Los mamíferos poco conocidos de México: los tlacuaches
Miguel Ángel Ortiz Acosta*, Jorge Galindo González* y Claudio Mota Vargas**
*Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada, Universidad Veracruzana
**Red de Biología Evolutiva, Instituto de Ecología A.C.
Resumen
Los marsupiales mexicanos también conocidos como tlacuaches y/o zarigüeyas, son pequeños mamíferos que han pasado desaparecidos por muchos años entre la población mexicana.
Palabras clave: Mamíferos, marsupiales, tlacuaches.
Los marsupiales en el mundo
Los primeros mamíferos aparecieron hace unos 252-201 millones de años (figura 1), así es, mucho antes de la era de los grandes dinosaurios. Se estima que hace aproximadamente 160 millones de años (unos 95 millones de años antes de la extinción de los dinosaurios) aparecieron estos pequeños mamíferos marsupiales. Son un grupo de mamíferos muy primitivos que persisten hasta la actualidad y cuya característica distintiva es que poseen una bolsa o marsupio, como la de los canguros (que también pertenecen al grupo de los marsupiales) en Australia. La característica de este grupo de mamíferos es que su período de gestación es mucho más corto que el resto de los mamíferos ya que poseen una placenta muy poco desarrollada, por lo que sus crías nacen en una etapa temprana de desarrollo. Posteriormente, continúan su desarrollo, se nutren y crecen fuera del cuerpo de la madre, pero dentro del marsupio, unidas a las glándulas mamarias abdominales que regularmente ahí se encuentran. A medida que van creciendo y haciéndose independientes, se aventuran poco a poco a salir del marsupio.
Los marsupiales en México
México es uno de los países con mayor biodiversidad en el planeta, y en el caso de los mamíferos, ocupa el tercer lugar a nivel mundial, con un total de 496 especies. Existen muchas especies de mamíferos en México que son carismáticas, o ampliamente conocidas, por ejemplo, el lobo, el venado, el jaguar, el oso, ballenas y delfines entre muchos otros. El conocimiento que existe sobre estas especies, por ejemplo, dónde viven, que comen, cuáles son sus presas, cuando se reproducen, permite implementar estrategias para su conservación; sin embargo, existen muchas otras especies que no son tan carismáticas, por lo que todavía hay mucho desconocimiento en torno a ellas. Este es el caso de los marsupiales mexicanos, también conocidos como tlacuaches y/o zarigüeyas.
En América los marsupiales se distribuyen desde el sur de Canadá hasta el sur de Argentina, y se pueden encontrar desde el nivel del mar hasta los 4000 m en los Andes. Para México se han registrado nueve especies (Caluromys derbianus, Chironectes minumus, Didelphis marsupialis, Didelphis virginiana, Marmosa mexicana, Marmosa mayensis, Philander oposum, Tlacuatzin canescens y Metachirus nudicaudatus), las cuales presentan una variación que va desde el tamaño de un ratón como el Marmosa mexicana (figura 2), hasta el tamaño de un gato como Didelphis marsupialis.
La mayoría de los tlacuaches son considerados solitarios y de hábitos nocturnos, pueden vivir en los árboles como la especie Caluromys derbianus (figura 3), ser terrestres como Didelphis virginiana, o bien, vivir principalmente en el agua como Chironectes minimus. Además, aunque algunas especies presentan una amplia distribución como Didelphis marsupialis, la mayoría tiene una distribución restringida principalmente en zonas tropicales.
Los tlacuaches se caracterizan por tener un hocico puntiagudo, ojos prominentes, orejas membranosas, un par de patas traseras más largas que las delanteras, patas con cinco dedos, cola desnuda y prensil, y un pelaje suave de un color marrón opaco o gris (figura 3). Algunas especies comen insectos, carne, néctar, o bien, son omnívoros, es decir, comen de todo.
¿Por qué conservar a los marsupiales mexicanos?
Después de muchos estudios, se sabe que los tlacuaches desempeñan un papel importante en los ecosistemas al proporcionar servicios esenciales como la dispersión de semillas, la polinización, la regulación de las poblaciones de insectos y la reducción de la transmisión de enfermedades. Además, actualmente existe evidencia científica de que algunos grupos actúan como indicadores de la salud general de los ecosistemas. Desafortunadamente, la compleja red de procesos ecológicos que se lleva a cabo en cada tipo de ecosistema, dificulta el rol preciso de cada una de estas especies. Por lo que la ausencia de algún tlacuache, sin duda causaría un desequilibrio ecológico que afectaría a más de una especie.
La fauna, y en particular los mamíferos son un elemento distintivo y carismático de la biodiversidad que está siendo sometida a una presión sin precedentes, siendo la cacería furtiva, la pérdida y la fragmentación de su hábitat, algunos de los problemas más frecuentes para las especies. Por lo tanto, es necesario seguir conociendo e implementando estrategias de conservación que permitan lograr la protección de la biodiversidad ante los complejos y no tan alentadores escenarios futuros.
Referencias
Bi, S., Zheng, X., Wang, X. et al. 2018. An Early Cretaceous eutherian and the placental–marsupial dichotomy. Nature 558, 390–395.
Tyndale-Biscoe H. 2005. Life of Marsupials. CSIRO Publishing.
Ramírez-Pulido J., González-Ruiz N., Gardner A., Arroyo-Cabrales J. 2014. A list of recent land mammals of Mexico. Special Publications of the Museum of Texas Tech University 63:1–69.
Voss R.S., Jarsa S.A. 2021. Opossums: an adaptive radiation of new world marsupials. Johns Hopkins University Press.
Pies de figuras:
Figura 1. Mamíferos prehistóricos. Tomada de: https://www.reddit.com/r/Naturewasmetal/comments/e8f8il/pleistocene_megafauna/
Figura 2. Marmosa mexicana. Tomada de: Naturalista (https://www.naturalista.mx/observations/106990615)
Figura 3. Caluromys derbianus. Tomada de: Naturalista (https://www.naturalista.mx/observations/105326276)