¿Qué es y para que nos sirve conocer el pH del suelo?

Jorge Ángel Arano Robledo1, Beatriz Eugenia Marín Castro2

1Licenciatura en Geografía, Facultad de Economía, Universidad Veracruzana

2Laboratorio de análisis químicos de suelos, agua y plantas, Instituto de Ecología A. C. lab.suelos@inecol.mx

 

Resumen

 

El pH es una de las principales variables a considerar para conocer la calidad de nuestros suelos, es un dato clave debido a que interviene en muchos de los procesos físicos, químicos y biológicos del suelo.

 

Palabras clave: acidez, alcalinidad, calidad de los suelos

El pH es una de las propiedades químicas más informativas que debemos conocer de nuestros suelos, debido a que influye en muchos de los procesos físicos, químicos y biológicos, que a su vez intervienen en procesos y propiedades que garantizan el crecimiento de las plantas y la producción de  biomasa del suelo. Por eso y muchas cosas más, el pH es considerado una de las “variables maestras del suelo”1.  Algo similar a esto, es cuando nos enfermamos, lo primero que hace el médico es tomarnos la temperatura, clave para descartar una infección, los científicos del suelo determinamos el pH como indicador de calidad para deducir si las plantas tienen las condiciones adecuadas para crecer. Básicamente consiste en saber si el suelo es ácido como el jugo de limón (aproximadamente tiene un pH de 3.6) o alcalino como el bicarbonato (pH de 8.3).

Pero ¿qué es el pH? ¿qué significan sus valores? ¿de qué nos sirve conocerlo?  Hablando en la jerga química, el pH es la abreviación del potencial del ión hidrogeno (H+), el hidrógeno es un elemento químico, el primero de la tabla periódica, es ligero porque sólo tiene un protón y un electrón, y tiene una gran empatía para hacer enlaces con otros elementos y formar compuestos, es como el amigo que le habla a todos en una fiesta. Pero también en esa fiesta están los iones de hidróxido (OH). Si ponemos un poco de tierra en un frasco, supongamos unos 10 g y le agregamos unos 20 ml de agua destilada (o sea, sin sales ni clorada), para tener una relación 1:2, lo agitamos y agitamos para que esa tierra se “disuelva” bien con el agua, lo que obtendremos es lo que llamamos “la solución del suelo”, donde los iones tanto de H+ como del OH que están en el suelo se liberen en el agua y podamos cuantificarlos, entonces, en ésta solución lo que da la acidez es la cantidad de iones de hidrógeno presentes, pero si hay una mayor concentración de iones de hidróxido, será alcalina. Experimentalmente se ha comprobado que la constante de disociación electrolítica del agua a 22 °C es de 1×10-14, es decir 0.00000000000001.

Conocer el pH del suelo nos puede servir para considerar que plantas pueden crecer mejor, pero también para ahorrar dinero. Por ejemplo, recientemente, recorriendo unas parcelas dedicadas al cultivo de maíz en la Sierra de Chiconquiaco, tuvimos la oportunidad de escuchar a Don Toño de la comunidad de El Aguacate, donde al igual que otros campesinos de la región, tienen que usar constantemente fertilizantes químicos, ellos se quejaban del precio de estos, los cuales creen necesarios para obtener una productividad ideal de su cosecha, pues si no utilizan los fertilizantes, tienen la preocupación de cosechar una menor cantidad de mazorcas, como lo han experimentado en años anteriores.

Imaginemos que el suelo es una casa donde habitan una gran variedad de especies como bacterias, hongos meso y macrofauna, cada uno de estos individuos tienen distintos gustos en la temperatura del hogar, habrá aquellos que prefieran más el calor que el frío y habrá otras que les guste lo contrario o templadito, pero las temperaturas extremas suelen no agradar a la mayoría. Si el pH es demasiado ácido las plantas no crecen o al menos no óptimamente. Por lo tanto, si las plantas requieren de un pH específico para crecer, como lo hemos mencionado anteriormente. Teniendo en cuenta esto, la recomendación para Don Toño sería, que mandará realizar algunos análisis de suelo al laboratorio para que conozca el pH del suelo y algunos otros nutrientes que están disponibles para su maíz (figura 2) y evaluar si es necesario aplicar tanto fertilizante y poder reducir costos en la inversión de su cultivo.

Pensando un poco más a fondo sobre la calidad de los suelos y su relación con el pH, ¿Será que el pH puede modificar en un tiempo relativamente corto y modificar la disponibilidad de los nutrientes para las plantas? La respuesta breve es sí, actualmente, a escala mundial se presenta el fenómeno de la acidificación de los suelos, esto no es más que el proceso por el cuál un suelo absorbe cationes de hidrógeno (H+) pero también del aluminio (Al+++) un alto contenido de Al en el suelo puede ser un problema para el desarrollo de las plantas. Es importe considerar que el pH muy ácido o muy alcalino, no es exclusivamente la única razón de un mal crecimiento de las plantas, pues tiene relación también con otras propiedades físicas y químicas del suelo, como la compactación, cambios en la cobertura vegetal, cambios del clima, menos disponibilidad de agua, entre otros.

La acidificación es un proceso natural en suelos jóvenes. Las razones son amplias pero destaca la lixiviación, proceso por el cual la lluvia y la consecuente percolación del agua arrastran los nutrientes hacia capas más profundas del suelo; otra causa relevante es el uso de fertilizantes nitrogenados o con azufre, incluso también las actividades industriales que liberan ciertos gases ácidos (como el dióxido de carbono CO2) que al precipitarse se depositan sobre el suelo y lo acidifican. La deforestación es otra razón de la acidificación acelerada, donde entre 30% y 75% del suelo libre de hielo se ven afectados por esto.

Ante esto, una acción frecuente es el encalamiento del suelo, es decir, esparcir cal sobre los suelos cultivados para neutralizarlo y reducir su acidez, sin embargo, es importante destacar la necesidad de emprender acciones mitigadoras desde el origen, pues siguen siendo utilizados los fertilizantes  nitrogenados y a pesar de esta práctica del uso de cal, simplemente se está repitiendo el ciclo: acidificación-encalamiento-cultivo-fertilizantes-acidificación; medidas como el uso de biofertilizantes, rotación de cultivos, un buen drenaje del suelo o sistemas agroecológicos son algunas de las acciones que pueden ayudar a frenar la constante y acelerada acidificación de los suelos, pues además de afectarse el crecimiento de las plantas, se ve afectada la biodiversidad de todos esos organismos que habitan esa casa, la estructura y la cantidad de nutrientes presentes.

Así que ahora es posible entender una de las pregunta que se hacen los campesinos explicado por una propiedad muy importante de conocer y que es indicador de diversas condiciones del suelo: su pH.

Referencias

 

1 Neima, D. 2019. The Role of Soil pH in Plant Nutrition and Soil Remediation. Applied and Enviromental Soil Science. https://doi.org/10.1155/2019/5794869

2 Rodríguez Fuentes, H y Rodríguez Absi, J. 2017. Métodos de Análisis de suelos y plantas. Trillas. México. 288pp.

 

Imagen BANNER Modificado del http://www.fao.org/3/ca8251es/ca8251es.pdf