Lagunas de Chacahua: Un rincón especial de Oaxaca, donde las aves silvestres cautivan
Doreli Luna1, Miguel Ángel De Labra1, Sergio Albino2
1Universidad del Mar, campus Puerto Escondido 2Red de Bilogía y Conservación de Vertebrados
Resumen
Ubicado en la costa de Oaxaca, México, y reconocido como sitio Ramsar, región RTP y AICA, el Parque Nacional Lagunas de Chacahua, emerge como refugio de biodiversidad. Su ecosistema se engalana con extensos manglares y bosques tropicales, los cuales resguardan la costa y brindan hábitats indispensables para la vida silvestre. En medio de este escenario natural, 248 especies de aves, como garzas y loros, encuentran refugio. Sin embargo, el parque enfrenta amenazas antrópicas que comprometen su equilibrio ecosistémico, por lo cual su conservación es una tarea urgente.
Palabras clave: Aves, Biodiversidad, Humedales, Ramsar
En la impresionante costa Oaxaqueña, se encuentra un rincón lleno de vida como ningún otro: el Parque Nacional Lagunas de Chacahua (PNLC). Dentro de aproximadamente 15,000 hectáreas del PNLC, diversos ecosistemas se mezclan, generando un ambiente habitable para diversas especies. El PNLC fue la primera Área Natural Protegida del país decretada en 1937 y es considerada como Región Marina Prioritaria en México (RTP-34). Asimismo, es reconocido como sitio RAMSAR (No. 1819) y un Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA 222). Entre la vegetación del PNLC, sobresale el manglar, conformado por el mangle rojo (Rhizophora mangle), negro (Avicennia germinans), blanco (Laguncularia racemosa) y el botoncillo (Conocarpus erectus), árboles que desempeña un papel clave en el ecosistema. Sus raíces que emergen de los corredores acuáticos salvaguardan la costa contra los embates de huracanes e inundaciones. Mientras que las raíces sumergidas bajo el agua de la laguna brindan un lugar seguro para diversos organismos, permitiendo que surjan interacciones ecológicas las cuales mantienen el equilibrio natural del ecosistema. Junto al manglar, por la orilla de la laguna, se encuentra el tular (Typha spp.) y el zacate salado (Distichlis spicata), plantas que además de brindan refugio para toda clase de organismos, también ayudan a purificar el agua y evitar la erosión del suelo.
En el PNLC, alberga un número importante de vertebrados silvestres (n = 488) que comprenden anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Entre los vertebrados, las aves engalanan el paisaje por sus brillantes colores y melódicos cantos. Las aves son el grupo de mayor riqueza del parque con 248 especies pertenecientes a 160 géneros agrupadas en 50 familias; esta riqueza equivalente al 33.7% del total de aves del estado. Sin embargo, 32 especies se encuentran enlistadas en alguna categoría de riego de la NOM-059-SEMARNAT-2010, como la grulla blanca (Grus americana), el víreo gorra negra (Vireo atricapilla) y el loro corona lila (Amazona finschi). Entre las aves, las especies residentes, como el colorín azulnegro (Cyanocompsa parellina) llenan el aire de la mañana con sus melodías, mientras que las aves migratorias, como la cerceta de alas azules (Spatula discors) encuentran en el PNLC un refugio después de recorren miles de kilómetros cada año. Por otro lado, las aves acuáticas, como la majestuosa garza blanca grande (Ardea alba) y el intrépido cormorán neotropical (Nannopterum brasilianum), cumplen un papel importante como especies bioindicadoras. Otra ave que mantiene el equilibrio de la cadena trófica, es el águila pescadora (Pandion haliaetus), ya que contribuyen al control de las poblaciones de peces asegurando la salud del ecosistema.
A pesar de que el PNLC es un hábitat y refugio de una gran riqueza de aves, así como ser un humedal de importancia internacional y nacional, día con día enfrenta diversas amenazas antrópicas. El cambio del uso del suelo para el aumento de la urbanización, la ganadería y las áreas agrícolas que contaminan la laguna con pesticidas y herbicidas, son las principales amenazas. Además, el saqueo de plantas, animales y la sobreexplotación de peces ponen en riesgo el equilibrio de este ecosistema. Por lo tanto, la conservación se convierte en una tarea urgente donde las autoridades deben generar políticas de manejo de los recursos naturales que brinda el PNLC, mientras que la población en general debería realizar un uso sustentable de los mismos. Bajo este panorama, cada esfuerzo, por más pequeño que sea, contribuye a preservar este refugio de biodiversidad.
“La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional”