participación ciudadana y de la voluntad política y social de realizarlas.

Una última reflexión sobre las costas es que las autoridades, los residentes, visitantes y turistas de las ciudades y zonas costeras deben tener presente que no existe una condición de riesgo cero. Las costas son y serán dinámicas y las ciudades costeras deben estar preparadas para las incertidumbres de estos entornos.

En conclusión, ¿están en grave riesgo las costas de México, sus ecosistemas y los asentamientos humanos? Sí. ¿Tenemos manera de detenerlo y recuperarnos? Pensamos que sí, pero la necesidad de actuar es urgente y no puede postergarse.

Figura 5. Jardines en hotel de Puerto Morelos, decorados con plantas de manglar. (Fotografía: M.L. Martínez).

Referencias

 

Costanza, R. (2020). Valuing natural capital and ecosystem services toward the goals of efficiency, fairness, and sustainability. Ecosystem Services, 43, 101096.

López-Portillo, J., Martínez, M.L., Hesp, P.A., Hernández Santana, J.R., Vásquez-Reyes, V.M., Gómez Aguilar, L.R., Méndez Linares, A.P., Jiménez-Orocio, O.A. y Gachuz Delgado, S. 2011. Atlas de las costas de Veracruz: manglares y dunas. Secretaría de Educación y Cultura del Estado de Veracruz. 248 pp

Silva, R., Oumeraci, O., Martínez, M.L., Chávez, V., Lithgow, D., van Tussenbroek, B., van Rijswick, Bouma, T. 2021. Ten Commandments for Sustainable, Safe and W/Healthy Sandy Coasts Facing Global Change – a research agenda. Frontiers in Marine Science 8: 126

 

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