Viviendo en comunidad: repartiendo los recursos

Eva López-Tello1 y Salvador Mandujano1

1Red de biología y conservación de vertebrados, Instituto de Ecología A. C. Xalapa, Ver.

 

Palabras clave: competencia, nicho ecológico

 

Resumen: Las diferentes especies que conforman una comunidad deben compartir y repartir los recursos como el alimento, espacio y tiempo para evitar la competencia y lograr coexistir en un mismo hábitat. Esto es importante para mantener el buen funcionamiento de los ecosistemas.

Imagen_1. Foto captura del coyote en la RBTC

Las diferentes especies que habitan en un mismo bosque o selva (denominadas comunidad) tienen que compartir los recursos naturales (comida, agua, refugio) que ahí se encuentran. Entonces, nos surge la siguiente pregunta ¿Cómo reparten los recursos?

De acuerdo con una teoría llamada nicho ecológico cada especie tiene una función específica dentro de un hábitat, es decir que algunas son dispersoras de semillas, otras descomponen organismos muertos, otras son depredadoras y otras, como las plantas, son productoras. Generalmente las especies que integran una comunidad consumen diferentes tipos de alimento, ocupan áreas diferentes o realizan sus actividades en diferentes horarios.

Sin embargo, aunque cada especie tiene un papel importante dentro de su comunidad, los recursos no son repartidos de forma equitativa ya que el agua, el alimento, el espacio y el tiempo son limitados, sobre todo en los sitios áridos o con cambios estacionales.

Imagen_2. Foto captura de la zorrita gris en la RBTC

Además, existen especies con características y requerimientos ecológicos similares (especies simpátricas), como el coyote (Canis latrans) y la zorrita gris (Urocyon cinereoargenteus) o el ocelote (Leopardus pardalis) y el tigrillo (Leopardus wiedii). Estas especies pueden llegar a competir para obtener los recursos de mejor calidad.

Ahora nos surge otra pregunta ¿Cómo evitan competir sin morir en el intento?

Imagen_3. Foto captura del gato montés en la RBTC

Pues los científicos MacArthur y Levins en 1967 propusieron un modelo llamado “Similitud limitante”, el cual establece que deben existir límites máximos entre la similitud en al menos uno de los tres ejes principales (alimento, espacio y tiempo) del nicho ecológico de las especies. Por ejemplo, en Mississippi, Illinois y California se ha observado que el coyote, la zorrita gris y el gato montés (Lynx rufus) utilizan las mismas áreas. Entonces, los autores de estos trabajos creen que es posible que su dieta y sus horarios de actividad sean diferentes, lo que les ayuda a evitar la competencia y permitir su coexistencia.

En México también se han realizado diferentes estudios para entender como las especies reparten los recursos disponibles. Un ejemplo de ello es el estudio que realizamos en el bosque tropical seco de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC) para estudiar a tres especies simpátricas que ahí viven. Queríamos saber si la zorrita gris, el coyote y el gato montés ocupan los mismos sitios y si tienen los mismos horarios de actividad.

Imagen_4. Zorrita gris y zorrillo manchado compartiendo el espacio en la RBTC

Para responder a nuestra pregunta colocamos varias cámaras trampa por un año en diferentes sitios y después analizamos las fotos ¿Qué fue lo que encontramos? Resulta que estas tres especies ocupan los mismos sitios y son principalmente nocturnas, pero sus horarios de mayor actividad (conocidos científicamente como picos de actividad) son diferentes, es decir que comparten el espacio y se evitan de forma temporal para no competir.

Conocer como comparten y se reparten los recursos las especies de una comunidad es importante para monitorear el estado de los ecosistemas, ya que un cambio en estas dinámicas podría ser un indicador de una posible perturbación.

 

 

“La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional”