La zorrita gris del bosque de niebla
Eva López-Tello1, Jorge Ramos Luna1 y Sonia Gallina1
1Red de biología y conservación de vertebrados, Instituto de Ecología A. C. Xalapa, Ver.
Palabras clave: cánidos, carnívoros, zorrita gris
Resumen: La zorrita gris es una de las especies de cánidos que se distribuye en todo el territorio mexicano. Recientemente ha sido observada y fotografiada en el Santuario del Bosque de Niebla y el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero, el hecho de poder observar a este animal en libertad es muy emocionante. Sin embargo, debemos tomar algunas medidas para no ponerla en riesgo, como manejar con precaución cuando pasemos cerca de estos sitios para no atropellarla, ser dueños responsables de nuestras mascotas, evitar acercarnos demasiado, tocarlos o alimentarlos. Protejamos a la zorrita gris.
En México habitan cuatro especies de cánidos silvestres: el lobo gris (Canis lupus baileyi), el coyote (Canis latrans), la zorrita del desierto (Vulpes macrotis) y la zorrita gris (Urocyon cinereoargenteus); esta última tiene la distribución más amplia de todos los cánidos silvestres del país y muy probablemente de todo el continente. Se caracteriza por su larga cola esponjada de color grisáceo, con una línea negra en medio; su dorso también es grisáceo, mientras que su nuca y vientre suelen ser rojizos. Como la gran mayoría de mamíferos, su actividad es principalmente nocturna, aunque también puede estar activa durante el día (Figura 1).
La zorrita gris cumple un rol muy importante dentro de las redes tróficas (también conocidas como cadenas alimenticias) de los distintos ecosistemas que habita, ya que es uno de los principales depredadores de tamaño mediano (mesodepredador). Sus presas principales son pequeñas (como ratones, conejos, aves, lagartijas, insectos y crías de otros mamíferos); sin embargo su dieta es bastante variada ya que también consume los frutos de diferentes plantas, esto la vuelve una especie interesante desde un punto de vista ecológico.
También es importante porque ayuda a controlar las poblaciones de mamíferos pequeños (como roedores) y a trasladar de un sitio a otro las semillas de diferentes especies de plantas, siendo un buen dispersor; ya sea después de comerse los frutos o en su pelaje, pues hay algunas plantas cuyas semillas han desarrollado pequeños ganchos que se atoran en el pelaje de las zorritas y otros animales para que les den un aventón y puedan germinar en sitios alejados para evitar la competencia.
¡Zorros Xalapeños!
Xalapa es una ciudad bastante verde, caracterizada por su ecosistema de bosque de niebla, el cual se complementa con zonas de bosques templados y fragmentos de selvas secas. Esta variedad de vegetación representó en su momento un hábitat idóneo para una gran diversidad de fauna, pero al día de hoy, pocas especies han logrado sobrevivir a la creciente mancha urbana.
Mapaches, tlacuaches y por supuesto zorritas grises, han tomado ventaja de esta situación, al buscar alimento y refugio en bosques y parques periurbanos aledaños a la ciudad. Debido a esto, en algunos poblados, las zorras grises son vistas como plaga (por alimentarse de gallinas y otras aves de corral), pero en Xalapa poder observarlas en libertad es todo un privilegio (Figura 2).
Esta especie ha sido registrada en varias áreas naturales de la ciudad, como el Parque Natura y sus zonas aledañas (el Tejar Garnica y el Jardín de las Esculturas), el campus CAD de la UV (sitios que forma parte del área protegida conocida como el Archipiélago de bosques y selvas de la zona), y recientemente, visitantes del Santuario del Bosque de Niebla y el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero han tenido la oportunidad única de observar y fotografiar a esta especie durante el día, incluso con sus dos pequeñas crías.
Poder observar a un animal como este en libertad es muy emocionante. Sin embargo, la cercanía con el ser humano posiblemente lo pone en riesgo, por ejemplo al cruzar las carreteras y caminos pueden ser atropellados y al acercarse a asentamientos humanos pueden tener contacto con especies domesticas (perros y gatos) que les pueden transmitir enfermedades o viceversa.
Por esto, debemos manejar con precaución (sobre todo cerca de las áreas naturales) y ser dueños responsables de nuestras mascotas. Además, si tenemos el privilegio de ver una zorrita gris o cualquier otro animal en libertad, evitemos acercarnos demasiado, tocarlo o alimentarlo. Una fotografía o un recuerdo en nuestra memoria hacen la diferencia para proteger a ésta y muchas otras especies silvestres (Figura 3).