A XALAPA Y A MÉXICO LE URGEN MÁS JARDINES Y HUERTOS/HORTALIZAS COMUNITARIAS
Por: Martín Aluja
Red de Manejo Biorracional de Plagas y Vectores, Instituto de Ecología, A.C.
Artículo publicado en la Crónica el día 08 de noviembre de 2021
Mucho se habla y pontifica sobre los problemas de Cambio Climático/Calentamiento Global, sobre los efectos negativos a la salud de la comida chatarra, sobre la necesidad de comer más sano consumiendo verduras y frutas frescas provenientes de sistemas de producción sin el uso de agrotóxicos u orgánicos, sobre las bondades de convivir con la naturaleza y la apremiante necesidad de protegerla, y así por el estilo. Pero la verdad es que se trata, como mucho de lo que experimentamos en este mundo y país, de mucha palabrería y de buenos deseos que tristemente se quedan en eso. O tratándose de funcionarios y políticos, estaríamos hablando, siendo amables, de ignorancia, o en el peor de los casos, de palabras/promesas/compromisos huecos. El asunto es que ya no podemos seguir en esta dinámica, porque los problemas ambientales se incrementan día a día, la destrucción irracional de los bosques nos enfrenta de manera cada vez más cruda con escasez de agua y erosión rampante, el calentamiento global está provocando tormentas muy violentas e impredecibles, y la miseria humana se incrementa cada día. Como adultos tenemos una enorme responsabilidad con nuestros hijos, y con las niñas, niños y jóvenes en general. Por ello, aquí hago una propuesta muy concreta para su implementación en Xalapa/Coatepec, y el resto del estado/país, que considero aportaría mucho a integrarnos como sociedad, a aprender a producir alimentos sanos, y a reverdecer nuestro entorno aportando de paso un granito de arena a la solución del grave problema del calentamiento global: los Jardines/Hortalizas/Huertas Comunitarias (Vaquerizo-Gómez, 2015, https://xdoc.mx/documents/espacios-verdes-comunitarios-como-potenciar-la-resiliencia-urbana-5f794b1faaabb).
Un servidor ha mantenido hortalizas y pequeños jardines/huertos urbanos desde niño y a partir de esa niñez, literalmente en cada lugar donde he vivido. Por ello me atrevo a hablar de un tema que conozco a fondo. Como niño, se trató en cierto sentido de un acto de fantasía, porque sembrar hortalizas y plantas me hacía soñar y me generaba enorme felicidad. Aún recuerdo vivamente cuando coseché la primera calabaza grande y aprendí a cocinarla con piloncillo en una cazuela de barro, o cuando vi nacer con enorme velocidad la plantita de frijol proveniente de una semilla que había enterrado en el suelo pocos días antes. ¡La emoción era indescriptible a mis escasos seis años! Ya después, de adolescente y adulto, lo veía como un acto de congruencia personal, que además me apasionaba y seguía generando la misma emoción que cuando niño. Nunca me ha gustado hablar y después no actuar en congruencia. Siempre he pensado que criticar representa una responsabilidad, y que la crítica debe ir invariablemente acompañada de una propuesta concreta y práctica. Por ello, arranco esta reflexión/propuesta comentando que, para cultivar una hortaliza familiar, basta una maceta grande preferentemente extendida, y de ahí en adelante, cualquier espacio es útil, ya sea nuestro o de la comunidad, que es el tema que deseo abordar aquí. Obliguemos a nuestros gobernantes, desde el presidente de la república, hasta el municipal, y síndicos, agentes municipales y demás funcionarios, a dejar la demagogia de lado, y a crear hortalizas/jardines/hortalizas comunitarias, o “Schrebergärten” como se les denominó en el lugar donde este concepto surgió y consolidó (Leipzig, Alemania; https://www.urbanlife.de/leben-und-genuss/item/38-geschichte-der-schrebergaerten.html, https://schrebergartendatschaprojekt.wordpress.com/geschichte-der-schrebergarten/, https://www.geschichtewiki.wien.gv.at/Schrebergarten, [nuestro buscador nos pregunta si deseamos traducir el texto del alemán al español]). Esta propuesta resolvería de tajo muchos de los males que nos aquejan hoy en día como sociedad, ya que los jardines comunitarios ofrecen muchísimas posibilidades de atender diversas problemáticas como explicaré después. En el caso de Xalapa y Coatepec, habiendo sido denominada la primera la “Ciudad de las Flores” por el Barón Alexander von Humboldt cuando se maravilló del lugar en 1804, no contar con “Jardines/Hortalizas/Huertos Comunitarios” es fiel reflejo de la ínfima calidad/ignorancia de nuestros gobernantes, pero también del prácticamente nulo compromiso de nosotros con los esquemas productivos sanos.
Pero ¿a qué me refiero con “Jardines/Hortalizas/Huertos Comunitarios”? Se trata de espacios que van desde uno hasta 50 m2, o más si el núcleo urbano lo permite, de terrenos de una ciudad, pueblo, congregación o grupo comunitario, que se pueden rentar o usar libremente (de acuerdo con las reglas en el sitio particular), para sembrar un jardín, una hortaliza, o un pequeño huerto. En muchos casos se trata de miniciudades donde la gente convive de manera armónica, siguiendo reglas de civilidad, respetando en todo momento los acuerdos y la propiedad y los productos del vecino. ¡Nadie se atreve a robarle al vecino!
En estos muy pequeños terrenos, se optimiza al máximo el espacio, utilizándose todo tipo de mecanismos para que el reducido terreno rinda al máximo desde el punto de vista de incidencia de luz y espacio para plantas a ras de suelo. Muchas veces los arrendadores del espacio construyen pequeñas casas para guardar sus implementos agrícolas, sillas, asadores, y demás objetos, o hasta donde se puede pernoctar si fuese muy necesario. Las flores, legumbres, zarzamoras, y árboles frutales se siembran en macetas grandes o cajones, o directamente en el suelo usando diversas estructuras para ayudar a las plantas a crecer hacia arriba y no a ras de suelo, como por ejemplo en el caso de los tomates, los pepinos, los chícharos, o ejotes de guía. La idea es que cada familia siembre cosas que no se encuentren muy fácilmente en el mercado (p. ej. cebollas, zanahorias), pero muchas veces hasta sembrar estas legumbres y cosecharlas, genera enorme placer. Además, los vegetales/frutos frescos y libres de agrotóxicos/pesticidas, saben mejor, tienen mejor color, y son más sanos. Lo importante es sembrar la mayor diversidad posible, en cantidades pequeñas, e ir cosechando cada semana algo, desde una raíz de jengibre, cinco rábanos, una lechuga, unas hojas de acelga o espinaca, papas y tomates de diversos tipos.
Por ejemplo, en nuestra casa hay una parte de la “Hortaliza/Huerta Familiar” que ocupa 40 m2, y en ese reducido espacio tenemos un corral para 40 codornices (3 m2) y en los 37 m2 restantes, mantenemos tres árboles de aguacate Hass y Méndez altamente productivos (150 – 300 frutos de entre 100 y 250 g c/u el primer año de producción que se multiplicarán en los años por venir), 10 plantas de café Gesha que ya miden casi 10 metros y son muy productivas, enredaderas de maracuyá en las paredes, y un árbol de maderas muy finas (“Cacao” o Tapirira mexicana [Anacardiaceae]) cuyo fuste principal llegó a medir 15 metros a los cuatro años de sembrado, pero se quebró por sobrecarga de frutos (ahora está en plena recuperación). ¡Sí, todo eso en ese pequeño espacio! Durante el día, en ese espacio también pasean y descansan las codornices. En otro lote de nuestra “Hortaliza/Huerta Familiar” de 65 m2, mantenemos una de las tres compostas (7.5 m2), un gallinero (7.5 m2) y su corral exterior (16 m2), y en el resto (34 m2), mantenemos una mezcla, en permanente rotación, de cinco diversos chiles (habanero rojo, cera amarillo, de árbol, comapeño y peruano negro), berros, zanahorias con elevados niveles de carotenoides que aportan múltiples beneficios a la salud, espinacas, lechugas de siete variedades, rábanos, pepinos, albahaca, hinojo de bola, frijoles de enredadera, tomates Cherry, cebollín, jengibre, hoja de laurel, acelgas, ajo, etc. También un árbol de Ocotea sp., una especie silvestre de aguacate muy preciado por las aves (con podas se elevó el fuste para que no le quitara el sol a la hortaliza debajo), y otros dos de guayaba y mandarina, en la orilla de la composta para igual, no quitarle luz a la hortaliza y también con fustes manejados. Finalmente, en los muros, crecen buganvilias, hoja santa, matas de café y malvas, todo para generar un hábitat adecuado para todo tipo de aves que ahí anidan y se refugian. En otros lotes muy compactos, hay más gallineros y sembramos muchos otros vegetales, especias, y árboles frutales como Berenjena de Árbol, Durazno, Papaya Criolla, Capulincillo, Sauco, Limón, Granada, Toronja, Mandarina y Aguacate Criollo/Hass, todos alineados y con fustes/doseles manejados (podas selectivas), de tal manera que no compitan por sol con los vegetales. En un estrato arbóreo mucho más elevado, aparecen dos caobas, un cedro y un nogal, creciendo encima de gallineros de cuyo abono se nutren. ¡Mantenemos más de 100 especies! Pongo todo esto como ejemplo, porque en los pequeños lotes de los “Jardines/Hortalizas/Huertos” comunitarios se pueden lograr verdaderos milagros y elevadas productividades si se organizan adecuadamente.
Es muy placentero planear el uso del espacio, ir rotando los cultivos para manejar mejor las plagas y enfermedades, siempre conociendo qué cultivo puedo poner junto a otro, o cuales no, porque no se llevan entre ellos, y también en qué época del año, porque en esta región aún se conservan los esbozos de invierno que es cuando mejor se dan las lechugas y espinacas, a las que el calor no les hace bien, y amarga las lechugas. También es muy grato poder disfrutar la parte estética, para lo cual se pueden incorporar flores como las zinnias que atraen mariposas, o elevar una pequeña barda hueca en medio para plantar todo tipo de hierbas de olor. Me refiero al cebollín, el orégano, la salvia, el tomillo, el perejil y el cilantro. Siempre se encuentra una esquina útil, incluso para las zarzamoras.
Ahora bien, y antes de terminar y de retomar algunos de los beneficios de los “Jardines/Hortalizas/Huertos Comunitarios”, es importante mencionar que manejar una hortaliza, por más pequeña que esta sea, no es fácil y que se enfrentan muchos retos, sobre todo si se desea manejar un esquema orgánico o lo más cercano a este concepto. Hay muchas plagas, enfermedades, y nemátodos en el suelo, que nos pueden causar estragos, y manejarlos/controlarlos no representa un ejercicio sencillo. A veces de plano no queda otra alternativa más que aplicar de manera tópica y temporal un insecticida o fungicida o nematicida, pero afortunadamente ya hay muchas opciones que son aceptados en esquemas orgánicos por su naturaleza. Pero esto será tema de otros artículos.
La propuesta concreta en este artículo es invitar a los nuevos alcaldes de Xalapa y Coatepec, quienes prometieron un “cambio verdadero”, a comprometerse con ubicar predios públicos, en diversas zonas de las respectivas ciudades, y designarlos como “Jardines/Hortalizas/Huertos Comunitarios”. No hay que darle muchas vueltas al asunto ya que existen muchos espacios para este fin. No se requieren de cientos de hectáreas (detalles en García Bernal, M.A. 2016. http://dspace.umh.es/bitstream/11000/5378/1/TFM%20Garc%C3%ADa%20Bernal%2C%20%20Mar%C3%ADa%20%C3%81ngeles.pdf). En Europa se aprovecha cada cm2 de espacio, muchas veces incluso las zonas aledañas a vías de tren o carreteras, pero eso no sería lo ideal en México, porque muchos vegetales absorben metales pesados (p. ej., espinacas) y eso sería muy dañino para nuestra salud. La otra parte de la propuesta es que urge un mucho mayor compromiso de parte de los desarrolladores de vivienda, o fraccionadores, con la creación de este tipo de espacios públicos. Debería ser mandato de ley o reglamento municipal, el obligar a estos empresarios a dejar generosos espacios en los fraccionamientos para la creación de “Jardines/Hortalizas/Huertos Comunitarios”, debidamente equipados, es decir con acceso a agua y sitios para compostear residuos orgánicos y generar suelo fértil. Eso, además de obligarlos a verdaderamente reforestar los terrenos que aplanan/aplastan con bulldozer, para luego dejar una árida plancha de concreto que contribuye al calentamiento atmosférico.
Termino esta primera entrega comentando que a nivel internacional incluso existe una asociación que aglutina estos esfuerzos. Se trata de la Office International du Coin de Terre et des Jardins Familiaux – http://sedl.alnetis.fr/en/425-office-international-du-coin-de-terre-et-des-jardi/?edition=4 y de la Fédération Internationale des Jardins Familiaux a.s.b.l. – http://www.jardins-familiaux.org/, organizaciones, que juntas, aglutinan a más de tres millones de pequeños jardines/hortalizas comunitarias en Europa central. Es decir, lo que aquí propongo, es algo perfectamente viable, y lo único que falta es la voluntad política de los alcaldes de Xalapa y Coatepec, y la presión de parte de la ciudadanía, para poner en práctica este esquema, que trae consigo muchos beneficios, revisados por las/los integrantes del proyecto “Ladera Sur” – LS (2018) https://laderasur.com/articulo/10-sorprendentes-beneficios-de-los-huertos-comunitarios-urbanos/, y también por autores como Nerea Morán (2008) http://habitat.aq.upm.es/boletin/n40/anmor.html y José Elías Bonells (2020/21) https://jardinessinfronteras.com/2020/11/20/espacios-verdes-jardines-comunitarios-y-huertos-urbanos/ y https://jardinessinfronteras.com/author/joelibon/ entre muchas y muchos otros. Destacan beneficios a la salud, ambientales, económicos, sociales, y emocionales/antiestrés, que benefician a familias, desempleados, migrantes, personas con capacidades diferentes, y a la sociedad en general, por medio de la creación de redes sociales muy unidas y solidarias.
*Las opiniones en este artículo son personales y no necesariamente representan las del INECOL ni del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)