Xalapa, Ver. “La tercera gran novela de Lev Tolstói fue su propia vida, esa que escribió con su andar y concluyó con su muerte en una lejana estación de trenes”, aseguró Selma Ancira, traductora galardonada con la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana en la categoría nacional.
La también crítica literaria impartió la conferencia magistral “Lev Tolstói”, en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2024, que fue moderada por Agustín del Moral Tejeda, director de la Editorial UV.
Selma Ancira explicó que, a fin de traducir a un escritor, es esencial adentrarse en su universo y seguir sus pasos para entender el mundo que creó.
Destacó que el autor de La guerra y la paz y Ana Karenina, fundó una escuela para los hijos de los campesinos que trabajaban en su hacienda, a quienes él mismo impartía clase, pues no estaba de acuerdo con el método de enseñanza europeo y ruso, al no tomar en cuenta el corazón y las emociones de los niños.
El literato era un apasionado por temas muy variados, como las hormigas y abejas, el aprendizaje de griego clásico, e incluso la fabricación de zapatos.
“Llegó a equiparar un par de botas que confeccionó con sus dos principales novelas”, relató.
Para Ancira, los personajes de Lev Tolstói se autoanalizaban constantemente, porque era una práctica que el llevaba a cabo consigo mismo.
También tuvo una faceta poco conocida como músico; tocaba el piano bastante bien en las veladas e incluso de joven compuso un vals.
Otras de las características que resaltó de Tolstói fueron su buen sentido del humor y alegría casi infantil, el gusto por leer sus obras en voz alta y carácter, en ocasiones impredecible, desmesurado y apasionado; también fue un gran jugador de ajedrez, que practicaba cuando estaba cansado, a fin de relajarse.
“Iniciaba sus días con una larga caminata por la naturaleza, lo cual era su momento de intimidad con la deidad”, puntualizó.
La biblioteca personal del escritor se componía de más de 23 mil ejemplares, que comenzó a reunir su padre y él enriqueció con el paso del tiempo.
“Su influencia fue grande, y llegó a varios puntos del planeta; cuando murió, Rusia entera, zaristas, campesinos y nobles, habían sucumbido a la personalidad del literato”.
Con información de Universo