Osmotina
Eric Edmundo Hernández Domínguez1,2
1Investigador por México del CONAHCYT en el Instituto de Ecología A.C.,
2 Corresponsable del Laboratorio de Proteómica de la REMAV
Palabras claves: Osmotina, enfermedades, Ahuehuete
¡Hola! hoy les voy a platicar de una proteína llamada Osmotina. Pero primero, vamos a recordar rápidamente que las proteínas (moléculas grandes) están formadas por moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos [1] esto en analogía a los eslabones que forman una cadena (Figura 1). Las proteínas las podemos encontrar en múltiples formas y tamaños, realizando muy diversas funciones en la célula de todos los organismos. Por ejemplo, gracias a las proteínas podemos respirar, reír, ver, hablar y comer. Un ejemplo más específico es la insulina, una proteína que ayuda a regular los niveles de glucosa en nuestra sangre. Por otro lado, en las plantas, las proteínas participan realizando actividades vitales tales como la nutrición, la respiración y proporcionan las condiciones celulares adecuadas para que la planta pueda defenderse de otros organismos (estrés biótico) o para cuidarse de los cambios ambientales (estrés abiótico).
Después de este breve panorama de las proteínas, vamos a hablar de la Osmotina. Oti como la llamaremos de cariño, es una proteína de origen vegetal, con aparición en la literatura científica, allá por el año 1987 [2]. En este y en subsecuentes trabajos, se pudo demostrar que Oti es una proteína con la capacidad de salir de las células vegetales y defender a las plantas de las infecciones por hongos [3,4]. Oti también puede ayudar a las plantas para tolerar el estrés contra la sequía, la salinidad y el estrés oxidativo [5]. Además, y sorprendentemente Oti se parece estructural y funcionalmente a una proteína de gran importancia en los humanos, la adiponectina [6,7] que junto con su receptor llamado AdipoR1 (AdipoR1 es una proteína que reconoce la presencia de la adiponectina (Figura 2) e inicia un flujo de información dentro de las células y que está relacionado con diversos trastornos metabólicos, como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. De la semejanza entre Oti y la adiponectina se pensó que Oti podría funcionar como la adiponectina [8] y ayudar a contrarrestar los efectos de la diabetes y de otras enfermedades como el Alzheimer. De esta idea varios trabajos permitieron verificar que Oti mimetiza el efecto de la adiponectina (Figura 2) y podría ayudar a proteger el cuerpo contra la obesidad, la diabetes tipo II [9] y tener actividad anti-aterosclerótica (que es la acumulación de lipidos y otras sustancias en las paredes de las arterias), así como como tener propiedades protectoras contra la enfermedad de Alzheimer [10–12] ya que una hipótesis aceptada [13] indica que la fisiopatología de la neurodegeneración es atribuida a la deficiencia de adiponectina. Por lo que es importante realizar investigación de las osmotinas vegetales y profundizar en sus posbles futuras aplicaciones en la salud humana.
En nuestro grupo de investigación estamos interesados en comprender la respuesta a diferentes condiciones de estrés de los árboles de Ahuehuete (Figura 3). Una de estas condiciones es la inundación que propicia en las plantas una condición de anoxia (poco oxígeno) y bajo esta condición particular el árbol de ahuehuete debería contar con proteínas que le permitan contender el estrés ¿será que Oti es una de esas proteínas protectoras? esperamos con mucho entusiasmo poder encontrar a Oti en nuestra investigación, analizar su función en el Ahuehuete y posteriormente indagar si puede ayudar a la salud humana (Figura 4). Además de la búsqueda de Oti en los Ahuehuetes podemos emplear cualquier otra fuente vegetal inclusive aquellas plantas empleadas en la medicina tradicional, para buscar no solo a Oti sino también otras proteínas candidatas con efectos benéficos en la salud humana.
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