LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 4.0
Francisco Mendoza
Coordinador del clúster científico y tecnológico biomimic®
Instituto de Ecología A.C.
La historia de la humanidad se caracteriza por resaltar los momentos de cambio o evolución en sus diferentes dimensiones. Innovaciones tecnológicas y sociales como la adopción de la agricultura, la domesticación del fuego, la escritura, la religión, la guerra, la política, el concepto de estado, el uso de estribos para cabalgar, la producción en masa, los antibióticos, la píldora anticonceptiva (innovación mexicana), y otras muchas más igual de transcendentales, significaron un cambio en la manera en la que las culturas y las civilizaciones crecieron o se extinguieron, en cómo los individuos se relacionan y construyen conductas para transitar por su existencia.
Durante el siglo XX y lo que va del XXI, los avances tecnológicos nos han permitido tomar conciencia de el momento de cambio en el que nos encontramos. Las plataformas de comunicación, análogas y digitales, han acelerado exponencialmente los esfuerzos para el desarrollo de innovaciones que, estrictamente hablando, están subordinadas a dos factores: el mercado y la sociedad. Las que responden al mercado pretenden radicar bienes y servicios que generen un sentimiento de satisfacción de alta demanda, y esto se transforme en riqueza económica. Las que buscan resolver problemas crónicos o fundamentales de la sociedad, usualmente dependen del gasto público y se enfrentan a obstáculos intrínsecos de los sistemas sociales, y por supuesto, padecen porque los problemas que buscan resolver son sumamente retadores.
Lo anterior no significa que las innovaciones que nacen del mercado no resuelvan problemas de la sociedad, o que una tecnología orientada a resolver una problemática social no pueda ser altamente rentable, es sólo que las instituciones que se dedican a cada ámbito tienen vocaciones distintas, y eso es algo importante a considerar.
“Una innovación normalmente requiere la intervención de equipos muy grandes de expertos con enfoque interdisciplinario”[1], Innovar es un proceso que modifica elementos, ideas, productos, tecnología o protocolos ya existentes, mejorándolos o creando nuevos que representen un cambio significativo, y preferentemente positivo en un sistema. La cuarta revolución industrial tiene por fundamento las innovaciones en todos sus ámbitos. Es el uso de la tecnología digital para potenciar la comunicación, los procesos de información, la inteligencia artificial, y la interconectividad entre las cosas y los sistemas biológicos. Esta revolución no solo ha impactado en la transformación del mercado, también ha transformado aspectos fundamentales de la sociedad de ambas formas, positiva y negativa.
¿Cómo se relaciona la cuarta revolución industrial con la investigación científica? Es importante destacar que el trabajo científico con poca frecuencia ofrece como resultado una innovación. Es por esto, que es determinante entender que el conocimiento generado por la investigación científica para innovar es un atributo inusual. En consecuencia, la deuda pendiente de la maquinaria científica es la democratización del conocimiento.[2] Democratizar el conocimiento no es solamente promover el acceso abierto a los recursos de investigación, sino que es, también, un modo de aprehensión de esa información que fomenta y promueve la participación ciudadana, permitiendo la opinión informada en temas de interés público.[3]
De forma casi dogmática, la ciencia y la tecnología han coexistido de manera antagónica con la mitología cultural. En este punto es donde debe de intervenir la cuarta revolución industrial, brindando significado a cada tipo de conocimiento, el científico para describir y resolver problemas, y el mitológico que facilita la construcción de identidades sociales y aporta elementos para mejorar los esquemas de convivencia. Estas categorías del conocimiento no deben de ser antagónicas, sino complementarias, y con atributos que permitan el cambio y la adaptación a las realidades de cada sistema social para que, a partir de estas, se conciban innovaciones que contribuyan al bien común, que sean accesibles e inclusivas de forma universal.
Las oportunidades tienen fecha de caducidad, y en raras ocasiones se repiten, desaprovecharlas significa congelarse en el tiempo.
@panchomendoza
Pie de figura:
Banner<a href=’https://www.freepik.es/fotos/revolucion-industrial’>Foto de revolución industrial creado por freepik – www.freepik.es</a>
[1] What made the last century’s great innovations possible? (2022, March 18). Science News. https://www.sciencenews.org/article/century-scientific-innovation-invention-technology
[2] Halm, D. (2018, May 15). EL PAÍS: el periódico global. El País. https://elpais.com/retina/2018/05/15/innovacion/1526372207_587297.html
[3] Jiménez, A. (2019). Democratizar el conocimiento, la agenda pendiente. Estudios Sobre Las Culturas Contemporáneas, XIV(48), 5–8. https://www.redalyc.org/journal/316/31657676001/