LIMITACIONES SOCIALES DE LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA
Por: Patricia Moreno-Casasola
Red de Ecología Funcional, Instituto de Ecología A.C.
patricia.moreno@inecol.mx
Resumen:
Nuestros ecosistemas se han degradado y se requiere restaurarlos. Es una actividad para la que se necesita el conocimiento ecológico, pero también la participación de la sociedad, tanto en el sentido de realizarla en los terrenos de particulares y de ejidos, como en su involucramiento en el largo plazo. Se debe concebir la restauración como la base ambiental de la supervivencia del hombre en el planeta. Debemos aprender a producir conservando y para ello tenemos que recuperar nuestros ecosistemas y nuestra capacidad productiva.
Palabras clave: servicios ambientales, conservación, sociedad
Hoy día enfrentamos dos retos enormes, una pandemia que afecta la salud de millones de personas y la crisis planetaria que afecta a todos los habitantes del planeta. En el primer caso, se han desarrollado vacunas y lentamente se va avizorando una salida. Para nuestro planeta, la mayoría son buenas intenciones y todavía pocas acciones.
La restauración del funcionamiento de los ecosistemas de los que dependemos para comer, respirar, tener lluvia, es decir de los que recibimos servicios ambientales, es una tarea inminente. La restauración ecológica es una actividad deliberada que inicia o acelera la recuperación de un ecosistema con respecto a su salud, integridad y sostenibilidad. La Sociedad de Restauración Ecológica (Society for Ecological Restoration 2004) la define como el proceso de ayudar al restablecimiento de un ecosistema que se ha degradado o destruido, a consecuencia de actividades humanas (ganadería, contaminación, reducción de aportes de agua) o por causas naturales (deslizamiento de suelo, incendios, inundaciones).
En la más simple de las circunstancias, la restauración implica eliminar o modificar una alteración específica, para permitir que los procesos ecológicos se recuperen por sí solos. En circunstancias más complejas, también podría requerir de la reintroducción intencional de especies nativas que se habían perdido y de la eliminación o control, hasta donde sea posible, de especies exóticas invasoras y dañinas. El ecosistema restaurado muchas veces requiere un manejo constante para contrarrestar la invasión de especies oportunistas, los impactos de varias actividades humanas, el cambio climático y otros acontecimientos imprevisibles (Ecological Restoration 2004). Ello requiere tiempo, es decir muchos años.
Hoy en día es frecuente oír hablar de restauración de ecosistemas y en México hay muchos casos exitosos, por ejemplo en bosques y manglares. Se requiere de un conocimiento ecológico importante del funcionamiento del ecosistema a restaurar, pero aunque se tenga, lo primero que se necesita es el predio o terreno donde llevar a cabo la restauración. Esto significa lograr un acuerdo por un gran número de años, con el dueño o dueños del predio y con los vecinos, para que en ese terreno pueda iniciarse el proceso de restauración. Suena como algo muy fácil de lograr, pero no lo es. En nuestro país el ecosistema donde hay mayor número de experiencias de restauración es el manglar, ya que estos bosques inundables costeros, están bajo la administración federal y aunque tengan un dueño, éste no puede talarlo o modificarlo ya que están protegidos legalmente. Por ello, predios que fueron deteriorados hace muchos años (tala, obras como caminos, crecimiento de poblados) hoy están siendo restaurados.
La restauración representa un compromiso de tierras y recursos a un largo plazo, frecuentemente indefinido. Por ello siempre se enfatiza que la sociedad debe participar en la restauración. México es un país rico en ecosistemas, con una gran variabilidad climática y cultural, con tenencias de suelo privadas y comunitarias (ejidos) principalmente, donde los gobiernos de los distintos niveles casi no poseen terrenos. Además, muchos de los predios son de tamaño pequeño, sobre todo en el centro-sur del país. Somos un país en el que hay pobreza, el poblador rural muchas veces realiza agricultura y ganadería de subsistencia, los pequeños productores son los que abastecen gran parte de los mercados de consumo nacional, los terrenos se han empobrecido, el recurso agua es cada vez más escaso y se sigue dependiendo de los agroquímicos. La mayoría de las tierras están comprometidas en actividades productivas, aunque también hay un abandono de terrenos degradados.
El primer problema que enfrenta la restauración es encontrar dueños de terrenos que quieran destinar una parte de su predio a actividades no productivas durante muchos años. En este sentido, en las áreas naturales protegidas se han podido llevar a cabo proyectos de restauración pues se cuenta con una superficie en la cual se pueden desarrollar actividades en el largo plazo. En estos casos, la problemática es más bien de financiamiento a lo largo del tiempo. Sin embargo, en la mayoría del territorio nacional sigue siendo un problema poder contar con terrenos privados o ejidales donde restaurar ecosistemas, es decir, que los dueños aún no ven la necesidad de recuperar esos servicios ambientales, y de ceder parte de su superficie productiva a la conservación. Como indica la Sociedad de Restauración, las decisiones colectivas tienen más probabilidad de ser acatadas y ejecutadas que aquellas tomadas unilateralmente. Por lo tanto, es de conveniencia para todos los participantes tomar por consenso la decisión de iniciar un proyecto de restauración.
La restauración ecológica fomenta, y se puede decir que depende, de la participación a largo plazo de la población local. Se lleva a cabo en los terrenos que usan o que los rodean. Por ejemplo, entre las especies invasoras se encuentran plantas forrajeras introducidas por ser más productivas o palatables para el ganado. Se pueden eliminar de un predio, pero si el vecino las mantiene, siempre serán un invasor potencial. Por tanto, se requiere un trabajo más integral que permita abordar la restauración tomando en cuenta las actividades actuales en la zona, los proyectos futuros, las posibles transformaciones que el cambio climático está produciendo, entre otras.
Es necesario trabajar con la población de las zonas rurales donde se realiza la restauración de los ecosistemas, pero también con la de zonas urbanas, donde se toman las decisiones y se generan los recursos, para sensibilizar sobre la necesidad de recuperar los servicios ambientales. Se tiene que realizar de muy diversas maneras, desde las escuelas, hasta los ejidos y asociaciones ganaderas así como los gobiernos locales. El incluir a los pobladores locales en el trabajo de restauración es una manera de darles un ingreso pero también de crear conciencia y responsabilidad sobre la naturaleza.
Probablemente, una primera acción para empezar a crear conciencia es trabajar en la restauración de los campos productivos, como son los potreros. No son propiamente ecosistemas a restaurar, pero el incrementar la cantidad y tipos de árboles, ayuda a la conectividad y dispersión de fauna como insectos, aves, roedores, entre otros. Se mejora el suelo y la fauna se recupera aereando el sustrato e incrementando los nutrientes. De esta manera, lentamente, también se va recobrando la capacidad de los sistemas productivos.
Finalmente, es importante concebir la restauración como la base ambiental de la supervivencia del hombre en nuestro planeta. Debemos aprender a producir conservando y para ello tenemos que recuperar nuestros ecosistemas y nuestra capacidad productiva.
Referencias
Society for Ecological Restoration (SER) International, Grupo de trabajo sobre ciencia y políticas. 2004. Principios de SER International sobre la restauración ecológica. www.ser.org y Tucson: Society for Ecological Restoration International.