LA IMPORTANCIA DE LAS PLAGAS DE COLMENAS
Por: Lorena Hernández Melchor y Trevor Williams
Red de Manejo Biorracional de Plagas y Vectores, Instituto de Ecología A.C.
Resumen
La abeja melífera europea es una especie que se cultiva para la producción de la miel, la importancia de estas abejas radica en su actividad polinizadora de plantas y vegetales, sin embargo, esta abeja se enfrenta a diferentes plagas como lo son Varroa (Varroa destructor), polilla de la cera (Galleria melllonella) y el pequeño escarabajo de la colmena (Aethina tumida).
Palabra clave
Plaga, abeja, panales.
Artículo
Existen más de veinte mil especies de abejas en todo el mundo, aunque la más conocida para nosotros es la abeja melífera europea, una especie que se viene cultivando de manera centenaria por los apicultores para la producción de miel. La importancia de las abejas radica principalmente en su actividad polinizadora para una gran variedad de plantas, incluyendo la mayor parte de las especies vegetales que constituyen la base alimenticia de la humanidad.
Actualmente, se resalta el impacto negativo que tienen sobre las colmenas varias sustancias tóxicas presentes en el medio ambiente, particularmente los plaguicidas sintéticos, cuyos residuos intoxican a las abejas durante sus actividades de forrajeo en los cultivos tratados. Sin embargo, las abejas también son susceptibles al daño ocasionado por varias plagas y enfermedades que las afectan y que pueden mermar de manera importante sus poblaciones.
Las plagas más importantes de las colmenas son insectos y ácaros, aunque también existen varias enfermedades, originarias de infecciones de bacterias, varios tipos de virus y un parásito microsporidio llamado Nosema, que pueden generar altos índices de mortalidad.
Plagas de las colmenas
Las plagas que afectan a las abejas melíferas causan una reducción en la producción de progenie de la colmena e importantes pérdidas en la producción de miel y la polinización de las plantas cultivadas. Dada la sensibilidad de las abejas a los plaguicidas, los métodos de control deben ser muy selectivos para afectar lo mínimo a las abejas obreras y las reinas y así conservar la salud de la colmena. Entre las principales plagas de las colmenas se destacan:
La Varroa (Varroa destructor), un ácaro que a simple vista se ve como una pequeña garrapata adherida al cuerpo de las abejas en su fase inmadura de larva y pupa. Este ácaro se alimenta de la sangre (hemolinfa) de la abeja debilitándola y transmitiéndole varios tipos de virus, igual a los zancudos que transmiten enfermedades a los humanos. Esto ocasiona un debilitamiento general de la colmena y la muerte prematura de muchas abejas. La Varroa se dispersa de colmena a colmena a través de las abejas obreras durante su forrajeo en las flores. El control de la Varroa se basa en un manejo cuidadoso de la colmena durante los diferentes periodos del año y en la aplicación de sustancias insecticidas autorizadas (como fluvalinato, flumetrina y amitraz), ácidos orgánicos y aceites esenciales como el ácido fórmico y el timol.
La polilla de la cera, (Galleria mellonella), en su fase inmadura es una oruga que se alimenta de los panales que contienen las crías, polen, cera y miel. La oruga forma galerías dentro de los panales cubiertas de hilos de seda parecidos a los de una telaraña. Para poder controlar esta polilla de forma biológica se utiliza la bacteria Bacillus thuringiensis, que produce proteínas que son tóxicas para la oruga pero que no afectan a las abejas. También se puede desinfestar los paneles de la colmena, una vez están desocupados, mediante fumigaciones con la quema de azufre, aunque este tratamiento debe repetirse periódicamente.
El pequeño escarabajo de la colmena (Aethina tumida) ataca a las colmenas en zonas cálidas y húmedas del país. Es una plaga africana que llegó a México desde los EE.UU. hace aproximadamente 15 años. El escarabajo se alimenta en los panales de la colmena, también cuando estos son almacenados.
El excremento y las secreciones de las larvas dan lugar a un cambio de coloración y fermentación en la miel. Como medidas de control es recomendable cuidar el manejo de la colmena colocándola a plena luz del sol, revisándola periódicamente y ofreciendo a las abejas agua azucarada y proteína en periodos de escasa floración. Mantener los pisos de la colmena limpios reduce la atracción de más escarabajos.
En fin, el control de las plagas de colmenas es una labor que requiere una inspección constante y cuidadosa de las colmenas durante todo el periodo de cría, porque las abejas en todas las etapas de su vida son susceptibles a las plagas y enfermedades y pueden ser relativamente sensibles a los productos químicos utilizados para controlarlas. La necesidad de cuidar la salud de la colmena, mediante inspecciones, se hace aún más necesaria en el caso de la producción orgánica de miel, un sistema productivo que prohíbe el uso de la mayoría de los tratamientos químicos curativos utilizados en los sistemas de producción convencional.
Pies de fotografías:
Fotografía 1. El ácaro Varroa destructor, en la cabeza de su huésped una ninfa de abeja. Foto tomada de: Gilles San Martin de Namur, Bélgica https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Varroa_destructor_on_the_head_of_bee_nymph_(5048084493).jpg
Fotografía 2. Orugas de Galleria mellonella. Crédito: Lorena Hernández Melchor
Fotografía 3. Panal de abejas infestado por el pequeño escarabajo de la colmena (Aethina tumida) CSIRO Foto tomada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:CSIRO_ScienceImage_1888_Small_Beetles_in_a_Hive.jpg