AGUA QUE NO HAS DE BEBER…. ESTÁ EN EL DOSEL DEL BOSQUE
José G. García Franco y Gabriela Vázquez
Red de Ecología Funcional, Instituto de Ecología, A.C.
Resumen: Gran parte del agua de lluvia se retiene en los árboles y las plantas epifitas influye el ciclo hidrológico y permite la existencia de diversos organismos.
Palabras clave: Precipitación, Bromelias tanque, organismos del dosel
El agua es un elemento fundamental en la vida de todos los organismos. Para muchas plantas, el agua es el factor decisivo que define su distribución y muchas de las interacciones que mantienen con otros organismos. Normalmente el agua se incorpora a los ecosistemas por medio de la lluvia, la nieve y la humedad del ambiente (neblina o rocío). Si esta agua llega directamente al suelo se le denomina “precipitación neta”. Pero en los ecosistemas naturales, estas formas de agua inevitablemente pasan a través de paisajes compuestos de mosaicos de vegetación antes de llegar al suelo, y entonces se produce lo que se conoce como “la partición de la precipitación”. El proceso de partición de la precipitación por la vegetación es un campo de estudio de las ciencias de la atmósfera que tuvo sus orígenes 350 años antes de nuestra era con el naturalista y filósofo griego Teofrasto. Teofrasto fue el primero en descubrir la redistribución de la lluvia a través de los objetos que la interceptaban y su papel en la distribución de las plantas. Actualmente el estudio de los procesos de partición de la precipitación es un tema importante en las ciencias ambientales, como la hidrología.
Pero cómo sucede este proceso. Al chocar las gotas de agua con los árboles, parte del agua se retiene en la superficie de las hojas, aunque la cantidad depende de la densidad de los árboles y de la forma de sus copas. Del agua que logra atravesar la copa, una parte alcanza las ramas y los troncos que la conducen a través de la corteza hacia el suelo, sobre todo en aquellos árboles con cortezas fisuradas irregulares, lo cual reduce el golpeteo directo de las gotas en la superficie del suelo. Mientras que otra parte del agua, puede ser retenida por plantas conocidas como epífitas que viven sobre las ramas y los troncos. De esta forma una gran parte del agua de lluvia que cae en un paisaje arbolado queda retenida en la vegetación. Esta agua puede regresar a la atmósfera al evaporarse y también por evapotranspiración de las plantas, y se le conoce como “pérdida de precipitación por intercepción”. Se ha estimado que, en algunos bosques montanos de Colombia y Venezuela, la pérdida de agua por intercepción puede llegar a ser de entre 13% y 51% de la precipitación neta, por lo que los bosques y las plantas epífitas que habitan en ellos juegan un papel muy importante en la hidrología de esos ecosistemas.
Y cómo es retenida el agua en las epífitas. Las epífitas son plantas que habitan encima de las ramas y troncos de los árboles, ya que ahí encuentran las condiciones micro ambientales particulares que permiten su existencia. Este grupo es extraordinariamente diverso, y en algunos bosques como los bosques de niebla, son un componente muy importante entre las especies presentes. Este grupo está compuesto por distintas plantas, como musgos y líquenes (Briofitas, plantas no vasculares), así como orquídeas, aráceas, helechos y bromelias (plantas vasculares), entre otras. Estas plantas han desarrollado diversas características que les permiten soportar las estresantes condiciones ambientales presentes en los árboles, como son el exceso de luz, altas temperaturas, el impacto del viento, y la escasez de nutrientes y humedad. En particular la captura y retención de agua son puntos críticos para estas plantas, ya que para ellas las fuentes de agua son la lluvia y la humedad por neblinas, por lo que pueden llegar a tener una importante influencia en la hidrología de los bosques.
Por ejemplo, los musgos y líquenes son organismos poiquilohídricos, esto es, resisten condiciones extremas de sequía hasta parecer secos, pero en presencia de agua actúan como esponjas, por lo que tienen la habilidad de retener considerables cantidades de agua, que van de 500% a 1200% veces su peso seco, la cual van liberando poco a poco al ambiente por evaporación directa. En algunos bosques tropicales nubosos de Costa Rica, donde la abundancia de musgos y líquenes es muy alta, se ha estimado que las briofitas pueden llegar a retener hasta 40,000 litros de agua por hectárea.
Entre las epífitas vasculares, las bromelias han desarrollado morfologías que asemejan “tanques” o cubetas, ya que sus hojas se traslapan en círculos y espirales con lo que se forman cámaras entre ellas, y en función del tamaño de la planta, pueden llegar a retener importantes cantidades de agua que permanece por largo períodos de tiempo. En los bosques tropicales de Puerto Rico donde se encuentra una gran abundancia de bromelias, se ha estimado que llegan a retener hasta 33,000 litros de agua por hectárea.
Aunque las bromelias tanque no almacenan las grandes cantidades de agua que retienen las briofitas, cumplen otro papel ecológico importante, ya que una gran cantidad de organismos se asocian a estas plantas debido al agua que retiene en los compartimentos entre las hojas. Una sola planta de bromelia puede llegar a ser un ecosistema, ya que en su interior se desarrollan diversas cadenas tróficas y ciclos de nutrientes al contener en su tanque microorganismos (como algas, bacterias, hongos, protozoarios), invertebrados (larvas de mosquitos y libélulas, arañas, escarabajos, chinches, hormigas) y vertebrados (ranas y lagartijas); siendo notable que las comunidades de organismos cambien entre plantas, y que muchos de estos organismos solo habiten en la copa de los árboles y algunos en particular en las bromelias. También se ha visto que vertebrados grandes como los monos, se acercan a beber el agua retenida en estas plantas.
La conservación de las masas forestales es fundamental para la estabilidad hidrológica de los ecosistemas, pero también, lo es para el mantenimiento de la gran diversidad de plantas y animales que habitan en ellos, y que a través de redes de interacciones que se establecen mantienen diversos procesos ecológicos que presentan servicios ambientales al hombre.
Créditos de las fotografías: José G. García Franco