• En la sesión 8 del Curso “Gabriel García Márquez: De la crónica a la ficción”sanalizó el libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grande 

 

Juan Villoro imparte el Curso “Gabriel García Márquez: De la crónica a la ficción”

Juan Villoro imparte el Curso “Gabriel García Márquez: De la crónica a la ficción”

 

 

Paola Cortés Pérez 

Xalapa, Ver.- El escritor Juan Villoro impartió la octava sesión del Curso “Gabriel García Márquez: De la crónica a la ficción” y destacó que la observación como fuente de la imaginación es un aspecto que está muy presente en los textos del autor colombiano. 

En esta actividad, desarrollada por la Casa Estudio Cien Años de Soledad de la Fundación para las Letras Mexicanas (f,l,m), en colaboración con la Universidad Veracruzana (UV), la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Fundación GaboVilloro dijo que es posible darse cuenta que en los cuatro libros y en los cientos de reportajes escritos por García Márquez de la novela Cien años de soledad, no hay elementos de realismo mágico. 

“Muchas veces puso el acento en el realismo más que en lo mágico o entendió a la magia como el resultado de trucos reales, no como algo que aparecía por una condición sobrenatural. 

García Márquez se forjó en escritores como Franz Kafka; Virginia Woolf y William Faulkner lo acercan al mundo de la mente, sin perder contacto con la exterioridad; el neorrealismo italiano le revela las posibilidades que tiene lo real del devenir fantástico.” 

Subrayó que en las obras del escritor colombiano hay un aspecto muy presente: la observación como fuente de imaginación, la usa como asidero; la curiosidad es el nombre profano de la inspiración en el sentido que si eres suficientemente curioso y observas con atención veras cosas que parecerán inspiradas. 

Durante esta sesión se habló y analizó el libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grandeel cual ya traía consigo cuando llegó a México en 1961, a la edad de 34 años y con 20 dólares en el bolsillo. 

Este libro fue publicado en el país por la Editorial de la UV, después de que Álvaro Mutis lo trajera a la ciudad de Xalapa para presentarle su escrito a Sergio Galindo, quien dirigía la mencionada casa editorial. 

Los cuentos reunidos en este libro, dijo, muestran una vez más que García Márquez trabaja con materiales que pasan de un libro a otro, es decir, hay circunstancias que provienen de otros escritos o que se fraguaron primero como cuentos y luego fueron a dar a otras novelas. 

“Es como si estuviera siendo el cartógrafo de un territorio imaginario, va perfeccionando las historias, las prueba en distintas circunstancias. Es un maestro en sintetizar circunstancias y establecer líneas de fuerza que las vuelve particularmente activas.” 

Indicó que un elemento recurrente en varios de los relatos es la presencia de los forasteros, a García Márquez le interesaba mucho la figura que alteraba la vida de un pequeño pueblo. “Esta alteración de la costumbre que generan los forasteros es una de sus marcas de fábrica”. 

Consideró que el libro bien pudo llamarse En este pueblo no hay ladrones, un título atractivo y uno de los mejores cuentos del escritor colombiano, pero optó por el último cuento Los funerales de la Mamá Grande, que tiene un gran peso logístico. 

“Alude a que este cuento anuncia su estética futura, es el cuento que nos dice que algo pasará después, me atrevo a decir que este cuento podría llamarse Macondo a la vista, en el sentido de que nos acerca a ese universo. García Márquez le dice al lector ponga atención en la técnica particular que tiene este cuento. 

”El lenguaje es más suntuoso, el tono que asume es el que tendrá en Cien años de soledad, tiene un rango mítico, la Mamá Grande es una figura mitológica; está fraguando el estilo que tendrá después.” 

 

 

El libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grande fue publicado por la Editorial de la UV

El libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grande fue publicado por la Editorial de la UV