Xalapa, Ver.- “Obtener el Premio al Decano 2025 que otorga la Universidad Veracruzana (UV) es un gran incentivo y un orgullo, pero también una gran responsabilidad, porque es un reconocimiento y una meta por la que trabajamos los investigadores”, opinó Antonio Marín Hernández, adscrito al Instituto de Investigaciones en Inteligencia Artificial (IIIA) de esta casa de estudios.
El profesor con Perfil Deseable Promep, considera que la UV es punta de lanza en investigaciones en IA, “por lo que el reconocimiento no es solo para mí, lo hago extensivo a todo el equipo de trabajo (académicos, investigadores y estudiantes) del Instituto, quienes participan de manera activa y profesional en los proyectos que se han desarrollado, así como en los que tenemos en proceso”.
Licenciado en Física y Maestro en Inteligencia Artificial por la UV, con Doctorado en Informática y Telecomunicaciones por el Instituto Politécnico Nacional de Toulouse, Francia, Marín Hernández se ha dedicado desde 2004 a la investigación, principalmente a la robótica de servicio y robótica inteligente.
Con proyectos registrados ante el Consejo Institucional de Revisión de Estudios de Investigación (CIREI), así como en plataformas para el trabajo de robótica social, el investigador Marín Hernández considera que con el desarrollo de la IA, en un futuro cercano los robots ayudarán en tareas de hogar, “entenderán y comprenderán las situaciones a las que se van a enfrentar”.
Dijo que toda investigación no se da por concluida, siempre habrá puntos en los que se continúa trabajando para su desarrollo, “cada vez tenemos más y mayores retos, o nuevas perspectivas para aplicar el conocimiento”.
Indicó que actualmente en el laboratorio de robótica inteligente del IIIA tienen en desarrollo un proyecto de asistencia para adultos mayores en el hogar, que hará posible que se le diga al robot “oye, dejé mis lentes en algún lugar” y, sabiendo en donde acostumbramos a dejarlos, irá a traerlos sin necesidad de escanear el ambiente.
“Podrá pasear por la recámara, sala, comedor, cocina y estar buscando ese tipo de objetos.”
El proyecto contempla también el vertido de líquidos, que ayudará a que los robots puedan verter café, té o agua para que la persona tome alguna pastilla; “en un futuro cercano será una ayuda muy útil para los hogares”, reiteró.
“Adicionalmente, trabajamos mucho en relación con el respeto social de los robots hacia los humanos, no deben romper la barrera de una cercanía mayor a la que les permitimos”, precisó el galardonado universitario y agregó que los humanos tenemos diferentes niveles, el social, íntimo y público, cada uno marca hasta dónde se puede acercar alguna persona, y el robot debe conocer este tipo de niveles.
“Si queremos que el robot sea útil y bien visto por los humanos, debe entender las prácticas sociales para tratar de acercarse a nosotros respetando nuestros espacios”.
Con información de Universo