PEQUEÑOS GRANDES CONQUISTADORES: HONGOS ASCOMICETOS
Por: Santiago Chacón Zapata y Rosario Gregorio Cipriano
Red de Biodiversidad y Sistemática, Instituto de Ecología, A.C.
Resumen
Los ascomicetos a diferencia de otros grupos de hongos presentan un saco o bolsa llamado asca, que es donde se forman las esporas (unidades reproductoras). Son el grupo más diverso entre los hongos y crecen en distintos sustratos; los hay comestibles, parásitos de algunas plantas, animales y el hombre. De ellos se aisló la penicilina, y en la industria se les utiliza para elaborar vino, pan, cerveza y quesos.
Palabras clave
hongos, ascomicetos
Artículo
A lo largo de la historia de la vida los diferentes tipos de seres vivos que existen en la tierra, han desarrollado diversos mecanismos para adaptarse y sobrevivir a este mundo en constante cambio. Uno de los ejemplos más exitosos en el arte de la adaptación y la sobrevivencia son los hongos. En particular los ascomicetos, que han conquistado casi todos los ambientes conocidos de la tierra y para ello se han valido de adaptaciones en su morfología, su alimentación, su reproducción o inclusive en asociaciones con otros organismos. Los ascomicetos conforman el grupo más extenso, diverso y ecológicamente importante dentro del reino de los hongos (Fig. 1). Se conocen más de 64000 especies de ascomicetos a nivel mundial. Como hongos que son, los ascomicetos pueden estar formados ya sea por una o muchas células, al igual que las células de las plantas, en los hongos tienen una pared celular alrededor de la membrana, pero su composición es diferente, además, de que no son capaces de realizar la fotosíntesis y su alimentación es por absorción de nutrientes. La reproducción en hongos puede ser sexual o asexual. Sin embargo, cada grupo de hongos tiene sus propias particularidades. En el caso de los ascomicetos la producción de las esporas se realiza dentro de estructuras en forma de saco llamadas ascas. En algunas especies, la reproducción sexual no siempre se puede dar en los ecosistemas naturales, por lo que la reproducción asexual es vital para su supervivencia.
Asociación con algas (líquenes). Se sabe que alrededor del 30 % de las especies de ascomicetos forman relaciones simbióticas mutualistas con las algas verdes y/o cianobacterias conformando los líquenes (Fig. 2). Gracias a esta unión pueden subsistir en regiones sumamente inhóspitas de la tierra, incluyendo el ártico, los desiertos y cimas de altas montañas. En esta asociación el alga produce el alimento por medio de la fotosíntesis, mientras el hongo ofrece un soporte y protege contra la radiación y la deshidratación.
Asociación con plantas (micorrizas). La micorrización es la asociación simbiótica de los hongos con las raíces de las plantas. En esta relación simbiótica el hongo ayuda a que la absorción de sales y minerales del suelo sea más eficiente. Por su parte la planta proporciona los productos de fotosíntesis al hongo. En el caso de muchas especies vegetales, como en a mayoría de las coníferas y muchas otras plantas, esta asociación es de vital importancia para su supervivencia (Fig. 3).
Endófitos. También existen los ascomicetos que viven dentro de las plantas, especialmente en los tallos y hojas. No se consideran parásitos ya que no causan daño a la planta que habitan, aún no se conoce bien la naturaleza exacta de esta relación, pero algunas observaciones sugieren que esta asociación contribuye a la producción de sustancias tóxicas de las plantas para su defensa contra los herbívoros.
Asociación con insectos. Existen ascomicetos que son cultivados por insectos. Algunas especies del género Xylaria se encuentran en los nidos de hormigas cortadoras de hojas de Sudamérica. Los escarabajos de la corteza (familia Scolytidae), son simbiontes importantes de algunos integrantes del grupo.
Levaduras. Las levaduras son los únicos ascomicetos que no producen hifas y, por lo tanto, son unicelulares. Aunque inconscientemente al principio, las levaduras se han usado desde hace siglos para obtener algunos alimentos. La más conocida es Saccharomyces cerevisiae, un hongo ascomiceto capaz de transformar el azúcar en alcohol etílico (fermentación alcohólica). Esta especie al igual que otras levaduras son imprescindibles para la producción de cerveza, vino y pan, entre muchos otros productos.
Parásitos. Una gran parte de las especies de ascomicetos son capaces de colonizar diversos tejidos u órganos de animales y plantas vivas para obtener nutrientes y un lugar donde reproducirse, al mismo tiempo que lo dañan. Algunos de los hongos parásitos más importantes de plantas y animales pertenecen a los ascomicetos (Fig. 4).
Saprobios. Los ascomicetos saprobios o saprofíticos son aquellos capaces de obtener sus nutrientes a partir de la materia orgánica e inorgánica. Estos ascomicetos actúan como descomponedores que es un paso importante en el ciclo de vida de los ecosistemas. No obstante, también pueden causar problemas, ya que pueden crecer en productos de consumo humano, causando su degradación prematura y la liberación de toxinas. Por otro lado, los hay también comestibles (Fig. 5) y algunos con utilidad en la medicina, ya que, de un ascomiceto se aíslo por primera vez la Penicilina.
Carnívoros. Dentro de los ascomicetos existe un grupo conocido como orbiliomycetes, los cuales, se consideran carnívoros ya que “cazan” a sus presas (nematodos). Estos hongos sintetizan sustancias pegajosas o bien modifican sus hifas para atrapar a sus presas que quedan pegados o enganchados y puedan alimentarse de ellos. Estos hongos carnívoros tienen utilidad como control biológico de nematodos que son parásitos de plantas útiles para el hombre.
Leyenda de figuras
Figura 1. Slider. Aspectos macro y microscópicos de algunos ascomicetos. Imagen Santiago Chacón
Figura 2. Herpothallon rubrocinctum; liquen, asociación hongo alga. Imagen Santiago Chacón
Figura 3. Morchella conica; comestible y micorrizógeno. Imagen Santiago Chacón
Figura 4. Fruto de granada infectada con Colletotrichum sp. Imagen R. Gregorio Cipriano
Figura 5. Cookeina speciosa; conocida como copita de monte, comestible. Imagen L.M. López-Guzmán
Se agradece a Juan Manuel Hernández la edición de la imagen 1, Slider.
Referencias recomendadas
Alexopoulos, C.J. & C.W. Mims, 1979. Introductory mycology. John Wiley & Sons. Nueva York. p. 632.
Kirk, P.M., P.F. Cannon, D.W. Minter & J.A. Stalpers, 2008. Dictionary of the fungi. 10th Ed. CAB International, Wallingford Oxford, U.K., p. 771