Insectos asociados al bambú

Insectos asociados al bambú

José de Jesús Pale Pale

Red de Biodiversidad y Sistemática, Instituto de Ecología A.C.

 

Resumen: Los bambúes pertenecen a la familia botánica de las gramíneas (Poaceae) como el maíz, trigo, arroz, sorgo, cebada y otros más. Al igual que las demás plantas a los bambúes se les suele asociar con insectos que utilizan al bambú como fuente de alimento, hospedaje, abrigo y protección, pero si estos rebasan su número pueden actuar amigablemente como agentes benéficos o bien como villanos ocasionando daños y si no se controlan debidamente pueden convertirse en plagas.

 

Palabras clave: Bambúes, insectos, endémicas.

 

En el mundo hay más de 1,650 especies de bambúes y en América se estima que existen más de 535 especies, de las cuales 125 son herbáceos y 410 plantas leñosas. En investigaciones recientes se han registrado para México 62 especies de bambúes, de las cuales 58 son leñosas y cuatro herbáceas, teniendo que 41 son endémicas, es decir, que de manera natural únicamente crecen en México. Estas cifras cambian año con año porque aún faltan por describir nuevas especies que se han colectado. En México los bambúes se distribuyen principalmente en las zonas tropicales, sin embargo, algunas especies también habitan zonas templadas y frías, así como en los alrededores de elevaciones orográficas como el Cofre de Perote (Veracruz), el Iztaccíhuatl (Puebla) y en el Tacaná (Chiapas). Las entidades con mayor cantidad de bambúes son Chiapas con 32 especies, Veracruz con 25 y Oaxaca con 23. En el estado de Hidalgo se tienen registradas 8 especies. Actualmente en México contamos con más de 50 especies de bambúes introducidas o exóticas, las más conocidas y utilizadas son: Bambusa oldhamii (bambú africano), Bambusa vulgaris var. vulgaris (bambú verde), Bambusa vulgaris var. vittata (Bambú amarillo), Dendrocalamus asper (bambú gigante), Dendrocalamus strictus (bambú sólido), Guadua angustifolia (bambú colombiano), Phyllostachys aurea (bambú plumoso), Phyllostachys bambusoides (madake), Phyllostachys dulcis (bambú dulce) y Phyllostachys edulis (moso).

Así como el número de especies de bambúes es grande y de distribución diversa en diferentes climas. Tienen una capacidad de asociárseles una amplia variedad de especies de insectos. Siendo como fuente de alimento, hospedaje, abrigo y protector. Sin embargo, si estos insectos rebasan su número y no se controlan debidamente pueden convertirse en plagas. Estas plagas por la forma en que obtienen su alimento pueden ser clasificadas como defoliadoras, chupadoras, minadores o barrenadoras. Todas ellas se pueden presentar en las diferentes especies de bambúes y los daños pueden ser graves provocando escases de materia prima, pérdidas económicas que repercuten directamente sobre el productor-comprador-artesano. En este campo de investigación de asociación entre bambúes, insectos y hongos falta mucho por conocer a lo menos con los bambúes nativos de México.

Generalmente las plantaciones de bambú estarán menos propensas a problemas de plagas, siempre y cuando se efectúe un buen manejo, estén bien fertilizadas y el suelo sea rico en materia orgánica. En plantaciones muy diversificadas (agroforestería) rara vez ocurren plagas. El manejo biológico de las plagas es una opción muy novedosa e interesante, por lo que hay que mantenerse informado de las nuevas investigaciones científicas al respecto. A continuación, se hace una descripción breve de algunos insectos más comunes que pueden volverse plagas y que sean podido observar al realizar colectas botánicas, en viveros regionales, observados por artesanos y gente que de una u otra manera se relaciona con los bambúes nativos. Es necesario mencionar que en caso de que su presencia sea alta se recomienda llamar a un especialista, ya que no se debe olvidar que se pueden alterar la dinámica natural de las platas y su interacción con otros organismos.

Pulgones

Generalmente se les encuentra en todas las regiones de México. Son más frecuentes al inicio de las lluvias y justo cuando se presenta una mayor cantidad de brotes nuevos: Insectos pequeños de cuerpo blando con aparato bucal picador-chupador, de diferentes clases y en varios colores (amarillo pálido, verde oscuro, café obscuro y hasta negros) y tamaños (1- 3 mm) (Figura 1).

 

 

Hormigas

Hay varias especies de hormigas. Sin embargo, no todas son de peligro para las plantas algunas sólo son “oportunistas”, ya que al encontrar un orificio en el tallo-culmo, se instalan dentro y utilizan a la planta como hospedero que les brinda protección (comentario personal del Dr. Jorge Valenzuela del Instituto de Ecología A.C.): La presencia de hormigas en plantas y árboles se debe generalmente a la presencia de pulgones. Ya que las hormigas se alimentan de las excreciones azucaradas que producen los pulgones. Las hormigas que causan mayor daño son las hormigas defoliadoras comúnmente llamadas arrieras (Figura 1).

Piojo harinoso

Prolifera notablemente en periodos largos de sequía. Tiene varios hospederos, entre ellos los árboles de sombra (por ejemplo el género Inga), cítricos, plátano, etc: Presenta cuerpo de forma oval, de 3 a 6 mm de largo, de color amarillo, anaranjado, rosado o rojizo, Poseen glándulas que segregan una sustancia cerosa, blanca y de aspecto algodonoso, que les cubre su cuerpo como un medio de protección. Lo podemos encontrar en la raíz y en el follaje (Figura 2).

 

 

Chinches

Existen varios tipos de chinches que rara vez ocasionan daño a las plantas y existen otras que sólo están en las plantas para protegerse de sus depredadores (comentario personal del Dr. Luis Cervantes del Instituto de Ecología A.C.): Insectos de escasamente unos centímetros de largo, presentan su cuerpo aplanado el cual está adaptado para vivir en el follaje o entre el culmo y la vaina del bambú (Figura 3).

 

Barrenador

Lepidóptero (palomilla) de hábitos nocturnos. Cuyos daños suelen ser muy severos si no se controlan a tiempo: Los adultos son de color café claro-negruzco, miden aproximadamente 2 cm de longitud, la hembra deposita sus huevecillos en diferentes partes de la superficie del tallo o culmo. Al nacer las larvas se introducen en los culmos mediante fuertes mandíbulas con las que se alimentan del tejido leñoso (Figura 4).

 

Bibliografía

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