LLEGÓ LA MOSCA NEGRA DEL HIGO

Rodrigo Lasa y Andrea Birke

Red de Manejo Biorracional Plagas y Vectores, Instituto de Ecología A.C.

 

Foto 1. Hembra de la mosca negra del higo, Silba adipata. Crédito: Rodrigo Lasa

Resumen

La mosca negra del higo, Silba adipata (Diptera: Lonchaeidae) es una especie plaga exótica originaria de Europa meridional y Medio Oriente, que se ha establecido en plantaciones de higos en varios estados mexicanos, generando un impacto económico negativo sobre ese cultivo.

 

Palabras para el buscador: Silba adipata, plaga exótica

 

Como consecuencia de la globalización del comercio, la expansión de muchas especies plaga se han vuelto imparables a nivel mundial. La mosca negra del higo, Silba adipata McAlpine (Diptera: Lonchaeidae) es una especie de la región mediterránea y Medio Oriente la cual se encuentra distribuida originalmente en varios países del sur de Europa y norte de África que son grandes productores de higos como Turquía, Italia, España, Grecia, Chipre, Siria, Jordania, Israel y Egipto entre otros. En marzo de 2020, esta especie fue reportada por primera vez infestando higos inmaduros en el municipio de Ayala, Estado de Morelos. Tras su detección, y siguiendo las normas de la convención internacional de protección fitosanitaria, la dirección general del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (SENASICA) implementó un programa de vigilancia y erradicación, considerándola inicialmente como una especie transitoria accionable, es decir una plaga con poblaciones aisladas pero con potencial a establecerse rápidamente. Después de activarse el programa de vigilancia fitosanitaria esta especie se ha encontrado ya en plantaciones en Puebla, Aguascalientes, Coahuila, Michoacán, Hidalgo y Estado de México (SENASICA 2021), lo que evidencia un rápido establecimiento en nuestro país. Si bien, esta especie no ha sido todavía detectada en otros estados productores de higos como Veracruz, Sonora o Baja California, parece haber comenzado a dispersarse ampliamente en plantaciones de higos sobre todo en el estado de Morelos. Recientemente también se ha detectado en 7 condados de la costa sur de California en EE. UU., aunque en este país todavía no ha colonizado las principales zonas productoras de higos en el Valle Central en California (Britt y col. 2022).

Esta especie de mosca es considerada monófaga, ya que afecta única y exclusivamente al higo, Ficus carica L., siendo un factor importante que puede reducir la velocidad de expansión y facilitar las estrategias de control. Si bien se desconoce cómo llegó al continente americano, la movilización de los frutos infestados por el hombre es considerada una de las principales formas de dispersión, y parece ser la responsable de la rapidez con la que esta especie exótica se ha distribuido en varios estados del país una vez que llegó a México. En su lugar de origen, esta especie pasa el invierno en la fase de pupa y los adultos emergen en la primavera. Las moscas adultas, de tan solo 4-4.5 mm de longitud (Foto1), se alimentan de exudados de insectos o de azúcares que emanan de los frutos de higos maduros. Además, se ven fuertemente atraídas por los exudados de látex que brotan de frutos y hojas dañadas en donde se agregan para alimentarse (Katsoyannos 1983). Se desconoce gran parte del comportamiento reproductivo de esta especie, sin embargo, las hembras pueden llegar a ovipositar hasta 50 huevos en un mismo fruto, principalmente en las escamas del ostiolo de frutos inmaduros (Foto 2a). Las larvas se desarrollan en el interior (Foto 2c) y tienden a salir del fruto en su última fase de larva (Foto 2b) con la finalidad de pupar en el suelo. Su ciclo de vida está establecido en unos 25-26 días a unos 27-28 °C. En la región mediterránea pueden tener entre 4 o 6 generaciones al año dependiendo de la temperatura, con actividades principalmente durante los meses entre mayo y noviembre. En México, se desconoce todavía cuáles son sus periodos de mayor actividad y el número de generaciones al año. Actualmente se está recomendando su monitoreo con trampas (principalmente tipo Multilure) cebadas con pastillas de levadura de torula, un atrayente comúnmente utilizado para otras especies de moscas de importancia económica como las moscas del género Anastrepha. No obstante, otros atrayentes alternativos como el sulfato de amonio (2-4%) o hexanol están siendo evaluados en México con base en estudios previos realizados en Europa.

Foto 2. Adulto de la mosca del higo junto al ostiolo de un fruto de higo (a), larva saliendo de un fruto para pupar (b) y fruto de higo seccionado donde se observa el daño de las larvas (c). Crédito: Rodrigo Lasa

Al tratarse de una especie nueva en el país, es importante concientizar a la población para evitar la movilización de higos frescos hacia zonas productoras donde todavía no se ha detectado su presencia. Para fortalecer un manejo biorracional de esta plaga en México serán necesarios estudios que permitan determinar las dinámicas poblacionales, estudiar las principales variedades de higos afectadas, determinar la eficacia de insecticidas naturales o entomopatógenos y fomentar estrategias de control como el trampeo masivo o las estaciones cebo, entre otras.

 

Fig. 3. Frutos dañados. Crédito: Rodrigo Lasa

 

Fig. 4. Higo dañado. S. adipata

Referencias:

 

Britt, K.E., Gordon, P.E., Faber, B.A., Rios, S.I. y W. Houston Wilson. 2022. First report of black fig fly, Silba adipata (Diptera: Lonchaeidae), in the United States. J. Int. Pest Manag. 13(1): 12; 1–5

Katsoyannos, B. I. 1983. Field observations on the biology and behavior of the black

fig fly Silba adipata McAlpine (Diptera, Lonchaeidae), and trapping experiments. Z. Ang. Ent. 95: 471-476.

SENASICA 2021. Estrategia operativa para el manejo fitosanitario de la mosca del higo negro, Silba adipata (Diptera: Lonchaeidae). 17 p.

 

Fotos:

Foto 1. Hembra de la mosca negra del higo, Silba adipata. Crédito: Rodrigo Lasa

Foto 2. Adulto de la mosca del higo junto al ostiolo de un fruto de higo (a), larva saliendo de un fruto para pupar (b) y fruto de higo seccionado donde se observa el daño de las larvas (c). Crédito: Rodrigo Lasa