La planta de “la resurrección o de Jericó”
Karina M. Grajales-Tam. Instituto de Ecología, A.C., Centro Regional del Bajío.
karina.grajales@inecol.mx, 443 143-2098
José Daniel Tejero-Díez. Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México.
tejero@unam.mx, 55 5945 2501
Existen numerosos estudios etnobotánicos, fitoquímicos y farmacológicos que dan a conocer las propiedades de las plantas del género Selaginella; se reconoce en general que presentan triterpenoides, esteroides flavonoides y alcaloides en proporciones variables según la especie. La presencia de estos compuestos sugiere facultades antimicrobianas, anticancerígenas, cardiotónicas y analgésicas que se asocian con el uso medicinal que las etnocomunidades dan a estas especies. En México una especie muy difundida al respecto es la llamada planta de la resurrección o de Jericó. En este ensayo indicaremos algunas de sus peculiaridades.
Palabras clave: planta de resurrección, doradilla, siempre viva, adaptación, biología.
Hay pasajes en el Antiguo Testamento que nos hablan de la historia del pueblo de Israel, en Oriente medio, una zona predominantemente árida. Uno de estos relatos, es el de un grupo de israelitas que atravesó el mar Rojo para llegar a la tierra prometida, donde “mana leche y miel” [probablemente a Jericó, pueblo milenario donde mana el agua y abundan las palmeras]; sin embargo, a lo lejos vislumbraron un desierto!!! ¿se había equivocado Moisés o Dios?…
“Así que Dios llevó a Israel al desierto de manera intencional por un tiempo. Todo era parte de su plan. Él te humilló [en el desierto] y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que tú no conocías… para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del Señor”
El desierto entonces es un lugar de transformación para el hombre-desempleo, depresión, enfermedad, muerte- al salir de allí, quizás resultes convirtiéndote en alguien más maduro en el Señor y más sensible a su voz… o posiblemente alguien más amargado, cínico, y desesperanzado. ¡Pero jamás saldrás igual!
Pero…¡ no solo el hombre!, otros seres vivos que se aventuraron durante su historia de vida a medrar en las zonas áridas del mundo, se han adaptado a esta falta de agua, alimento y exceso de radiación. Varios grupos de plantas, en forma independiente, transformaron rutas metabólicas y morfológicas para sobrevivir en la zona árida. Una de las más famosas es la llamada Rosa de Jericó, una especie (Anastatica hierochuntica) de la familia de las coles y mostazas (Brassicaceae) endémica a la región de Medio Oriente (la zona de la meseta de Gilf Kebir, en el desierto occidental, Egipto). Esta especie adquirió por adaptación, una tolerancia al estrés por agua denominada Poiquilohidria: mecanismo por medio del cual una planta puede perder hasta el 80 % del agua en sus tejidos y entrar en latencia (criptobiosis anhidrica), hasta que un abastecimiento del vital líquido las “revive”. Esta especie también es llamada, en sintonía con la muy remota historia de la población de Jericó (que se seca y renace constantemente) en la Biblia, como “planta de resurrección” o del “perpetuo renacimiento”. Es una planta herbácea (Fig. 1), que con la falta de agua se enrolla al interior y se “seca”, entrando en un estado denominado de criptobiosis por tiempo indefinido; al momento de que la humedad aumenta en su entorno, reverdece y sus tallos se estiran. Por esta cualidad, la Rosa de Jericó ha sido muy preciada desde tiempos remotos por los chamanes árabes que la usaban para “adivinar” las probabilidades de lluvia; pero también hay historias de milagros y curaciones en Las Cruzadas-durante la Edad Media que los viajeros-guerreros europeos contaban a su regreso.
Cuando los españoles llegaron a México en 1519, se dieron cuenta que en los mercados se exhibía una planta muy parecida en su comportamiento a la Rosa de Jericó: La llamada Texochitl Yamanqui (Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis o Códice de la Cruz-Badiano/36v). El nombre científico de la especie más difundida es Selaginella lepidophylla (Hook. & Grev.) Spring, (parecida a ella se comercializan otras siete especies) conocida en los distintos mercados del país como “doradilla, siempreviva o flor de peña”. También recibe los nombres de “planta de resurrección o planta de Jericó” tal vez como herencia española y sostenido como truco comercial (Foto 3).
Estas plantas reviviscentes mexicanas, que tienen la capacidad de sobrevivir hasta 10 años en latencia, son parte de una familia de cerca de 750 especies (divididas actualmente en 19 géneros) de plantas herbáceas que se reproducen por esporas (ciclo tipo helecho, sin flores), cuyos tallos presentan tejido vascular sólido (sin médula a diferencia del resto de plantas que si tienen), hojitas tipo escamas que carecen de pecíolo y presentan sólo una vena central, a diferencia de las hojas multivenadas de las plantas superiores (Figura 2). Las doradillas son parte de un grupo de plantas (licopodiofitos) que evolucionaron independientemente de los helechos y plantas con semilla. Tiene una distribución pancrónica (al menos desde el Devónico Superior- 380 millones de años) y pantropical. En México se reconocen cerca de 80 especies que habitan en numerosos ecosistemas (excepto alta montaña) de casi todos los estados del país, de las cuales al menos 20 tienen tendencia a tolerar la desecación.
Varias especies de Selaginella son comercializadas en el mundo como plantas ornamentales; pero en la zona semiárida del centro de México un conjunto de estas, parecidas a los musgos, son apreciadas para adornar nacimientos en el mes decembrino. Sin embargo, las especies reviviscentes con forma de roseta, concentran gran cantidad de metabolitos en sus células y se venden como medicinales en los mercados, para: a) Riñón, diurético, mal de orín; la planta se emplea como infusión por decocción (generalmente combinadas con otras especies como “cola de caballo o carricillos” (Equisetum spp) y tomado en ayunas como agua de tiempo. b) Estomacales; agruras y estómago inflamado, úlcera, bilis. c) Renales, susto, enfermedad del nahual (dolencias internas abdominales), relacionados con dolor de cintura, riñones inflamados; las ramas tomadas como infusión por decocción y tomadas como agua de tiempo.
La historia étnica del uso medicinal, no solo en México, ha llevado a que diversos profesionales de la química analicen y comprueben sus propiedades en especies de esta familia https://doi.org/10.37360/blacpma.20.19.3.16). Los hidratos de carbono (glúcidos), triterpenoides (retinol, vitaminas), esteroides (vitaminas y hormonas), flavonoides-polifenólicos (como antimicrobianos, anticancerígenos, disminución del riesgo de enfermedades cardíacas) y alcaloides (poseen acción fisiológica intensa en los animales incluso a bajas dosis con efectos psicoactivos) en proporciones variables según la especie En estos estudios se ha informado sobre un amplio espectro de actividades farmacológicas in vitro e in vivo, algunas de ellas señaladas por la medicina étnica. Sin embargo, aún falta definir el potencial biológico de moléculas como la amentoflavona, un flavonoide como entidades bioactivas químicas o la toxicidad asociada a los alcaloides. Por ello, el uso de estas plantas debe de ser cuidadoso y no exagerado. Las plantas en general contienen “cocteles” de moléculas difícil de controlar y sólo la experiencia histórica de los curanderos puede soslayar reacciones adversas.
Propiedades sobresalientes
Sequía. Se le considera una planta de resurrección ya que puede continuar viviendo aún después de condiciones de salinidad, temperatura, sequía, inundación, intoxicación metálica, o falta de nutrientes que limitan la cantidad de agua que la planta recibe. Cuando esto ocurre, la planta entra en estado de latencia para evitar daños en los tejidos y en las células durante la desecación, sintetizando un azúcar llamado trehalosa, un disacárido, parecido a la maltosa. Cuando se evapora el agua de su interior, las sales disueltas en esa agua se concentran y para que las células no mueran por exceso de salinidad, la trehalosa actúa reteniendo agua. Al volver a disponer de agua, los cristales de azúcar se disuelven y el metabolismo de la planta vuelve a reactivarse de su estado de letargo, las hojas vuelven a ponerse verdes y se abren.
Salinidad. Tiene un mecanismo de defensa, donde la planta expulsa la sal por sus hojas, es como “sudar” sal.
Temperaturas bajas y altas. Plantas sometidas a temperaturas de 4º a -17º C sobrevivieron (más del 70 %), al parecer las temperaturas bajas no influyen considerablemente en la sobrevivencia. Más de 40º y -50º C tienen una sobrevivencia del 100%, pasando este rango, la sobrevivencia es del 50%.
A nivel fitoquímico, se observó que esta especie presenta una mayor concentración
de triterpenoides y esteroides, seguidos por flavonoides, y en menor cantidad de alcaloides. La presencia de estos compuestos en Selaginella willdenowii sugieren facultades antimicrobianas, anticancerígenas, cardiotónicas y analgésicas que se asociaron con el uso medicinal que las comunidades estudiadas dan a esta especie.
Saber más
-Pampurova, S. y P. Van Dijck. 2014. The desiccation tolerant secrets of Selaginella lepidophylla: What we have learned so far?. Plant Physiology and Biochemistry 80: 285-290.
-UNAM. 2009. D.R. Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana. Hecho en México. http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/index.html
-Vargas, M., M. Rocha, P. Iturriaga, S. Jiménez y G. Bertozzi. 2009. Estudio del estrés abiótico de la planta de “resurrección” Selaginella lepidophylla. Métodos de Investigación. Colegio Marymount.
-Vázquez-Ramírez, M.A., M.E. Meléndez-Camargo y M.L. Arreguín. 2005. Estudio etnobotánico de Selaginella lepidophylla en San José, Xicohténcatl, municipio de Huamantla, Tlaxcala, México. Polibotánica 19: 105-115 pp.
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