Pajareando en La Mancha, Veracruz
Alejandra Galindo Cruz, Claudio Mota Vargas, Red de Biología Evolutiva, INECOL
Gerson D. Alducin-Chávez, Secretaría Académica, INECOL
Ximena Contreras Varela, Red de Interacciones Multitróficas, INECOL
El 9 de julio del año en curso se celebró el veintitresavo aniversario del “Festival Aves y Humedales” en el Centro de Investigaciones Costeras La Mancha (CICOLMA), Veracruz; un evento organizado desde 1997 por el Instituto de Ecología (INECOL) y el H. Ayuntamiento de Actopan. Esta celebración tiene como finalidad concientizar al público sobre la importancia de conservar y proteger los humedales y las aves silvestres, mediante diversas actividades como ponencias, talleres, recorridos y exposiciones que resaltan los resultados de proyectos de investigación realizados dentro del Área Natural Protegida conocida como La Mancha y El Llano.
Una de las actividades programadas que llamó la atención a los visitantes fue “Pajareando en La Mancha”, un recorrido matutino entre selvas, manglares, lagunas, dunas y la playa de ese lugar que coordinó un grupo de ornitólogos y estuvo acompañado por visitantes interesados en conocer las aves de esa zona. Previo al inicio de la caminata, los guías realizaron una plática introductoria acerca del uso correcto de binoculares y libros de campo, también explicaron las características físicas (forma, tamaño, plumaje) y el comportamiento, lo que es necesario para identificar a las especies cuando se realizan observaciones de este tipo de vertebrados. Se les expuso la manera de describir la ubicación espacial en los ambientes que visitan estos peculiares alados, lo que es importante cuando se acude a realizar avistamientos en grupo, de esta manera participantes tengan la oportunidad de localizar fácilmente a los individuos (Figura 1). Una vez hecho lo anterior y proporcionado el equipo, se comenzó el recorrido en las instalaciones del CICOLMA.
Desde las primeras horas del día y a escasos metros del punto de reunión, los asistentes pudieron observar y escuchar a un grupo de Zanates Mexicanos (Quiscalus mexicanus), Luisitos Gregarios (Myiozetetes similis) y Palomas de Collar (Streptopelia decaocto), especies comunes de zonas urbanas (Figura 2). Adentrándose en los humedales se observaron especies que suelen refugiarse en árboles de gran altura, como la Tángara Aliamarilla (Thraupis abas), Tordo Cantor (Dives dives) y al Carpintero Cheje o Chéjere (Melanerpes aurifrons) (Figura 3). También pudo ser observada en sus nidos colgantes a la Oropéndola Moctezuma o Zacua (Psarocolius montezuma), cuyo inconfundible canto amenizó la mañana. Continuando con la caminata, en las dunas costeras se observó a la Tortolita Pico Rojo (Columbina paserina) y a la Matraca Canela Cucarachero (Campylorhynchus rufinucha). El recorrido concluyó en la selva, en donde se observó al majestuoso Trogón Violáceo (Trogon violaceus), un pájaro pariente del Quetzal (Pharomachrus mocinno); considerada un ave sagrada en México, pero que dista de su pariente al exhibir un llamativo pecho amarillo en lugar del tan conocido verde esmeralda del habitante del Sur de México y Guatemala.
También se platicó con los grupos de observadores sobre la importancia de este ecosistema para las zonas costeras y sobre las magníficas características reproductivas de las flores que colorean estos maravillosos, pero incomprendidos pastizales, que limitan con las playas en toda la línea costera (Figura 4).
Para todos los que pudieron observar minúsculos detalles, sin duda, el avistamiento del Trogón Violáceo fue la mayor sorpresa; su figura esbelta, cabeza y garganta color negro, el arillo de su ojo y pecho amarillo, y sobre todo su nuca y pecho violeta brillantes dejaron boquiabiertos a los visitantes (Figura 5). Esta ave se considera especialista de ciertos hábitats, pues solo se puede encontrar en zonas arboladas y silenciosas, en donde forman pequeños grupos para alimentarse de frutos carnosos. Ecológicamente actúan como dispersores de semillas y se les considera como indicadores de ambientes con baja perturbación humana.
Idealmente, el involucrar al público en general a disfrutar e ilustrarse sobre la flora y fauna es una oportunidad para sensibilizar y aumentar su interés y apreciación por los ambientes naturales, con lo que se puede hacer partícipe a ese público en las actividades de conservación, a partir de generar conciencia, apreciación y apropiación del lugar donde vivimos, y el que muchas veces pasa desapercibido en nuestras tareas cotidianas. Mediante este tipo de actividades el INECOL pretende tener mayor acercamiento con la sociedad en general a fin de que conozca el quehacer científico de esta institución.
La observación de aves es una actividad que cualquier persona puede practicar, no se requiere de experiencia, sólo una gran motivación por iniciarse en la exploración y placer por la naturaleza. Para llevar a cabo esta actividad se requieren binoculares, guías de campo ilustradas, libreta de notas y, principalmente, entusiasmo por aprender sobre estos interesantes vertebrados.
Históricamente ese festival se ha celebrado cada año durante la primavera, en esta ocasión, al celebrarse en verano, se tuvo la oportunidad de conocer especies llamadas residentes, es decir, aquellas que habitan durante las cuatro estaciones del año en la región. Por su parte, en primavera, se tiene la oportunidad de observar a las famosas aves migratorias formando enormes grupos al viajar cientos de kilómetros desde nuestros vecinos del norte (Estados Unidos y Canadá) y, algunos, hasta el norte de Argentina; en su travesía visitan los humedales, las playas y la selva de esta Área Natural.
¡Te invitamos a participar con tu familia en la siguiente festividad de los humedales y las aves!