CONOCIENDO UN PEQUEÑO INTRÉPIDO RATÓN

Ingrid Flores, Sergio Albino y Alberto González-Romero

Red de Biología y Conservación de Vertebrados. Instituto de Ecología A.C.

 

Figura 1. Un ratón chapulinero (Onychomys torridus) emergiendo de su madriguera. Imagen tomada de internet.

Resumen: ¿Has oído hablar alguna vez de los roedores del género Onychomys? Estos pequeños mamíferos son conocidos por su valentía y audacia, así como por su grito semejante a un aullido de lobo. Aunque son roedores de pequeño tamaño, su singular comportamiento los hace muy interesante. En este artículo, te invitamos a adentrarte en el fascinante mundo de estos curiosos animales y descubrir que los hace tan especiales.

 

Palabras clave: Onychomys, Ratón alacranero

El género Onychomys incluye tres especies O. torridus, O. leucogaster y O. arenícola, conocidos comúnmente como ratón chapulinero o alacranero. Estos ratones son exclusivos de América del Norte y se encuentran en México, particularmente en pastizales, matorrales desérticos y suelos rocosos del semidesierto de la zona del Bajío y del Norte de México.

Los Onychomys, son criaturas sorprendentes tanto en apariencia como en su comportamiento. El término “Onychomys” proviene del griego “ónix” (uña o garra) y “mys” (ratón), que significa “Ratón con garras”, haciendo referencia a sus uñas notoriamente largas en las patas delanteras. Estas uñas desempeñan un papel crucial en su estilo de vida, ya que les permite excavar complejas madrigueras en el suelo, utilizadas tanto como refugio contra depredadores como para almacenar alimentos. Sin embargo, a menudo viven en madrigueras abandonadas o incluso invadir y tomar por la fuerza las que desean.

Figura 2. Un ratón chapulinero (Onychomys torridus) buscando novia con su singular aullido similar al de un lobo. Imagen tomada de internet.

En cuanto a su alimentación, estos roedores son depredadores extremadamente agresivos y se alimentan principalmente de otros animales. Entre sus favoritos se encuentran los saltamontes, escorpiones, escarabajos, grillos, polillas e incluso roedores. En situaciones de amenaza o necesidad, recurren al canibalismo. Por otro lado, son presas de diversos depredadores como zorros, linces, zorrillos, lechuzas y búhos.

Estos pequeños gruñones presentan rasgos notables en su comportamiento. Son solitarios y de hábitos nocturnos, además de ser hábiles escaladores. A pesar de sus patas cortas y cuerpos robustos, poseen reflejos ágiles que les permite esquivar, torcer y girar con destreza. Antes de atacar a sus presas, adopta una postura de acecho casi felina. En situaciones de enfrentamiento, se paran sobre sus patas traseras, apuntan la nariz hacia arriba y emiten un grito agudo y penetrante, audible por el oído humano hasta 100 m de distancia. Se cree que este grito cumple funciones tanto para cazar como para el apareamiento y ha sido comparado con el aullido de un lobo.

Figura 3. Un feroz ratón alacranero (Onychomys torridus) alimentándose de otro ratón. Imagen tomada de internet.

Otra característica interesante a estos pequeños roedores es su alta resistencia al veneno de alacranes (escorpiones). No solo actúan como depredadores de estos arácnidos, sino que también han desarrollado la capacidad de resistir e incluso inhibir los efectos del veneno. Este mecanismo les permite sentir menos dolor en cada picadura. La resistencia de estos ratones alacraneros al veneno podría tener implicaciones en el desarrollo de analgésicos más efectivos y con menos efectos secundarios para la medicina humana

Aunque estas especies son particulares y llamativas, su estado de conservación y medidas de específicas de protección aún no están completamente establecidas. Sin embargo, se sabe que muchas de las áreas donde habitan están protegidas, lo que contribuye a su preservación.

Figura 4. Un tierno ratón alacranero (Onychomys torridus) acechando a una presa Imagen tomada de internet.

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