Conectividad: ruta y refugio de escarabajos
Alfonso Díaz Rojas
Red de Ecoetología, INECOL, AC
Palabras clave: escarabajos peloteros, Scarabaeidae, conectividad, copro-necrófagos, cercas vivas, corredor biológico.
En las últimas décadas, la fragmentación de la selva tropical por actividades humanas ha modificado el paisaje severamente. Por esta razón, las especies de coleópteros quedan confinadas en fragmentos y están rodeadas de ambientes antrópicos que son barreras que limitan su desplazamiento (Díaz et al. 2011). Nuestro modelo de estudio son los escarabajos copro-necrófagos de Los Tuxtlas, Veracruz, conocidos como escarabajos del estiércol o escarabajos peloteros, por la forma de como ruedan o entierran sus alimentos. Estos insectos son muy importantes en los ecosistemas porque reintegran nutrientes al suelo, permiten su aireación, la bioturbación, reciclan la materia orgánica del medio ambiente, entierran desechos orgánicos y con esto evitan enfermedades, parásitos y contaminación ambiental. Favila en 2004, reporta que en la región de Los Tuxtlas podría haber hasta 50 especies de escarabajos copro-necrófagos, distribuidos en los fragmentos que aún quedan de la selva. Díaz y Favila 2009 reportan un listado de 78 especies de escarabajos copro-necrófagos para la región de Los Tuxtlas, superando la predicción anterior y que se encuentran distribuidas en la selva perennifolia (en orden de mayor a menor riqueza): selva mediana, agrosistemas, pastizales, bosque mesófilo y el encinar. Con este panorama de los escarabajos de Los Tuxtlas el objetivo de este escrito es analizar el efecto de la fragmentación de la Selva de Los Tuxtlas, Veracruz, en la diversidad de escarabajos del estiércol (Coleoptera: Scarabaeidae) y su conectividad en un paisaje de selva alta perennifolia fragmentada. En la primera década de este siglo se analizaron datos de escarabajos de fragmentos de selva, bordes de selva-pastizal, pastizales, árboles aislados, barrancos con árboles, cercas vivas con árboles y cercas alambradas ambas ubicadas junto y lejos de fragmentos de selva (18º 29’ N y 95º 09’ O). En total fueron colectados 1493 escarabajos del estiércol de 30 especies. El mayor número de especies fue encontrado en los fragmentos de selva (14 especies) y en los bordes de selva-pastizal (15 especies). En la Figura 1 se observa el paisaje fragmentado de la selva de los Tuxtlas, fragmentos de selva interconectados por árboles aislados y cercas vivas rodeados de pastizales. En la Figura 2 se pueden ver dos especies de escarabajos dominantes de la selva, Canthidium centrale y Dichotomius satanas. Aproximadamente el 37% de las especies de selva fueron capturadas en las cercas vivas ubicadas junto a los fragmentos de selva (Canthidium centrale, Phanaeus endymion y Copris sallei). Sin embargo, en las cercas vivas ubicadas lejos de los fragmentos de selva fue capturada solo una especie de selva (Canthidium centrale). Los datos encontrados mostraron que los pastizales (12 especie), las cercas sin árboles (9 especies), los árboles aislados (5 especies) y el barranco (3 especies) reducen considerablemente la posibilidad de desplazamiento de los escarabajos de selvas entre fragmentos. Un hallazgo relevante del estudio fue que un número reducido de especies rodadoras, tres en fragmentos de selva y una de pastizal, se encontraron en el paisaje fragmentado. En la región de los Tuxtlas se han reportado 9 especies de escarabajos rodadores, lo que nos indica una pérdida del 66 % de las especies rodadoras como efecto de la deforestación y por posiblemente por la defaunación de la selva. En la Figura 3 se observan dos especies de escarabajos rodadores, Canthon femoralis que se encontró exclusiva de los fragmentos de selva y que no logró salir a través de las cercas vivas, ni de los árboles aislados, y Canthon indigaceus chiapas exclusiva de pastizales que se encontró con muy baja abundancia. Esto nos indica que los requerimientos ecológicos y ambientales de los escarabajos rodadores son muy estrictos y los cambios, con la transformación de la selva, afectan la sobrevivencia de sus poblaciones. Los bordes de selva-pastizal con un alto reemplazo de especies funcionan como “bordes duros” impidiendo la conectividad entre los fragmentos de selva. En los bordes de selva fueron encontradas tres especies de pastizal (Coprophanaeus pluto, Dichotomius colonicus, y Onthophagus landolti) y dos de selva (Copris sallei y Dichotomius satanas). En contraste, las cercas vivas parecen actuar como hábitat de corredores continuos cuando conectan fragmentos de selva. Los datos obtenidos en este estudio indican que las cercas vivas conectadas a los fragmentos son utilizadas por cerca del 50 % de especies de selva, por lo que podrían actuar como corredores y permitir que los escarabajos de selva colonicen nuevos fragmentos. Por está razón, la continuidad espacial de los hábitats de selva y la interconexión de fragmentos son la clave para la conservación de las comunidades de escarabajos de bosque tropical. Como consecuencia de la fragmentación de la selva se encontró un alto reemplazo de especies comparando entre los sitios estudiados, se compartieron 11 especies entre los fragmentos de selva, el barranco (con solo 3 especies) y el borde de la selva, lo cual pone de manifiesto que las especies de selva prefieren sitios arbolados. Mientras que solo se compartieron 5 especies de selva entre los hábitats heliófilos como los pastizales, las cercas vivas y los árboles aislados. Esto significa que en la región de Los Tuxtlas pocas especies de escarabajos logran salir de los fragmentos y atravesar la compleja red de hábitats del paisaje que los rodea. En consecuencia, sería importante establecer y mantener la conectividad entre fragmentos de selva a modo de corredores biológicos para establecer rutas viables de migración y refugios para escarabajos peloteros.
Finalmente, como primera conclusión podemos decir que la selva fragmentada de Los Tuxtlas todavía conserva un número importante de especies de escarabajos peloteros (30 especies). Los pastizales inducidos para las actividades humanas son una barrera que impide el desplazamiento y el flujo de los escarabajos peloteros de selva. Los árboles aislados y las cercas alambradas no permiten intercambio de escarabajos entre fragmentos. Únicamente las cercas vivas, conectadas a fragmentos, funcionan como corredores biológicos para escarabajos, garantizando el flujo génico entre las poblaciones. Por está razón es necesario establecer planes de manejo ambiental que promuevan la interconexión de fragmentos de selva, con especies de árboles maderables o frutales locales para favorecer la heterogeneidad espacial y permitan la movilidad de los escarabajos y de otras especies animales. Posiblemente se necesitarán cercas vivas de dos o tres árboles de ancho y otros estudios para determinar el ancho mínimo de cercas vivas para proveer de corredores adecuados para la conservación de los escarabajos del estiércol y de otra fauna.
Bibliografía recomendada:
Favila, M.E. 2004. Los escarabajos y la fragmentación. Págs. 135-157. En: Los Tuxtlas: El paisaje de la Sierra. Eds. Guevara, S., J. Laborde y G. Sánchez-Ríos. Instituto de Ecología A.C. y Unión Europea. Xalapa, Veracruz, México.
Díaz, A. y M.E. Favila 2009. Escarabajos coprófagos y necrófagos (Scarabaeidae, Trogidae y Shilphidae) de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, México (lista de especies). En: V. Hernández-Ortiz, C. Deloya y P. Reyes (eds.). Memorias VIII Reunión Latinoamericana de Scarabaeidologia 2009 pp. 34. Veracruz, México.
Díaz, R.A., E. Galante, M.E. Favila 2011. Escarabajos del estiércol en la selva fragmentada de Los Tuxtlas. Págs. 469-481. En: CONABIO. La biodiversidad en Veracruz: Estudio de estado. (Eds.): Cruz, A., F. Lorea, V. Hernández y J. Morales. Gobierno del Estado de Veracruz, Universidad Veracruzana, Instituto de Ecología A.C., Xalapa, Veracruz, México.
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