LA LECHUGA DE MAR: UNA PLANTA ASIÁTICA QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE
Gonzalo Castillo-Campos1, Ma. Luisa Martínez2, José G. García-Franco3, Jesús Pale Pale4
1, 4Red de Biodiversidad y Sistemática
2, 3 Red de Ecología Funcional
Instituto de Ecología A.C.
Resumen
La lechuga de mar (Scaevola taccada), es una planta exótica usada en jardinería en algunas ciudades costeras de México, como Cozumel. Ha escapado hacia los ambientes naturales debido a su fácil reproducción y gran crecimiento, desplazando a la flora nativa.
Palabras Clave
Especies invasoras, Lechuga de mar, Cozumel, Vegetación costera
Artículo
La lechuga de mar, también llamada col de playa, es una planta conocida por los botánicos como Scaevola taccada, de la familia Goodeniaceae. Es un arbusto que puede alcanzar los 5 m de altura, y sus ramas son algo leñosas. Las hojas son gruesas y se agrupan en la punta de los tallos, dándole la apariencia de una lechuga o una col. De ahí sus nombres comunes. Tiene flores blancas, ligeramente violetas, con líneas longitudinales más oscuras, que son visitadas por abejas. El fruto es blanco, redondo, y contiene una sola semilla. Este arbusto es muy apreciado para la jardinería de hoteles y zonas urbanas de las ciudades costeñas porque su follaje siempre está verde debido a que la planta almacena agua en los tallos y hojas, haciéndola resistente a la sequía. Además, es una planta muy fácil de reproducir y su rápido crecimiento ha resultado útil para controlar la erosión de suelos en las zonas costeras. También tiene diversos usos medicinales. Sus hojas se utilizan para mejorar la indigestión debido a sus propiedades antibacteriales. Los frutos tienen sustancias antifúngicas y también sirven como protectores solares contra los rayos ultravioleta. Por otro lado, las raíces funcionan como antídoto contra peces y moluscos venenosos o tóxicos. También se ha documentado que estimula la regeneración celular y ayuda en la curación de heridas.
La lechuga de mar es originaria de las playas de Asia, pero se ha introducido en las costas tropicales de otras partes del mundo principalmente para jardinería. Sin embargo, esta bella planta puede ser un problema para los ecosistemas naturales, ya que su gran facilidad de dispersión y fácil reproducción la convierten en invasora. Las semillas de la lechuga de mar flotan y las corrientes marinas pueden transportarlas a grandes distancias; y como resisten por mucho tiempo la exposición a altas concentraciones de sal, tienen la capacidad de germinar cuando alcanzan nuevas playas. Además, la fauna local como mamíferos, aves y reptiles se alimenta de los frutos de esta planta, de manera que igualmente contribuyen con la dispersión de las semillas. También puede reproducirse fácilmente por medio de fragmentos de tallos u hojas.
No se sabe con certeza cuándo fue introducida por primera vez en México, en los jardines de los hoteles, y en las calles y avenidas de las zonas urbanas de la costa. Recientemente se ha descubierto su presencia en algunas playas mexicanas, fuera de los jardines, y en particular con gran abundancia en el Caribe, pero sobre todo en la isla de Cozumel, Quintana Roo. Dada su frecuente presencia y amplia cobertura en gran parte de las playas de esta isla Cozumel, se considera que la lechuga de mar se ha naturalizado con mucho éxito, convirtiéndose en una invasora. Su presencia en las áreas naturales de Cozumel, clasificada como Reserva de la Biósfera, genera preocupación, ya que observaciones de campo realizadas recientemente indican que está desplazando a la flora nativa. El estudio de los efectos de la lechuga de mar en la flora nativa, así como el análisis de estrategias para su control son de gran relevancia en planes de manejo y control de la expansión de esta planta invasora que afecta negativamente a la vegetación nativa de las costas en el Caribe mexicano.
Créditos de las figuras
Oscar A. Jiménez: Figuras 3, 5 y 10
Eric García Cadena: Figura 2
José G. García Franco: Figuras 1, 6 y 8