• Griselda Bautista, Elvira Cortez y Teresa Salvador realizaron la investigación “Prevención de la diabetes en Arenal, Coxquihui, a través de la promoción de alimentos saludables”, para titularse como licenciadas en Gestión Intercultural para el Desarrollo 
     
Las estudiantes hicieron un diagnóstico con habitantes de la comunidad Arenal

Las estudiantes hicieron un diagnóstico con habitantes de la comunidad Arenal

 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

Xalapa, Ver.- “Prevención de la diabetes en Arenal, Coxquihui, a través de la promoción de alimentos saludables”, fue el trabajo recepcional presentado por Griselda Bautista Salazar, Elvira Lisette Cortez Martínez y Teresa Salvador Gómez, egresadas de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), sede Totonacapan, para obtener el título de licenciadas en Gestión Intercultural para el Desarrollo. 

Arenal es una comunidad con mil 91 habitantes y la mayoría se dedica al cultivo del campo (principalmente maíz); ahí, las estudiantes identificaron que de las cinco comunidades afiliadas a la Unidad Médica Rural (UMR) Sabanas de Xalostocaquélla ocupa el primer lugar con casos de diabetes, pues 54 personas están identificadas con tal padecimiento (39 mujeres y 15 hombres). 

Por ello se dieron a la tarea no sólo de promover el consumo de alimentos saludables cultivados en el traspatio de los hogares, sino que analizaron el patrón alimenticio de las familias, para diferenciar qué alimentos consumen frecuentemente y dañan la salud. 

Además de la siembra de hortalizas, pasaron a la cosecha y preparación de platillos saludables, con el propósito de que sean incluidos en la dieta familiar.

Por el bienestar familiar
Si bien el cultivo del campo es la actividad principal de la comunidad, cosechan mayormente maíz y sólo algunos lo combinan con otras plantas como calabaza, chile y pipián. 

El uso de agroquímicos como insecticidas, fertilizantes y variedad de abonos en los campos de cultivo propició que las estudiantes plantearan la siembra de hortalizas en los traspatios, pues su propósito fue hacerlo de manera orgánica, sin químicos, lo que les implicó involucrarse en la elaboración de biofertilizantes y otros biopreparados. 

Esta iniciativa la desarrollaron con un grupo de colaboración de la comunidad, conformado por siete personas y sus respectivas familias. 

En esos traspatios se logró sembrar hortalizas como rábanos, pepino y lechugas y algunos que por tradición se cultivaban ahí: tomate chiquito, cilantro, cebollina y chile.  

Las universitarias dejaron asentado y documentado en su trabajo recepcional que el patrón de consumo en la alimentación de la comunidad de Arenal se ha venido transformando con el paso del tiempo, a causa de la introducción de productos alimenticios industrializados como embutidos, enlatados, bebidas energizantes, entre otras”. 

Su trabajo –que incluso incluye entrevistas con personas de la comunidad, para dar cuenta de la conformación de la misma– se desarrolló de septiembre de 2017 a marzo de 2020 y una de las metodologías que utilizaron fue la investigación acción participativa.

 

Los huertos de traspatio implicaron el involucrarse en la preparación de biofertilizantes

Los huertos de traspatio implicaron el involucrarse en la preparación de biofertilizantes

 

En un video que documenta la intervención realizada por las universitarias, una de las integrantes del grupo de colaboración, Natividad Ramiro Alvarado, expone: “Nosotros hicimos hortalizas para el bienestar de nuestra salud, sembramos cebollina, cilantro, rábano, pepino, calabaza, lechugaPara nosotros que padecemos diabetes eso es una vida más saludable: cosechar y comer lo de casa, cosas limpias, no lo que trae químicos y riegan con aguas negras.

El reencuentro
Cabe señalar que dos de las estudiantes son habitantes de esta comunidad, de ahí su interés por dar atención una problemática evidente: Elvira Lisette y Teresa. Mientras Griselda es de José María Morelos, también perteneciente al municipio de Coxquihui. Las tres son las primeras de sus familias en realizar estudios de educación superior. 

En entrevista con UniversoTeresa y Griselda compartieron lo enriquecedor que resultó este trabajo en su formación profesional y lo tomaron como una aportación a la comunidad y también a sus familias, pues ambas tienen parentela con antecedentes diabéticos. 

En términos generales, expusieron que para ellas la UVI significa un redescubrimiento de sí mismas. “Se revaloriza todo”, dijo Griselda.  

Por ejemplo, Teresa no habla el idioma totonaco, mientras Griselda síÉsta compartió: “Fue algo nuevo, porque no lo hablo al 100 por ciento, pero estar en la UVI me hizo revalorizar, incluso algunas de las entrevistas de la investigación las hice en totonaco y antes no lo había hecho. 

Mientras Teresa recordó que en el preescolar le enseñaron totonaco, pero su familia no le fomentó usar el idioma y lo olvidó. Cuando llegó a la UVI y vio que otras personas lo hablaban le surgió la inquietud por retomarlo. 

“Incluso, Gris me ha enseñado unas palabras y unas que otras cosas las he logrado entender. Era complicado, porque las entrevistas (para la investigación) que se hicieron en totonaco yo no las entendía y tenía que esperar a que mis compañeras me explicaran”, expuso Teresa. 

El asesor de esta investigación fue el académico Daniel Bello López, misma que fue presentada el 18 de septiembre. 

Cabe señalar que se trató del primer examen recepcional presentado vía remota en la UVI.