No se Admiten De-evoluciones

Alejandro Espinosa de los Monteros.

Red de Biología Evolutiva, INECOL.

 

 

Resumen: La evolución biológica es un proceso natural y continuo; está mediado por una serie de fuerzas que se conocen como Mutación, Deriva Génica y Selección.

 

Palabras clave: Adaptación, evolución, ontogenia.

 

Todas los que hayan visto la saga de Pokemon conocen al personaje de Meowth. Este amigo tiene aspecto de un gato blanco, que camina en dos patas y es el único pokemon que habla. Sin embargo, cuando “evoluciona” se convierte en Persian un tigre albino que se desplaza en cuatro patas y únicamente ruge. En la naturaleza existen muchas especies que a lo largo del tiempo han perdido características aparentemente ventajosas que estaban presentes en sus ancestros. Por mencionar algunos ejemplos tenemos el caso de las avestruces, emúes, casuarios, ñandúes y kiwis que han perdido la capacidad de volar. También todos conocemos a las serpientes que provienen de ancestros tetrápodos, no obstante, las serpientes han perdido las extremidades. Un ejemplo más es el ajolote, una especie paedomórfica (lo que significa que el adulto retiene características juveniles) cercanamente relacionada con la salamandra tigre; pero en el caso del ajolote, este llega a la madurez sin completar la metamorfosis típica de los anfibios. El adulto del ajolote no es un organismo terrestre, permanece en el agua y nunca pierde las agallas. Es común escuchar a personas decir que estas especies han “desevolucionado” o “deevolucionado”. Esta idea proviene de la falsa concepción de que la evolución es un proceso natural que generación tras generación va refinando y mejorando a las especies.

La evolución es un proceso que ha ocurrido desde el inicio de la vida. Es una secuencia de cambios que se van produciendo de una generación a la siguiente. Los filósofos griegos ya debatían las realidades de la evolución biológica. Anaximandro de Mileto (610 a 547 a.C.) basado en sus observaciones de la naturaleza postulaba que: “Todos los seres vivos incluyendo al hombre mismo proceden del fenómeno húmedo. En el inicio, la Tierra era líquida y por un proceso de transformación, lo húmedo dio lugar a lo viviente. El hombre tuvo como primeros antepasados a los peces y posteriormente a otros animales primitivos”. Tuvieron que pasar cerca de 2000 años para que esa idea se formalizara por los científicos y naturalistas del Siglo XIX. Una de las mejores definiciones de evolución la ofrece Charles Darwin en su libro El Origen de las Especies donde escribe: “Evolución no es más que la descendencia con modificación”. Esto me lleva a desmentir la falsa creencia de que la evolución es un proceso que tarda millones de años en ocurrir. Para darnos una idea de lo rápido que puede ser el proceso evolutivo simplemente pensemos en el caso del SARS-CoV-2. El virus original o silvestre se detectó por primera vez en China en el 2019, dos años más tarde la Organización Mundial de la Salud reconocía la aparición de cuatro variantes de importancia para la salud humana (variante Alpha septiembre 2020, Beta diciembre 2020, Gamma enero 2021 y Delta junio 2021). En la actualidad sabemos que la evolución es un cambio en el perfil genético de una población de individuos. Los cambios observados en una población que son resultado del proceso evolutivo son aquellos heredados por medio del material genético de los padres a los hijos. En otras palabras, la evolución ocurre entre generaciones, no en un individuo durante el transcurso de su vida. En muchas especies los juveniles, adultos y ancianos poseen características diferentes. Esta transformación que sufre un organismo a lo largo de su desarrollo es lo que se conoce como Ontogenia. Por cierto, los Pokemones no evolucionan, sufren cambios ontogenéticos.

La evolución es un proceso mediado por tres fuerzas básicas. En primer lugar tenemos a la Mutación. El ADN es una doble cadena formada por una azúcar (desoxirribosa), un grupo fosfato y cuatro diferentes compuestos nitrogenados también conocidos como nucleótidos. Los nucleótidos se complementan de forma pareada entre las dos cadenas. La adenina se une con la timina, y la guanina con la citosina. Esto hace que la secuencia de nucleótidos que se encuentre en el ADN tenga un mecanismo de autoconservación. Cuando se lleva al cabo la duplicación celular, las dos cadenas que forman el ADN se separan. Cada cadena funciona como una guía para formar la cadena complementaria adicionando el nucleótido correspondiente; es decir, si la cadena guía tiene una adenina en ese sitio se une una timina, si después hay una citosina se une una guanina y así hasta ensamblar la cadena complementaria formando dos copias idénticas del ADN original que finalmente son segregadas en cada una de las nuevas células formadas. Este proceso no está libre de errores y de vez en cuando se producen cambios en la secuencia original. Estos cambios son las mutaciones. Dependiendo del efecto que la mutación tenga sobre el individuo puede ser deletérea (efecto negativo), benéfica (positivo), o neutral (no benefician pero tampoco perjudican al portador). La anemia falciforme es un trastorno de las células sanguíneas donde los glóbulos rojos presentan forma de media luna, en lugar de ser redondos, además son rígidos y su membrana es ligeramente pegajosa lo cual hace más lento el flujo sanguíneo llegando en los casos graves a formar trombos (tapones en las arterias y venas). La anemia de células falciformes en una condición hereditaria resultado de una mutación deletérea que se produce por el cambio de un solo nucleótido en la secuencia del gen que codifica para la Cadena Beta de la Hemoglobina. La segunda fuerza se conoce como Deriva Génica. Esto no es más que la muerte aleatoria de los individuos y por lo tanto eliminando de la población a los genes que portan esos individuos. Es necesario, que la muerte del individuo ocurra antes de que este se reproduzca y debe ser completamente independiente de la condición del individuo (por eso la muerte es aleatoria), es el típico caso de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Aunque la deriva génica está ocurriendo todo el tiempo, su efecto evolutivo solo es significativo en especies que tienen pocos individuos. Imaginemos una especie donde solo hay diez individuos, nueve de ellos tienen ojos cafés y solo uno tiene ojos azules. Ocurre una tormenta eléctrica donde un rayo mata a uno de esos individuos; si el rayo cae en uno de ojos cafés la variación genética que existe en la especie no se ve afectada, pero si por mala suerte cae en el de ojos azules en ese instante se pierde esa característica de la población. La tercera y última fuerza, tal vez la más conocida, es la Selección. A diferencia de la deriva génica, en la selección la muerte y reproducción diferencial (tener más o menos hijos que otros individuos de la población) depende exclusivamente de las características que posee el individuo. En cualquier especie todos los individuos que la forman son distintos (a menos que sean clones); al mismo tiempo los recursos que hay en el ambiente son limitados. Esas diferencias individuales harán que algunos organismos sean mejores para obtener esos recursos, y por lo tanto sobrevivir más y/o dejar mayor descendencia. Esto es lo que Darwin llamó “la lucha por la sobrevivencia”. Con el paso de las generaciones, estas características adecuadas serán las más comunes en la especie, mientras que las inadecuadas serán raras y posiblemente se lleguen a perder. En este momento debo corregir otra idea popular equivocada, no se trata de la sobrevivencia del más fuerte, sino la del más apto (de hecho podríamos decir “la del menos amolado”). Un individuo más grande y fuerte tal vez se puede defender mejor de un depredador, pero corriendo el riesgo de ser lastimado; sin embargo, uno pequeño y ágil puede escaparse, esconderse y así librarse del depredador sin daño. También es importante entender que los organismos viven en condiciones que pueden cambiar con el tiempo; es así, que una característica que en un momento dado es adecuada en otro momento puede ser lo contrario. Un animal con poco pelo puede tener problemas para regular su temperatura en un ambiente frio y por lo tanto ser menos adecuado que uno con mucho pelo; pero, con el advenimiento del cambio climático y la subida considerable de la temperatura los descendientes de pelo escaso ahora tendrán la ventaja sobre los de mucho pelo.

Recapitulando, la evolución biológica es un proceso continuo de transformación de las especies a través de alteraciones de su carga genética en sucesivas generaciones. La evolución biológica puede ser sin importancia o substancial, pero no tiene un fin ni una direccionalidad. Podemos pensar que la evolución es para las especies como un viento que mueve hojas de manera aleatoria pudiéndolas llevar a lugares lejanos o simplemente empujarlas unos cuantos milímetros pero sin una intención o destino determinado. Por lo tanto, no existe la deevolución, hay una alteración constante de las especies que desde el origen de la vida hace tres mil quinientos millones de años ha llevado desde los primeros protoorganismos hasta las millones de especies de virus, bacterias, plantas, hongos y animales que conforman la riqueza biológica del planeta Tierra.