Las polifacéticas esporas en los hongos

Edith Garay Serrano

Red de Diversidad Biológica del Occidente Mexicano, INECOL

 

Resumen

Las esporas fúngicas son cautivadoras estructuras por sus variadas formas, colores y tamaños, siendo imprescindibles en la dispersión, protección y perpetuación de los hongos.

 

Palabras clave: esporas, hongos, variación

 

Los hongos son un grupo de organismos de lo más fascinantes y mucho hay de qué hablar de ellos. Integran su propio reino (el Fungi) y uno de los mecanismos de reproducción es a través de esporas, pequeños cuerpos microscópicos que contienen el material genético con todas las instrucciones para germinar y seguir los procesos biológicos de la vida. Se estima que existen 1.5 millones de hongos, y las esporas, cuando las hay, son una de las estructuras que apoyan la dilucidación de la especie o grupo taxonómico al que el hongo pertenece.

Esporas fúngicas hay en abundantes formas: redondas, ovaladas, curvas, asimétricas, estrelladas, con proyecciones, de una sola célula o tabicadas; con paredes adornadas, desde líneas transversales, longitudinales, aladas, con “espinas”, o rugosidades (Fig. 1). Pueden estar dispuestas en cadenas, racimos, o estar contenidas dentro de sacos, y quién diría que algunos hongos hasta tienen un tipo de esporas flageladas, ¡capaz de moverse en películas de agua!1.

Fig. 1 Diversidad de esporas de hongos, con formas, colores y tamaños variados. Algunas con paredes gruesas, ornamentadas o con proyecciones. Fotografías: Jazmín Cortés, Eugenia Rivera, Atsimba Castro, Edith Garay.

Aunque aún no queda claro cuál es el papel de todas las combinaciones de formas, ornamentaciones y tamaños de las esporas, se ha logrado relacionar que las estructuras globosas, grandes y ornamentadas pueden ser más frecuentes en hongos que se asocian con raíces de árboles formando ectomicorrizas, debido a que la ornamentación ayuda a “engancharse” a artrópodos y ser transportadas a través de las capas superficiales del suelo y entre la hojarasca del bosque1. Mientras que las esporas alargadas se presentan más en hongos saprobios (que degradan materia orgánica)1, o que las esporas con proyecciones se relacionan con ser dispersadas por el salpique del agua2.

La superficie de las esporas puede ser seca y lisa, que les ayuda a ser transportadas a otros lugares por el viento, o, pueden ser gomosas para fijarse a un sustrato. Algunas tienen paredes con mucílagos que le sirve para adherirse a organismos como moscas, las cuales son atraídas por los olores de algunos hongos como Clathrus crispus, las esporas se adhieren a las patas del insecto y viajan a nuevos destinos. Varias esporas son dispersadas por mecanismos tipo balística que las proyectan a lo lejos, pudiendo así colonizar nuevos ambientes2.

Las hay de tamaños variados, tan pequeñas como 2 micras (lo que equivale a 0.002 mm) o tan largas como 50 micras3, y de diversos colores: cafés, hialinas, amarillentas, negras, verdosas. Las esporas con colores oscuros tienen mayor protección contra los rayos UV, mientras que aquellas con paredes gruesas son más tolerantes a la desecación2.

Es así que las esporas continúan perpetuando la función de los hongos que es la descomposición de materia orgánica y reciclaje de nutrientes. Estas diminutas estructuras juegan un papel muy importante en la preservación del organismo, en su dispersión, en el estilo de vida (saprobio, endófito, micorrízico o patogénico) y en su relación con el ambiente.

Referencias bibliográficas

  1. Calhim S, Halme P, Petersen JH, Læssøe T, Bässler C, Heilmann-Clausen J. 2018. Fungal spore diversity reflects substrate-specific deposition challenges. Scientific Reports, 8(1), 1-9.
  2. Magyar D, Vass M, Li DW. 2016. Dispersal strategies of microfungi. Biology of microfungi, 315-371.
  3. Patel TY, Buttner M, Rivas D, Cross C, Bazylinski DA, Seggev J. 2018. Variation in airborne fungal spore concentrations among five monitoring locations in a desert urban environment. Environmental monitoring and assessment190, 1-10.

 

Pie de figuras:

Fotografía 1200×700. Esporas en “racimos” de Botrytis cinerea. Créditos: Eugenia Rivera