Visualizando lo invisible del Reino de los Hongos
Por: Gabriela Heredia
Red de Biodiversidad y Sistemática
¿Sabías que alrededor del 70% de las especies de hongos son tan pequeñitas que pasan desapercibidas a nuestra vista? Según el tamaño de las estructuras en donde los hongos producen sus esporas (esporóforos; Fig. 1), los micólogos (personas que estudian a los hongos) distinguen dos grandes grupos de hongos: los macroscópicos o macromicetos y los microscópicos o micromicetos. Los macromicetos forman esporóforos desde un 1 mm hasta varias decenas de centímetros; mientras que los micromicetos producen esporóforos que miden menos de un milímetro y solamente los percibimos cuando están agregados formando colonias, como por ejemplo las manchas verdes que aparecen en las naranjas (Fig. 2). Consecuentemente para la detección y estudio detallado de los micromicetos se requiere de técnicas y aparatos complejos como los microscópicos.
Por su tamaño, colorido y peculiares formas, las personas están más familiarizadas con las especies macroscópicas e ignoran que la mayor parte del Reino de los Hongos la forman especies invisibles a nuestra vista. Los micromicetos se encuentran en todo tipo de ecosistemas, desde las zonas más frías hasta los trópicos. También tienen el mal gusto de proliferar en ambientes domésticos como casas, oficinas y almacenes de regiones cálido-húmedas como Xalapa y sus alrededores (¡basta con abrir cajones, alacenas y closets!).
Entre los hongos microscópicos hay especies muy sencillas, compuestas por unas cuantas células o incluso por una sola (unicelulares), tal es el caso de las levaduras. Pero la mayoría son pluricelulares, sus cuerpos son filamentos (hifas) que se ramifican para formar finas redes (Fig. 3) mediante las cuales penetran en todo tipo de materiales orgánicos vivos o inertes de los que extraen nutrientes para su alimentación, razón por la que a los hongos microscópicos comúnmente se les refiere también como hongos filamentosos.
Generalmente a los hongos microscópicos se les ha asociado con enfermedades de plantas y animales, razón por la que su estudio se ha centrado en las especies que ocasionan daños y pérdidas económicas, dejando a un lado la exploración del resto de las especies que habitan en los ambientes naturales. Cabe mencionar que tan solo el 1% de las especies de micromicetos son parásitas y que la gran mayoría vive como saprobios o sea sobre materiales orgánicos inertes, o bien en asociaciones benéficas con las plantas ya sea dentro de sus raíces (especies micorrícicas) o en sus tallos y hojas (especies endófitas).
En los ecosistemas la actividad de los micromicetos ha sido poco valorada, a pesar de su impacto en funciones que repercuten en su estructura, mantenimiento y equilibrio. En particular, las especies saprobias abundan en los restos vegetales y en las capas superficiales del suelo en donde son parte de la dieta de lombrices, nemátodos, ácaros y colémbolos. También con sus cuerpos filamentosos propician la agregación de las partículas del suelo confiriéndole aireación, estabilidad y mayor resistencia a la erosión.
Por otro lado, es importante resaltar los múltiples beneficios que la humanidad ha logrado obtener de los micromicetos. Entre estos están bebidas tan apreciadas como el vino y la cerveza elaboradas mediante el fermento por levaduras de la vid y la cebada; la fabricación de los quesos azules y salsas de soja. Cabe añadir que cotidianamente consumimos artículos producidos en forma directa o indirecta a partir de micromicetos, ejemplos de ellos son: vitaminas, jugos, grasas, telas, papel y piel. Sin duda alguna, que los productos de los micromicetos que han tenido y tiene un mayor impacto en la humanidad son los fármacos; entre los que están antibióticos como la penicilina y la cefalosporina; inmunosupresores como la ciclosporina, empleada en operaciones de trasplantes de órganos y las estatinas ampliamente usadas para reducir los niveles del colesterol.
No obstante, su ubicuidad e importancia, el conocimiento y empleo biotecnológico de los micromicetos a nivel mundial, se restringe a una mínima proporción de la colosal diversidad de especies existentes en la naturaleza. En México prácticamente desconocemos la magnitud de su riqueza (Heredia y Col. 2008); de las 200 000 especies de hongos que se calcula que podrían existir en México (Guzmán, 1998), es factible considerar que aproximadamente 140 000 (70%) son microscópicas, de las cuales apenas se han registrado alrededor de 3500 especies (2.5%). Ante tan precario conocimiento es muy importante intensificar exploraciones en ecosistemas con alta diversidad vegetal, como los bosques mesófilos (BM) en los que las condiciones climatológicas, la composición botánica y la acumulación de restos vegetales favorecen el desarrollo de los hongos microscópicos.
Durante más de 20 años los integrantes del Laboratorio de Micromicetos del INECOL junto con micólogos internacionales, hemos explorado áreas con BM en Veracruz. A la fecha hemos descrito alrededor de 455 especies de micromicetos (Figs. 4a-d) entre las que se incluyen taxones nuevos para la ciencia. Ante la constante devastación de nuestros ecosistemas y el inminente cambio climático es imperante la formación de profesionistas entusiastas dispuestos a explorar lo invisible del Reino de los Hongos, para dar a conocer a las futuras generaciones su inmensa diversidad y los beneficios que podríamos obtener de ellos.
Resumen:
La mayor parte del Reino de los Hongos lo integran especies microscópicas. Por su amplia distribución, importancia ecosistémica y potencial biotecnológico, los micromicetos son un valioso recurso que debemos investigar.
Palabras clave:
Micromicetos, hongos filamentosos, levaduras
Referencias:
Guzmán, G. 1998. Inventorying the fungi of Mexico. Biodiversity and Conservation 7:369-384.
Heredia, G. R.M. Arias Mota y C. Becerra Hernández. 2008. Análisis del conocimiento de los hongos anamorfos saprobios en México. En: Heredia, G. (editora). Tópicos sobre diversidad, ecología y uso de los hongos microscópicos en Iberoamérica. Programa CYTED e Instituto de Ecología A.C. Xalapa, Veracruz. 81-100 pp.
FIGURAS
Figura 1. Esporóforo de Aspergillus sp. Fotografía tomada de internet atrium.lib.uoguelph.ca
Figura 2. Naranja con colonia de Penicillium sp. Fotografía tomada de internet. www.sciencephoto.com Image-B25510063 B2550063-
Figura 3. Hifas formando una red. Fotografía tomada por Gabriela Heredia
Figuras 4A-4d. Fotografías tomadas por Gabriela Heredia
- Pseudobactrodesmium longisporum.
- Digitella rigidophora.
C- Elotespora mexicana.
D- Exserticlava triseptata.
Composición de la figura 4A-4D: Martín de los Santos
Slider INECOL. Dictyocheirospora heptaspora. Micromiceto de restos vegetales de bosque mesófilo. Gabriela Heredia